BIENVENIDOS AL BLOG DE LA REVISTA AQUENDE (Chacarita, Colegiales y Villa Ortúzar)

PINTA TU ALDEA Y SERAS UNIVERSAL....
Blog dedicado a los barrios de Chacarita, Colegiales y Villa Ortúzar. Este blog es una extensión de la revista gráfica Aquende, que se edita hace 29 años ininterrumpidamente.
Para colaborar con notas en ambos medios o figurar en el listado de anunciantes mandar un mail a revista_aquende@yahoo.com.ar








viernes, 15 de julio de 2011

EL HOSPITAL TORNÚ NECESITA DE LOS VECINOS


Unidad de Cuidados Paliativos Hospital Dr. Enrique Tornú
Directora médica: Dra. Mariela Bertolino.
Equipo: 3 médicos clínicos, 1 médico de investigación, 3 médicos de la Residencia, 2 médicos de la Concurrencia, 3 psicólogos, 1 residente de Psicología, 1 enfermera docente, 8 enfermeros, 1 residente de Enfermería, 1 secretaria y coordinadora de Voluntariado, 8 voluntarios, 1 terapeuta ocupacional, y 1 consultora en Bioética; equipo compartido con otros servicios del Hospital: 1 trabajadora social, 1 equipo de farmacéuticos, 1 kinesióloga, 1 psiquiatra, y 1 sacerdote.
La unidad tiene 3 consultorios y un área separada del hospital con 4 camas. Posee también espacios para la permanencia de la familia, la terapéutica psico-social, la docencia y la investigación.
Complejidad: Equipo Completo Especializado - Nivel 3 de Categorización, Normas Nacionales de Organización y Funcionamiento en Cuidado Paliativo.
Actividad año 2007.
484 pacientes asistidos; fin de seguimiento: 218 (191 fallecidos, 23 pérdida de contacto, 4 cambio de equipo)
Consultas según lugar de atención: 7.643 en UCP (incluye internación y hospital de día); 3.341 en consultorio externo; 2.522 en interconsultas.

CONTACTO
Hospital Dr. Enrique Tornú Combatientes de Malvinas 3002 (1427), Capital Federal, República Argentina Teléfono UCP: 54 (11) 4523 3511 Persona de contacto: Sra. Estela Jaime Correo E:
ucp_tornu@fibertel.com.ar

Pedido Hospital Tornú, Área Cuidados Paliativos, por favor leer y hacer circular!!!

Mucha gente no conoce el Hospital Tornú hasta que le toca de cerca. El Hospital tiene un presupuesto inimaginablemente bajo que no alcanza para prácticamente nada. Muchísimas son las carencias que no llegan a cubrirse ni con las donaciones (poquísimas en relación a otras instituciones apadrinadas por personajes de la cultura o la farándula ) que generosamente hacen ex pacientes, familiares de pacientes, amigos, personas comprometidas y hasta el mismo personal con el bienestar ajeno.

Las esperas en los distintos servicios y las internaciones, algunas de varios meses, se hacen interminablemente largas y angustiosas.

Es por eso que queremos que este mail circule desde hoy y se haga una gratificante CADENA y donde podamos decir ¡¡¡GRACIAS!!! a la colaboración de todos ustedes para lograr conseguir algunas de las cosas que aquí detallamos, que sabemos que nunca están demás, como ser: - televisores, - video cassetteras (ahora que todo el mundo las cambio por DVD), - películas en video, - radios portátiles y radiograbadores.
- Computadoras.
- Láminas decorativas para alegrar los pabellones y revistas para hacer más llevadera la espera.
- Mesitas pequeñas (para poner las revistas en las sala de espera),
- plantas de interior y exterior.
- Bancos y sillas, platos, cubiertos, vajilla en general para médicos y enfermeras.
- Mesa de 2 planos para que los médicos de quimioterapia trabajen comodamente, - una mesa para computadora.

Además ahora estamos necesitando,
* Ropa de Abrigo para los pacientes,
* Ropa de Cama, frazadas, almohadas, almohadones,
* Toallas,
* Artículos para higiene personal, para los pacientes que no tienen familia,
* Pañuelos para la cabeza
* Gorros, Gorras,
* Zapatos,
* Medias,
* Libros, para la Biblioteca donde pueden los pacientes hacer volar su imaginación,
* Pelucas,
* Alimentos no perecederos
* Revistas de Entretenimientos, palabras cruzadas,
* Y Materiales de arte (hojas, crayones, lápices, acuarelas, etc) para los pacientes que se encuentran en el sector de Rehabilitación y Cuidados Paliativos, para que expresen todo su Arte.

Muchos son los pacientes que no tienen familias y están solos internados por eso necesitamos de tu servicio Voluntario, para que nos ayudes con nuestra hermosa tarea.

Te cometamos que los 3ros jueves de cada mes te invitamos a participar de "Jornadas de Entretenimiento y Recreación para los Pacientes", así que si sabés cantar, hacer magia, tocar algún instrumento, podés venir con tu grupo de música, si sabés bailar y donde nos puedas dar unas clases a todos, alguna manualidad, o lo que realices, ¡¡¡te esperamos con mucho Amor!!!

