por Omi Fernández
Las páginas de una novela
quedaron suspendidas cuando a Carlos Fuentes lo sorprendió la muerte. Era sobre
la vida de Carlos Pizarro, creador del Movimiento 19 de abril (M 19). Este
personaje, líder de América Latina, fue asesinado a los 39 años, luego de dejar
la guerrilla e integrar la vida político-social de Colombia dentro del marco de
la legalidad, tan así que pudo aspirar al cargo de Presidente de la República.
Un dato curioso es el paralelismo
entre este líder y el Che Guevara. Ambos son asesinados a la misma edad: 39
años y ambos poseyeron una gran convicción de ideas aplicadas a la militancia
comprometida.
El escritor mexicano se había
apasionado a tal punto con mostrar la vida y las circunstancias que acompañaron
la muerte de ese ex-guerrillero colombiano, que estuvo trabajando en el texto
por diez años. Según sus propias declaraciones este lapso se extendió por las
situaciones de crisis en Colombia, y también porque él quería reflejar los hechos
con la mayor verosimilitud.
El compromiso de Fuentes con la
situación político-social de los paises de América Latina fue muy fuerte, sólo
baste nombrar que “La muerte de Artemio Cruz”, novela publicada en 1962, está referida a la historia del México
del siglo XX, específicamente al antes y después de la revolución mexicana. No
obstante, no es una excusa para que el autor opine sobre estos hechos, el
personaje: Artemio Cruz tiene carnadura, nos emociona con su remembranza de los
amores apasionados o por conveniencia que fue viviendo a lo largo de su vida,
por la revisión que realiza de los hechos que le tocaron en suerte, y es
también una gran reflexión sobre la vida y la muerte, sobre cómo vemos nuestros
actos juveniles y de la edad madura, al final de la vida.
Carlos Fuentes había nacido en
Panamá, su padre era diplomático y por lo tanto, tuvo acceso al mundo del
pensamiento y de la cultura, sin que sufriera en ningún momento situaciones de
estrechez económica.
Llegó a ser uno de los exponentes
más destacados de la literatura de México y recibió el Premio Miguel de
Cervantes.
Formó parte -junto con el
argentino Julio Cortázar, el peruano Mario Vargas Llosa, el colombiano Gabriel
García Márquez y el chileno José Donoso, entre otros muchos, del boom de la
literatura latinoamericana que refrescó la estilística y se expandió por todo
Europa, a un ritmo vertiginoso. En este estilo influyeron la geografía y las
historias de las luchas políticas por la emancipación de los imperios que los
sofocaban. Estas circunstancias hicieron brotar esa frondosa imaginación y
fantasía que se llamó realismo mágico.
Desde "La Muerte de Artemio
Cruz" Carlos Fuentes ha trabajado incesantemente en su literatura y
también en indagar y empaparse de los conflictos políticos y sociales que
atravesaron los países americanos de habla española.
Fue él quien dijo: "Los
mexicanos descienden de los aztecas, los peruanos descienden de los Incas y los
argentinos descienden de los barcos".
Vino por primera vez a nuestro
país en el año 1943, tenía quince años ,vivió aquí y ha vuelto muchas veces.
Fue un seguidor de Goyeneche y de Aníbal Troilo. En el reportaje que Patricio
Bernabé le hiciera para el diario La Nación, dijo: Siempre me gusta venir a
visitar a los amigos, a escuchar tango, que me parece una forma superior de
música, me conmueve mucho.
En la última Feria del libro de
Buenos Aires dio una charla magistral, lleno de vida, de pasión y de proyectos.
Su visión del aporte que hacen las nuevas tecnologías en el crecimiento del
promedio de lectores, llama la atención y no parece provenir de un escritor de
83 años de edad.
Su juventud mental quedó de
manifiesto en su disertación en la Feria del Libro de buenos Aires, hace menos
de un mes, sobre su visión de la nueva
novela que se está gestando, de su estilística y la diferencia con la novela
del siglo XIX, todo dicho con el fervor de un treintañero. Lamentablemente, no
recibió el Nobel de literatura que bien merecido lo tenía, como sí lo
recibieron su amigo Gabriel García Márquez en 1982 y su compatriota Octavio Paz
en 1990.
En el 2011 la editorial Alfaguara
publicó “La gran novela latinoamerica”, un ensayo que abarca desde la época de
la conquista de América hasta nuestros días. Es un libro personal, no una
historia de la novela de habla española, Fuentes elige los autores que le
interesan y omite los que no, utilizando estas obras para analizar el recorrido
de la novela en esta parte del mundo. Ya en 1969 había escrito un ensayo
titulado “La nueva novela hispanoamericana” con el mismo interés por
desentrañar esa maraña apasionante que
es la literatura de América Latina.
El Espejo Enterrado publicado en
1978 fue una serie televisiva que luego se transformó en un ensayo con el mismo
título donde Fuentes revela su pasión por la historia, especifícamente aquí
indaga y trata de entender la influencia de España en sus colonias americanas.
Fuentes fue un cinéfilo y
escribió varios guiones para cine, sobre algunas de sus obras y sobre de la
otros autores como es el caso de la adaptación de la novela “Pedro Páramo” de
Juan Rulfo.
En 1989 el director argentino
Luis Puenzo dirigió el film “Gringo
Viejo” con guión del mismo Puenzo y Aída Bortnik, adaptación del libro homónimo de Fuentes. Es
una producción estadounidense sobre la revolución mexicana con las actuaciones
de Jane Fonda, Gegory Peck y Patricio Contreras.
Falleció el 15 de mayo del 2012 y
sus restos cremados serán llevados al Cementerio de Montparnasse, donde
descansan sus dos hijos.
www.omifernandez.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario