¿Nos vemos en Lacroze y Álvarez Thomas?
Por Daniela Méndez
Casariego
El cruce de las calles Federico Lacroze y Álvarez Thomas ha
sido un punto de encuentro habitual para la mayoría de los vecinos de
Chacarita, Colegiales y barrios aledaños.
¡Cuántas veces
habremos pronunciado ambos nombres y
cuántas veces más lo haremos!
Una breve recorrida por
el lugar basta para ver el crecimiento de la zona en los últimos años. Sólo en
las cuatro esquinas de la intersección ya encontramos un teatro, una radio, una
casa de comidas rápidas, una confitería, un club y en poco tiempo más, un cine.
Sería interesante entonces
conocer quiénes fueron los hombres que le dan nombre a estas transitadas
avenidas que tan internalizados están en nuestra cotidianeidad.
Federico Lacroze nació en 1838. Fue el creador de la primera línea de tranvías de la ciudad
de Buenos Aires.
El camino no fue fácil…
En 1866, propuso a
la municipalidad de Luján construir una
vía férrea entre esa ciudad y Salto pero el proyecto fue rechazado ya que por
aquel entonces el dinero debía
destinarse a la guerra contra Paraguay.
Sin darse por vencido, en
1870, Lacroze y otros empresarios pidieron a Emilio Castro, gobernador de la
provincia de Buenos Aires, la concesión de diferentes líneas de tranvías. Esta
vez, la propuesta fue aceptada por ser necesaria la creación de un medio masivo
de transporte de pasajeros en la provincia.
Pero no a todos les
gustó la iniciativa. Algunos legisladores creían que las calles eran de
los vecinos y no se podía disponer así
de ellas. Otros, temían que los tranvías provocaran accidentes, además de desvalorizar las
propiedades de las calles por las que pasaran.
Pero el rechazo no
impidió que Federico, junto a su hermano Julio, lograran su cometido.
En 1871 se inauguró el
ramal Plaza de Mayo-Plaza Miserere, que recorría unas 60 cuadras y que era
tirado por caballos a 90 kilómetros por hora. Para evitar accidentes, un
mensajero anunciaba la proximidad del mismo.
En 1891, Lacroze fue autorizado a cambiar la tracción a sangre por
la tracción a vapor.
Murió tres años después.
Además de la avenida, una estación de subte y una
estación de tren llevan su nombre. Sus restos descansan en el cementerio de la
Recoleta.
Ignacio Álvarez Thomas: Nació en Perú en 1787 pero a los diez años se
estableció en Buenos Aires junto a su familia.
Fue un político y militar
de gran participación en las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Luchó en las invasiones
inglesas de 1806 y 1807. También lo hizo durante la Revolución de Mayo.
Durante el gobierno de
Alvear, combatió en la captura de Montevideo, pero luego de contactarse con enviados de José
Artigas, se enfrentó a Alvear, precipitando la renuncia del mismo.
El Cabildo nombró a José
Rondeau como Director Supremo, pero dado que éste se encontraba en el Alto
Perú, Álvarez Thomas lo reemplazó transitoriamente.
Durante su mandato
interino, invadió dos veces Santa Fé con el objetivo de someterla a la
obediencia de Buenos Aires. Su éxito fue parcial, ya que en pocos meses la
provincia declararía su autonomía de forma definitiva. En 1816 fue forzado a renunciar.
Con los años fue
perdiendo su influencia política.
Entre 1825 y 1827 desempeñó
el cargo de embajador, primero en Perú y luego en Chile.
En 1829 fue encarcelado y
posteriormente desterrado a Uruguay por oponerse al gobierno de Juan Manuel de
Rosas.
Años más tarde y por el
mismo motivo fue desterrado a Brasil.
Desde allí, colaboró con la campaña de
Lavalle contra Rosas.
Regresó a la Argentina en
1856, año en que Justo José de Urquiza tomó el poder.
Fue dado de alta del
ejército del Estado de Buenos aires con el grado de coronel mayor.
Murió en 1857.
De ahora en más, cuando combinemos para comer
una hamburguesa, tomar un café o para disfrutar de un recital en la esquina de
Lacroze y Álvarez Thomas, sabremos a quienes nombramos al fijar dicho punto de
encuentro.
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