Desde luego es IMPORTANTÍSIMO!!! que quien así lo desee pueda donar Insumos y Material Descartable que son tan caros e imprescindibles para combatir esta grave enfermedad que en el último año ha duplicado prácticamente la cantidad de consultas en nuestros servicios.

El cáncer no conoce de edades, colores ni religiones, nos puede afectar a todos y entre todos tenemos que luchar para combatirlo. Si usted cree que puede ayudar, todo, por chiquito que sea sirve para mejorar la vida de quienes se atienden o trabajan en el Hospital.

"Cuando pierdas el temor...algo nuevo encontrarás"


La Dra. Mariela Bertolino y la Sra Estela Jaime (Coordinadora de Voluntarios) estela_majair@yahoo.com Hospital Dr. Enrique Tornú Combatientes de Malvinas 3002 (1427), Capital Federal, República Argentina - Teléfono UCP: 54 (11) 4523 3511 - Correo E: ucp_tornu@fibertel.com.ar
http://paliativo-femeba.org/instituciones/ucp-htal.-tornú

jueves, 14 de julio de 2011

LA CHACARITA DE LOS COLEGIALES
EN TIEMPO DE JUVENILIA

(En el 366 Aniversario del barrio de Chacarita, 28 de junio)

Seguimos historiando nuestros barrios de influencia (Chacarita, Colegiales y Villa Ortúzar), en la páginas de la revista Aquende, que nos permite informar a los vecinos sobre el pasado de esta pequeña patria donde nacimos y que tanto amamos. Pero sigamos el hilo de la narración.
Debemos ubicarnos –privilegio del pensamiento-, en el año 1865- años más, años menos-, sobre aquella época, el escritor argentino Miguel Cané, dejó interesantes recuerdos, en su novela “Juvenilia”, referida a rescatar recuerdos de sus tiempos como alumno del Colegio Nacional Buenos Aires, sucesor con el correr de los años, de aquel Colegio de San Ignacio y de San Carlos luego, que los sacerdotes jesuitas regentearon.
El lector recordará que el territorio que hoy conforma nuestros barrios pertenecía a las tierras de Chacarita –o sea Chacrita- donde los alumnos o colegiales pasaban sus vacaciones. Precisamente, a estos lugares se refiere el conocido escritor en su libro, que descuento es muy conocido, pero que siempre merece una nueva lectura.
Los alumnos llegaban a nuestros lares en coches de caballos o en carretas, no había otro vehículo para arribar a este lejano oeste y aquí se cobijaban en los caserones del Colegio, donde se veían todavía los restos de la vetusta Capilla.
Aquí no se estudiaba entonces y los muchachos de 14 a 18 años de edad, se dedicaban a recorrer la vasta región que entonces tenía su colegio y que aproximadamente se extendía entre el Arroyo Maldonado por el este, la avenida Elcano, por el oeste, la continuación de Warnes por el sur y las estribaciones del cercano pueblo de Belgrano por el norte.
Los estudiantes procuraban cumplir aventuras graciosas y emocionantes vulgarizados también por una película cinematográfica argentina. Son conocidos los episodios tales como la concurrencia a una baile en los límites de las extensiones propias del Colegio, y el retorno montando cuatro muchachos en un flaco caballo.
También se lee con gusto la llamada “Aventura de los vascos”, de la que nos ocuparemos con más detalles, por suceder en tierras que hoy son de Villa Ortúzar.
El caso es que en nuestra zona hace ya más de un siglo, había una extensa quinta vecina de Colegio, donde varios trabajadores vascos cosechaban riquísimos melones y sandías. Según el historiador arquitecto Héctor Otonello, especializado en esas investigaciones, la entrada a la quinta de los agricultores españoles estaba en la actual avenida Elcano. El ancho camino Elcano, era –en épocas de lluvia-, un zanjón que llevaba las aguas hacia el norte. Los jóvenes decidieron un día conseguir melones de manera poco normal: sustrayéndolos a los vascos. Cruzaron el zanjón, llegaron a los plantíos, tomaron los apetitosos melones…Y luego debieron escapar a la carrera, perseguidos por dos vascos armados de tridentes…En esos momentos Cané recordaba: “¡Buena, sana, alegre, vibrante, aquella vida de campo!” Nos levantábamos al alba, la mañana inundada de sol, el aire lleno de emanaciones balsámicas, los árboles frescos y contentos, el espacio abierto a todos los rumbos…El escritor acotaba que en lo que es hoy Villa Ortúzar, se extendía un alfalfar pintorescamente manchado por dos o tres parvas de pasto seco y más allá del melonar. Los estudiantes se dirigían a la actual esquina de Elcano y Sthepenson, en busca de la entrada a la quinta, entre Guevara y Roseti.
Estas descripciones nos causan asombro, porque nos cuesta imaginar nuestros barrios en ese año 1865. No queda nada de aquello; todo está habitado, lo surcan vehículos de todo tipo, el caserón de la Chacarita fue demolido en 1869. Pero así es el progreso y deben ser naturalmente admitido.
Fueron concluyendo los años de alegría de nuestros barrios –entonces una una feraz llanura en el oeste-, donde no había transporte público y sólo algunos anchos caminos polvorientos o transformados en lodazales según el clima.
En esa época se decidió su destino, para concluir en un cementerio enorme, con todo lo que ello significa, como freno de posibilidades. En efecto, en esa época, las autoridades municipales decidieron crear un gran parque en las tierras de Palermo que habían sido de Juan Manuel de Rosas.
Al estudiarse la zona, se comprobó que esos eran terrenos muy bajos y fácilmente inundables, por su escasa altura, la cercanía con el Río de la Plata y la existencia de arroyo Maldonado, que hoy corre entubado por la avenida Juan B. Justo. Por tal causa se empezó a buscar otra región de la provincia (entonces todavía no éramos capital), para levantar un bello parque y se pensó en los terrenos de la Chacarita de los Colegiales, nuestra región. La gestión no prosperó y continuó transformada en una llanura destinada a cultivos variados y cría de ganado.
Así se llegó al año 1871 y Buenos Aires sufrió –como hemos comentado en otros artículos de la serie que publica “Aquende”-, una tremenda epidemia de fiebre amarilla, que ocasiónó 14.000 víctimas. Las consecuencias fueron tristísimos porque no fueron suficientes los enterratorios y entonces se buscó un terreno alto, alejado de la ciudad capital ( cuyos límites lo determinaba en el oeste el arroyo Maldonado), que fuera fiscal y todavía poco habitado. Así se decidió el destino de nuestros barrios y se creó el primer cementerio denominado “La Chacarita”, donde hoy se encuentra el Parque Los Andes, en el cruce de dos caminos: Corrientes y Borrego. El vecino italiano don Agustín Comastri, cuya bella residencia se encuentra en Villa Crespo y es hoy el colegio industrial de la Nación N° 34, donó algunos sectores de tierra y ayudó a que se estableciera un paradero para el ferrocarril que traía los cadáveres a Chacarita, desde Pueyrredón y Corrientes, en vagones arrastrados por la histórica locomotora “La Porteña”.
Ese primer camposanto se inaugura el 14 de marzo de 1871, por disposición del gobernador de la provincia de Buenos Aires, don Emilio Castto, asignándoles siete hectáreas bordeadas por un muro en el frente y cercos vivos y de alambre en el resto. A la “Chacarita Vieja”, llegaban los visitantes y ello fue mejorando el aspecto de la zona, al aparecer algunos comercios propios de las circunstancias. En 1873, se decidió en clausurar el cementerio para ampliarlo y se pensó en tierras vecinas, también del Estado, precisamente las que habían sido del Colegio de Buenos Aires y cuyas antiguas construcciones todavía se veían, pero muy deterioradas. Se marcaron así casi 70 hectáreas en tierras altas ( a 20 metros sobre el nivel del rio) y varios caminos, las actuales calles Borrego, Corrientes, Jorge Newbery, Federico Lacroze (o Colegiales) Elcano, Warnes, Chorroarín, entre otras de menor importancia.
Por 1875, el viejo cementerio estaba casi abandonado y rodeado por praderas donde –incluso- abundaban las liebres, que eran cazadas por los habitantes. Por tal causa se compró al vecino Mariano Medrano una fracción de tierra para ensanchar el primero, realizándose obras de mejoramiento y construyendo un muro perimetral.
Poco a poco se iban levantando ranchos en la región y por Corrientes y Dorrego (esquina SE) había un pulpería que se llamaba “La Tapera” y que persistió hasta la década del cuarenta. Otro edificio de valor histórico era una construcción de estilo hispánico, con techo de tejas de hierro, que estuvo hasta 1945, en los fondos del Club Atlanta. Se asocia la construcción con algunas llegadas al lugar de don Juan Manuel de Rosas, que vivía por 1838 en su residencia de Palermo y que a veces visitaba también el diplomático inglés Henry Southern, dueño de una quinta de recreo en Villa Crespo.


Este artículo fue publicado en el número 15 año 2 en la revista Aquende, año 1986, por el Prof. Diego A, del Pino, incansable investigador que ha divulgado en nuestra revista más de 200 artículos sobre la historia de nuestros barrios. El partió físicamente en el año 2008, pero deja un enorme legado de investigaciones, y su libros y artículos son material de consulta por alumnos primarios, secundarios, de la universidad y vecinos y lectores como usted, que valora un honesto trabajo intelectual e investigativo que ya queda en la historia de nuestra zona.

“… si de veras quieres ayudarme

no camines por mi

dejame caminar por mi camino…

porque yo crezco mas con mis errores

que con tus aciertos”. (René Trossero)

Sexualidad y Discapacidad en nuestro barrio

La sexualidad es un proceso que vamos desarrollando desde que somos pequeños y a lo largo de toda la vida; las formas de expresión son muy variadas.

Todos desde el mismo momento del nacimiento, tenemos un cuerpo con la capacidad de sentir, disfrutar y comunicar.

Es necesario que TODO niño y niña reciba educación sexual, desde muy temprano, preferentemente, en sus hogares y por sus padres. De esta manera se promueve que vivan de forma positiva y feliz su sexualidad

Paralelamente al desarrollo de nuestra personalidad, vamos construyendo nuestra identidad sexual, nuestra orientación del deseo sexual, nuestro rol de género, nuestra capacidad para expresar afecto, intimidad, y comunicación con los demás.

La sexualidad. es una construcción psíquica. No esta completamente dada, ni determinada desde un comienzo por la biología, sino que ”somos seres sexuados” en un sentido amplio; y el hecho de ser hombre o mujer, y la forma de cómo lo hayamos aprendido a serlo, nos define de una manera diferente de ser y estar en el mundo. Nuestra sexualidad es sobre todo la manera en que uno se ve, se siente y vive el hecho de ser sexuado.

En cuanto a las personas con discapacidad todavía, existen demasiados prejuicios y actitudes sociales que dificultan el pleno ejercicio de sus derechos y, cómo no, el disfrute de la propia sexualidad

Con bastante frecuencia, a las personas con discapacidad intelectual, se les niega o reprime el derecho al ejercicio de la misma. Asi como se evita la formación sexual por considerarla: 1) Innecesaria: de acuerdo a la creencia de ausencias de deseos y necesidades o 2) Peligrosa: por falta de control de impulsos- Hipersexualidad

Desde el punto de vista del profesional nuestra obligación no sólo es reconocer su sexualidad, sino apoyarles para que disfruten de una vida sexual plena.

El termino “discapacitado” no goza de mi aprobación, ya que en general desvaloriza, descalifica y pone una etiqueta de inferioridad e incapacidad generalizada.

La discapacidad es un elemento pero nunca puede definir a la persona

Existen diferentes tipos de discapacidades: físicas, sensoriales, viscerales, y mentales.

En cualquiera de sus variaciones, no debe privar a los varones y las mujeres de cualquier condición, del “derecho humano” de gozar de una sexualidad placentera y responsable adaptada a las posibilidades y capacidades de cada uno.

En las personas con una discapacidad mental severa debemos tener en cuenta que dependen mucho mas de otras personas y la autotomía es muy limitada o inexistente. La dimensión del cuidado debe estar muy desarrollada y se debe protegerlos de que no queden expuestos a situaciones de riesgos y/o marginales.

Una sana educación sexual siempre debe apuntar a querer, aceptar, y cuidar nuestro cuerpo y el de los demás, respetando y aceptando las diferencias individuales.

Por ultimo, pero no menos importante, hay que tener especial cuidado a la hora de evaluar capacidades y potencialidades, evitemos ser nosotros los que incrementemos la discapacidad al no darles la oportunidad de aprender y crecer.

Lic. Martin trebino

Cel: 15-3595-8603

Coordinador LaReP - Red Psicologica

www.larep.com.ar

Lo paradójico de las relaciones humanas

frente a las nuevas tecnologías.

En el artículo del mes pasado a esta edición de la revista me referí al sentimiento de soledad que podemos percibir en las conductas desplegando cada una de sus formas. Me quiero detener ahora en el principio de aquel escrito, donde ubique el ejercicio en el que las nuevas tecnologías inciden sobre nosotros como estrategias de persuasión para distraernos de aquello que realmente nos pertenece: nuestro cuerpo y nuestra mente.
Cada día me sorprendo más por los avances tecnológicos. Disfruto de algunos, sobre todo cuando puedo encontrarme “virtualmente” con algún ser querido que se encuentra a la distancia. Por un rato, pareciera que estamos juntos. Es increíble. Tampoco deja de sorprenderme la posibilidad de “hablar” al mismo tiempo con más de una persona a la vez, estando en mi casa, conectado con lo mágico que parece ser internet, y así puedo enumerar tantas facilidades que brindan estos sistemas que podría estar todo el escrito.
Pero me pregunto por lo paradójico de estas ventajas, sabemos lo fácil, lo veloz y lo práctico de estas herramientas. Podemos en poco tiempo, hacer el trabajo que antes hacíamos en una semana o en un mes. El mail reemplazo fácilmente a la carta, o al telegrama, las reuniones no necesariamente dependen de los cuerpos que se encuentran, sino que pueden ser virtuales, y lo mismo con las relaciones.
Ahora bien, ¿cuanto nos acerca y cuanto nos distancia? Insisto en lo paradójico de esto.
Podemos así gozar de una vida llena de relaciones, comunicados con todo el mundo, a toda hora y lugar. Podemos tener “amigos” en cualquier parte del mundo y viajar a donde sea, solo sentados frente a una computadora.
¿Pero realmente que pasa con nosotros y que pasa con los otros? ¿Estas ventajas que nos acercan, al mismo tiempo no nos están distanciando de aquello que realmente nos pertenece?
Para los profesionales de la salud esta paradoja hoy en día se convierte en todo un desafío porque empezamos a divisar nuevas problemáticas que inciden en las conductas de las personas y que aparecen relacionadas al abuso de las tecnologías
El problema estará si hacemos de esta herramienta una ideal excusa para persuadirnos de aquello que realmente nos pertenece: nuestro cuerpo y nuestra alma, pero también, nosotros frente a los vínculos reales con los otros. Aquello que sucede alrededor nuestro, en el barrio, en la familia, en los lugares de pertenencia ¡que buena excusa encontramos en las tecnologías para evadirnos del otro!
Todo es más simple por medio de lo virtual. Nos podemos hacer amigos de miles de personas, hasta podemos utilizarlo para conquistar un chico o una chica, ver un recital en vivo y tantas cosas más. Que fácil y cómodo parece.
El riesgo está en el verdadero vacio de estas relaciones, en la posible perdida de la palabra, del abrazo, el calor humano, las sensaciones. ¿Para qué vamos a correr el riesgo de frustrarnos frente a alguien que nos gusta? ¿Para qué vamos a viajar para visitar a esa persona que hace mucho que no vemos? El riesgo no es más ni menos que la caída de la importancia del “otro”, por ende de nuestra propia caída, sin hacernos cargo de lo que nos pertenece, con nuestras virtudes e inhibiciones.
Todo parece tan increíble que hasta podemos agudizar nuestras dificultades, ocultándonos detrás de una pantalla, sin saber que lo que conlleva el abuso de esta herramienta es intentar vivir muchas vidas dentro de una, perdiendo lo autentico de vivir una vida, una vez.

Lic. Martin Finzi – UBA- Especialista en Psicología Clínica

MN.49.350

Cel: .15 64 17 91 06

martinfinzi@gmail.com

Estimado vecino... ¿Vive Ud. en tierras de Roncoroni?

(Parte I)

Se puede decir que esta historia comienza en una fecha precisa: 17 de marzo de 1873, porque ese día Juan Robassio le compró al municipio de Belgrano –entonces Provincia de Buenos Aires- el terreno que arrendaba “en el parage denominado Chacarita” para vendérselo en forma inmediata “con las poblaciones, arboledas, alfalfares y cercas que contiene” a Ángel Roncoroni. La chacra cubría una superficie de 35 cuadras ó 594.032 metros cuadrados por las que pagó $ 1.249.639 –entonces moneda corriente- ambas escrituras las entregó el Presidente de la Corporación Municipal de aquel Partido.

En ese momento la propiedad lindaba por el Norte con la Chacarita de los Colegiales, por el Sur con el Camino de Buenos Aires a San Martín, por el Este con don Santiago Ortúzar y por el Oeste con terrenos conocidos “por de Farías”.

El nuevo dueño había nacido en 1836 en Olgiate Comasco, Provincia de Como en el Reino de Italia, y era hijo de Gaspar y Mary Pini. Poco se sabe de él, aunque es seguro que aparece en Buenos Aires a principios de 1860 formando parte de una sociedad junto con sus hermanos José y Juan, José Pini y Luis Luraschi como dueños de un negocio de “Pinturería y Almacén de Espejos” ubicado en Florida y Cangallo (hoy Presidente Perón)

Se casó en 1871 con su prima María Pini en el pueblo natal de ambos, tuvieron un hijo al que llamaron Pío Mario Gaspar que nació en Argentina y bautizaron en la parroquia de Belgrano.

Don Ángel falleció en Italia el 29 de marzo de 1880 y su viuda nombró a Ludovico Bonacina como apoderado de ella y representante legal del hijo para que se encargue de la sucesión y reclame el terreno “en el parage denominado Chacarita” todavía provincia de Buenos Aires.

Ella retornó a Italia y dos años después se casó con Víctor Bulgheroni y tuvo un hijo al que llamaron Ángel Luis Víctor que falleció a los pocos meses, semanas después también murió Maria que nombró a su esposo tutor del hijo que había tenido en su anterior matrimonio.

El viudo y su hijastro se presentaron ante la justicia argentina para reclamar la herencia que todavía se estaba tramitando de Ángel Roncoroni. El 2 de mayo de 1888 fue declarado Pío Mario Gaspar Roncoroni único y universal heredero de sus padres mientras que Víctor Bulgheroni de su esposa y del hijo fallecido.

Una vez establecidos los herederos le solicitaron a Juan Pini informe el valor estimado de los bienes “en especial un terreno de chacra en el parage denominado chacarita” y a la Oficina de Hipotecas si la propiedad tenía algún tipo de deudas, inhibición o embargos.

Lo único pendiente con respecto a las tierras era un juicio que habían iniciado Santiago Ortúzar y Lucas Iparaguirre –en vida de don Ángel- para que fuera declarada nula una compra que hizo al municipio de Belgrano porque una ley provincial había prohibido la venta de esas tierras.

El 28 de octubre de 1889 el Ingeniero Arsenio Bergallo comenzó la medición de los terrenos por comisión del Juez Dr. Emilio Giménez que llevaba la sucesión, para el trabajo llevó consigo las mensuras que antes habían hecho en el lugar Pedro Benoit en 1871, dos años después José María de las Carreras y Cristian Heusser, Antonio Lagos en 1874, Juan Coquet en 1875 y Jorge Meineke en 1876.

Don Ángel Roncoroni tenía una propiedad -una parte era familiar y otra societaria- que tenían dirección Norte-Sur y estaban unidas por sus costados Este-Oeste. El todo tenía entonces por límites “Al Norte el Camino de San Martín a Buenos Aires -hoy calle de Córdoba-, al Oeste don Santiago Ortúzar –hoy Juan Crisol-, al Sur la Chacarita de los Colegiales y el municipio de Belgrano, y al Este calle pública - hoy conocida por Colegiales-”.

La medición comenzó “... a los 21 metros 65 centímetros, una paralela al paredón del Cementerio Viejo ó Chacarita primera... busqué luego el alambrado diez y ocho entre Comastri y Brown - hoy Mackern Mac Lean y Cía-, y Juan Clark Cía, y en su dirección y hacia el Oeste [...] las fracciones II, IV y V del plano de división en la liquidación de la sociedad ‘Brown, Roncoroni y Gowland’”.

A partir de allí “empieza el adoquinado” y hacia el frente encontró “el ángulo saliente del paredón del Cementerio segundo [el actual] ensanche recibido para Enterratorio General” después de seguir por la parte adoquinada “de la calle Colegiales” encontró el lado sur de la ochava del Cementerio donde clavó “una estaca de fierro en la junta de los adoquines”.

Hacia el Norte “el adoquinado provisorio que conducía al portón central de la Chacarita vieja” (Dorrego y Corrientes), luego a los pocos metros “pasé la doble vía en la curva del Tramway Rural”, después de sortear varias zanjas -antiguos cercos- encontró “un poste de teléfono que queda al Oeste”.

Allí estaba “la casa de don José Más” (Jorge Newbery y Guzmán) luego se dirigió hacia el camino de San Martín a Buenos Aires hasta encontrar “el alambrado de los herederos de Arnejo” y más adelante el “cerco vivo de una cina cina de don Vicente Blasco”.

Al mismo tiempo que medía iba estableciendo los puntos de referencia: “el quinto poste de alambrado sobre la calle de Córdoba y el sexto de la calle Colegiales” -y señalaba los alambrados que encontraba- “... provisorio para los animales”, “...de Juan Henestrosa” y otros vecinos mientras al mismo tiempo marcaba puntos específicos “... en partes solamente zanja y en otra, zanja y alambrado”.

Siguió encontrando cercos de cina cina hasta alcanzar el primer alambrado del “Tramway Rural vía a Belgrano” -y luego más zanjas, alambrados y cercos vivos- hasta llegar a “Villa Ortúzar” (sic)

En el camino iba colocando los mojones de fierro y “a 22.35 metros de la vía del tramway rural a San Martín” encontró un poste telefónico de esa compañía.

Aunque llevaba los antecedentes de las mediciones realizadas años antes, necesitó la ayuda de los vecinos Juan Queirolo y Alejandro Gabiase “que hace como veinte años residen en este punto y son empleados de la Chacarita desde mucho tiempo atrás cuando se estableció como enterratorio”.

Después de establecer las esquinas de los terrenos de Roncoroni y Ortúzar encontró un camino lleno de pozos y pantanos “pasan carretas y carros de ladrillos” -en ese lugar cruzó el adoquinado hacia el portón del enterratorio- “... en el centro del cual se halla instalado un tramway Decauville para el servicio del cementerio (...) a los 155,22 metros a la derecha terminan las oficinas de la Chacarita”.

Bergallo midió y determinó los límites del terreno de 912.027 metros cuadrados que en ese momento lindaba por el Norte con “el centro de la zanja existente sobre la calle de Córdoba”, al Este con “el alambrado actual de la calle Colegiales y prolongación de la línea del paredón de segundo cementerio”, al Sur una extensión del cementerio “hasta el pilar norte de su ochava oeste” y por el Oeste “el centro de la zanja que actualmente existe”.

También estableció las tierras de los vecinos que rodeaban el lugar del otro lado de la calle Córdoba y de la calle Colegiales, mientras al Oeste estaba Juan Crisol –terrenos que habían sido de Santiago Ortúzar- y por el sur “terrenos municipales adheridos a la extensión del cementerio de la Chacarita y terreno municipal hoy calle pública o campo abierto”.

Así dio por concluido el trabajo, aclarando que aunque la municipalidad había sido citada nadie se presentó a pesar del trabajo que debían hacer en ese lugar: acceso al cementerio, levantar los jardines que se habían proyectado para lo cual había que expropiar terrenos de la calle Corrientes y acordar con Lacroze.

