Treinta
años de democracia
por Omi Fernández
Sin democracia la libertad es una quimera.
Octavio Paz (Premio Nobel de literatura 1990)
Fue en octubre de 1983 cuando un policía trajo a mi casa el
telegrama en que era designada Presidente de Mesa en la elecciones
presidenciales del 30 de octubre del '83. Asignarme esa responsabilidad fue
invalorable, ya que me permitía participar, en ese momento histórico, con mucho
más que mi voto.
El recuento en los comicios se prolongó hasta las 22 horas, más o
menos, según los barrios y las mesas, porque la gran cantidad de boletas y,
además, los cortes de las mismas hacían muy farragosa la tarea.
Sin embargo, todos nos sentíamos felices de este vuelco a la
civilidad que se daba después de muchos años de prohibiciones. Diez años habían
pasado, sin que hubiéramos podido expresar nuestro pensamiento político. Y en
esos diez años habíamos sufrido el Proceso de Reorganización Nacional
encabezado por Jorge Rafael Videla y la guerra de Malvinas que fue un detonante
indudable del término de los militares detentando el poder.
Durante el siglo XX Argentina fue víctima de golpes de estado
perpetrados por militares en forma alternada con democracias elegidas por el
pueblo. Ese paternalismo que ejercen los gobiernos de facto impiden que un país
crezca, que vaya aprendiendo de sus errores, que modifique el rumbo según el
devenir de los acontecimientos.
Empezó en el año '30, cuando Tita Merello cantaba: “Donde hay un
mango, viejo Gómez? Los han limpiao con piedra pómez...” y el militar salteño
José Félix Uriburu daba el golpe que derrocó a Hipólito Yrigoyen. Aunque, venía de mucho más lejos porque la
pelea entre unitarios y federales, sigue sin resolución, aún en nuestros días.
Las dictaduras militares continuaron con distintos nombres hasta el
año '46 en que Perón ejerce su primera presidencia hasta el '52, año nefasto
para él por la muerte de Eva Duarte. No obstante esta pérdida, continúa en una
segunda presidencia que será arrebatada por el golpe de Rojas-Aramburu en el
55.
Y nuevamente la rueda echa a andar, les suceden dos figuras surgidas
de las filas del radicalismo. Son Arturo Frondizi (1958-62) creador del partido
desarrollista y Humberto Illia (1963-66). El gobierno de éste es derrocado por
Juan Carlos Onganía (1966-70) y otra vez, la rueda girando. En el '70 y '71
Roberto Marcelo Levingston, y del '71 al '72 Alejandro Agustín Lanusse. Aquí se
produce el retorno de Perón, quien al estar proscripto, designa a Cámpora como
figura para las elecciones del 73. Es un período de transición, el lema era
Cámpora al gobierno, Perón al poder.
Luego, la fórmula Perón-Perón (integrada por Juan Domingo y su
esposa María Isabel Martínez) arrasa con el 62 % de los votos, dejando muy
atrás a sus oponentes Ricardo Balbín-Fernando de la Rúa.
Entre los peronistas había dos grupo antagónicos, las juventudes
-que en general venían de la izquierda- y los sindicalistas- que se
consideraban los peronistas históricos. Ambos se disputaban la cercanía a Perón
y su poder indiscutible.
No obstante, Perón era ya un hombre con problemas de salud a quien
la responsabilidad de la presidencia de la Nación no favorecía en nada, pero no
se vislumbraba otra opción para aunar y mantener esas posturas antagónicas.
Además de las turbulencias en el seno del justicialismo, estaban los radicales
y los grupos antiperonistas ejerciendo presión.
En este escenario de fuerzas encontradas se inició el tercer
gobierno peronista, en un ambiente social sacudido por conflictos de toda
índole.
La temprana muerte de Perón en el '74, trajo aparejada la asunción
como jefa de estado de Isabel, quien a ojos vistas había sido nombrada para
evitar males mayores pero que no estaba capacitada para llevar adelante un país
con tantos conflictos políticos. Y sobrevino, la nunca suficientemente detractada
dictadura del Proceso, que dejó un saldo de miles de desaparecidos, sembró el
terror y el horror en un pueblo ya bastante castigado. La guerra de Malvinas,
fue la gota que terminó de llenar el vaso.
Fueron muchos sufrimientos los que padecimos para llegar al 30 de
octubre del 83, pero lo hicimos, y estamos creciendo. A partir de ese momento,
el Dr. Raúl Alfonsín gana las elecciones por el 52% de votos contra el 41% del
candidato peronista Italo Luder. De allí en más, Carlos Menem gobernó del '89 al
'99, Fernando de la Rúa del '99 al 2001 y aquí se generaron gobiernos civiles
de transición entre los que podemos nombrar a Federico Ramón Puerta y Rodriguez
Saa en 2001, Eduardo Caamaño en 2001/2002, Eduardo Duhalde 2002/03 hasta el
2003 en que gana las elecciones Néstor Kirchner terminando su mandato y a quien
sucede Cristina Fernández del 2007 hasta ahora, que está al frente del país por
segunda vez consecutiva. No hubo intervención militar ninguna pese a la
terrible crisis económica del 2001 y eso es un gran logro que estamos
disfrutando por cuanto nos hace responsables del gobierno que eligen las
mayorías, respondiendo a la frase el que gana gobierna y el oponente acompaña.
Según la Real Academia Española, democracia es la “Doctrina
política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno.” Los pueblos y las mayorías se pueden
equivocar, pero en un régimen democrático tienen la posibilidad de cambiar sus
opciones, en la época que vivimos es notorio como el electorado ha ido
cambiando, los partidos tradicionales siempre tienen un nicho fijo de votos,
pero cada vez son más los votantes independientes que deciden la elección, no
por disciplina partidaria sino analizando las decisiones y medidas que toman
los partidos políticos que gobiernan.
Del todos modos, pese a todos los vaivenes que hemos vivido, hemos
conquistado el derecho a la libertad individual y social, a concentrarnos en
grupos coincidentes con nuestra fe religiosa, a la militancia política en los
partidos que elijamos sin restricciones, a la discusión y al disenso, para
heredar a nuestros hijos y nietos un país justo y soberano.-
prismairidiscente.blogspot.com.ar
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