Arte urbano
Creatividad a puertas abiertas
Por Daniela Méndez Casariego
Quizás muchos, al
escuchar hablar de arte callejero, imaginen a adolescentes con aerosoles que sin
nada mejor que hacer pasan las noches garabateando cuanta pared encuentran. Sin
embargo, un buen observador notará que lo que se ve en paredes, persianas y
fachadas de negocios e instituciones dista bastante de ser garabatos. Lo que
allí se ve, en muchos casos, son
verdaderas obras artísticas que evidencian el talento de sus autores.
El arte callejero
ha cobrado gran importancia en los últimos años y ha inundado las calles de las
principales ciudades del mundo. En Buenos Aires abundan los murales que con
diferentes estilos y temáticas llenan los barrios de color y singularidad.
La principal
diferencia entre el arte urbano argentino y el del resto de los países no
radica en la calidad o en la técnica sino en el hecho de que aquí los artistas
plásticos pueden pintar a plena luz del día sin ningún tipo de problemas.
Afuera, en cambio, la actividad es
ilegal.
A grandes rasgos,
la evolución del arte callejero en Argentina podría resumirse de la siguiente
manera:
-1968: se
inscribe la frase “Tucumán arde” por toda la ciudad para concientizar sobre el
despido de trabajadores y las campañas falsas de prensa y comunicación
producidas por la dictadura militar.
-1983: se pintan
siluetas en la Plaza de Mayo en representación de los detenidos desaparecidos.
-2001: se
multiplica la expresión callejera tras
la grave crisis económica. Se diversifican las técnicas y la temática.
-2007: primera
exhibición de arte callejero en el Centro Cultural Rojas y otras instituciones
públicas.
-2010: nace
Street Arte BA (SABA), primer movimiento independiente de artistas urbano en la
Ciudad de Buenos Aires.
-2012: exposición
de artistas callejeros argentinos en Londres.
¿Qué diferencia hay
entre esta clase de expresión plástica y las más tradicionales? Los mismos
artistas lo explican:
“Pintar sobre una
pared es totalmente diferente; te cambia el soporte y la dimensión; pintas con
el cuerpo y te permite interactuar con la gente”, dice Natalia Molinero,
licenciada en Artes Visuales y artista plástica.
Luna Portnoi, por
su parte, afirma estar en pleno romance con los murales. “Busco espacios poco
convencionales: escaleras, pasillos… que inviten a un recorrido, que no
permitan al observador quedarse quieto, que
generen alguna interacción, que modifiquen la experiencia de pasar por
un lugar.”
Christian Riffel,
o Poeta, pinta desde el año 2000. “Pintar en la calle es una consecuencia de mi
vida porque por problemas familiares, de chico pasé mucho tiempo fuera de casa.
La calle me da libertad y energía… me
ayuda a abstraerme y crear un mundo más sensible, más alegre, donde puedo ser
como realmente soy.” Para él, lo más gratificante de pintar en la calle es que
la obra es para todos, tanto para los que se enojan como para los que sonríen.
Tono, artista plástico francés, explica que no
podría pintar sin la calle de por medio. Para él, la ciudad es un lienzo
inacabable y es allí donde encuentra su inspiración.
Si querés saber
más sobre arte urbano, sólo debes salir a la calle y caminar. También podés
seguir los siguientes vínculos y
disfrutar de buenos murales desde tu computadora.
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