“La estación hallase situada más o menos en el centro del terreno frente al portón del Cementerio. El propietario de este tramway, no ha sido citado a la mensura, por cuanto el terreno no es de su propiedad y tanto la estación como las vías han sido asentadas en terrenos de estos condóminos sin ser escrituradas pues eran terrenos primitivos de Robassio y Farías, nada se ha vendido”.

Pero había otra fracción con problemas: “... hacia el sudoeste del terreno de Don Juan Clark y se halla cruzado en terraplen por la vía del Ferrocarril del Pacífico con sus bordes alambrados, y los otros tres costados que lindan con calles públicas no tienen límite alguno marcado, en resumen es un terreno abierto”.

También señaló en forma separada el cuadrilátero que había pertenecido a la sociedad que había formado Roncoroni con Brown, Medrano y Gowland, y el que reclamaban Iparaguirre y Ortúzar.

El 25 de octubre de 1889 los vecinos que rodeaban las tierras de don Ángel aceptaron la medición “Por cuanto ha respetado los límites que con la propiedad medida tenemos y consideramos son los centros de las zanjas existentes y de las demás zanjas que han limitado el terreno medido”.

Así quedó establecida la superficie total y los límites del terreno de don Ángel Roncaron. Sin embargo, por entonces ya habían fallecido Mary Pini, José Pini y Juan Roncoroni por lo tanto de esta medición también dependía la división de las respectivas sucesiones.

Por lo tanto el tema estaba lejos de terminar...


Lic Stella Maris De Lellis, historiadora


LOS CHICOS DE LA CALLE
Una realidad presente en el barrio

La problemática de los chicos en situación de calle no es nueva. Es muy difícil de solucionar y hay que poner mucha voluntad para esto, pero todo lo que venga a sumar para su mejor calidad de vida es bienvenido.
En el Centro de Salud número 33, ubicado en la avenida Córdoba 5656, en el barrio de Colegiales, tuvieron la magnífica idea de instalar una ducha en el lugar para los chicos y adultos que están sin hogar. Esta ducha sirvió para que muchos chicos ingresen al sistema de salud
Según se pudo averiguar, este simple pero efectivo hecho trajo consecuencias muy positivas. Los chicos, que siempre mostraron resistencia a la atención médica, se fueron acercando para ducharse. A partir de ese momento, los integrantes de este Centro de Salud comenzaron a aconsejar acerca de las posibilidades de atención que podían tener en ese lugar, El resultado que trajo esta innovación, que no tienen otros centros de salud, fue que muchos chicos empezaron a concurrir a bañarse pero también comenzaron a interiorizarse por su salud, teniendo consultas con un médico clínico, con un dentista; etc.
Luego de que se empezó a correr el rumor de que se había instalado una ducha en Centro de Salud, comenzaron a llegar al mismo, cartoneros con sus respectivas familias para utilizar el servicio. Estacionaban el carrito sobre Córdoba y entraban a bañarse, consiguiendo en muchos casos que los médicos del lugar pudieran atender a sus hijos.
La mayoría de estos chicos no tienen donde pasar la noche y si se les pregunta por qué no van a un parador, contestan que prefieren quedarse con su grupo de “amigos”, que ellos mismos denominan “ranchada” y sostienen así están bien. Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de estos chicos no tienen documento y no quieren volver a la casa familiar, en caso de que tengan familia. Hay casos de maltrato, violencia, abuso, y cuando el menor toma consideración del peligro, muchas veces se escapa del hogar y termina o en un parador o peor, en la calle.
Hay que rescatar el valor que tienen estos Centros de Salud en todos los barrios porteños ya que son lugares en donde los más necesitados pueden acercarse a consultar sobre salud, sobre lugares en donde pasar el día y/o la noche, entre otras cosas.
A los Centros de Salud hay que agregarle las salitas médicas, que si bien fueron disminuyendo en cantidad, reciben a mucha gente que no tiene recursos para pagar una obra social o para dirigirse a un hospital público. En muchos casos están como dejadas de lado las salitas médicas, tomándolas como inferiores teniendo en cuenta hospitales y clínicas privadas.
Ahora que se vienen las elecciones a jefe de gobierno, legisladores y jefes comunales, hay que exigir que se atiendan las necesidades de los chicos en situación de calle. Opciones como centros de día, paradores, comedores, Centros de Salud, salitas barriales y hasta las parroquias son buenas para intentar mejorar la calidad de vida de esta población. No se puede permitir que siga habiendo chicos debajo de los puentes, en las estaciones de trenes o en las plazas vagando cuando pueden estar en un lugar cálido instruyéndose o aprendiendo algún oficio para poder usar en el futuro.

El Arte del Señor Beanato

La niñez se mide por sonidos, olores e imágenes, antes de que se extienda la hora oscura de la razón. John Betjeman. (Prólogo del film “El niño con el pijama a rayas”)

En los círculos de escritores suelo escuchar que: “ La memoria es la única forma de sueño de la literatura”. En mi caso particular se transforma en una pesadilla, dado que cuando evoco la niñez aparecen en mi pantalla cerebral las imágenes de los rostros y paisajes del ayer con nitidez y en una versión integral. Hoy la función mental está enfocada sobre la calle Jorge Newbery entre Guevara y Fraga, no sé si ustedes logran divisar las enormes plantas de pita con sus flores amarillas en ramilletes que, cubren su empedrado y las columnas de hierro portadoras de energía eléctrica. Asimismo deberían percibir el sonido metálico de los tranvías 94 y 95 al cruzar las bocacalles o el andar turbulento de “La Chancha”, el ómnibus 18 de la “Compañía Libertad”, con su carrocería color “bordó” tipo ballena que se desplaza rumbo a Palermo.

Con mayor precisión aparece reflejada la edificación de su mano par, observemos desde la esquina con Guevara: “El Baratillo de Chacarita” con las ofertas de sus prendas, al lado la casa de la Sra. Directora, a continuación el hogar de la Familia Catturini con sus hijos: “Tito”, “Negrita” y “Pirulo”, destacados por haber actuado como extras en películas junto a Olinda Bozàn y Luis Sandrini. De inmediato un comercio que una vez fue juguetería y luego de sanitarios. A continuación la casa de la Familia Scriminacci con dos de sus hijos notables: “Beto”, jugador de la Primera División de Chacarita Juniors en la década del cuarenta y el “Cholo”, galán y cantor de serenatas. Vecinos a ellos una casa de verja que aloja a un matrimonio cuyo esposo tiene un problema en pronunciar la “c”, lo llaman “La maldita chelula”. De inmediato encontrarán a la Panadería y Confitería “La Flor de Chacarita” de los Hermanos Rocha, la conocemos hasta su interior dado que en el horno de la cuadra se cocinan la carne y los pollos de los domingos, que los vecinos portan en asaderas cubiertas con prolijas servilletas. Es aún el tiempo que no ha llegado el gas natural al barrio. El local lindero lo comparten la Bicicleterìa Busato de los hermanos José y Dante y el letrista y fileteador Alberto Beanato, vecino a ellos el hogar de los Bruschi, en la esquina con Fraga se encuentra la peluquería de damas de Víctor Galgano.

Ahora el foco está centrado en el Señor Beanato, una persona de mediana edad, delgado, con una cabeza calva, de movimientos enérgicos, siempre luciendo un guardapolvo de color ocre con manchas de pinturas de distintos colores y un cigarrillo encendido. Su arte consiste en realizar diversos tipos de letras para los carteles de género o chapas para anuncios comerciales. Además tiene una destreza especial para la técnica del fileteado porteño que desde principio de este Siglo XX se ha difundido en la Ciudad de Buenos Aires. Siendo un chico que recién tengo permiso para cruzar la calle, paso un largo tiempo en la puerta de su local admirando la habilidad en el manejo de sus pinceles. Con él descubrí la secuencia de la técnica: dibujo, perforado, empolvado, fileteado y lustre. Con su dedo meñique apoyado sobre la superficie a tratar y el soporte del pulgar y el índice realiza maniobras precisas, con su pincel con pelo de cinco centímetros de longitud especial, para el trazado de sinuosas curvas y líneas rectas sin utilizar algún soporte orientador. ¿Lo están viendo?... Ha dejado el cigarrillo humeante en su mesa de trabajo, en el caballete tiene un cartel al que le falta realizar una “o” para culminar con pintura blanca sobre una base roja el texto: “Se alquila habitación para hombre solo”...

En estos días circulan por la Ciudad los carros con tracción a sangre, camiones y colectivos siendo una costumbre ornamentarlos con el fileteado. En general se usa el ornato, adorno de base espiralada con elementos decorativos que remiten al romanticismo, tales como: perlas, flores y hojas, animales, seres fantásticos, personajes populares y en sus laterales frases ingeniosas e iniciales. En la calle Leiva cercano a Lemos están los Hermanos Savoia con sus carros para repartir a domicilio la leche sin envasar, su transporte cuenta con diversas atracciones: las ruedas cubiertas con caucho para facilitar su movimiento silencioso y las monturas de sus caballos engalanadas con tachuelas doradas. Además sus móviles están fileteados y poseen frases picarescas. Veamos esas inscripciones: “Si querès leche fría, ponè la vaca a la sombra” ¿y del otro lado? : “La vida es como la cebolla, hay que pelarla llorando”...

En la calle Santos Dumont casi esquina Fraga está el corralón de materiales de los Hermanos Damelio, ellos también tienen carros para el transporte y lucen por su estética con el aporte del Señor Beanato. Allá se asoma un carro de dos ruedas tirado por la yegua “Laura” lo conduce “Cacho” el menor de los hermanos, veamos las leyendas: en un lateral “Donde canta este zorzal... (la imagen de Carlos Gardel) hacen cola las calandrias” del otro lado: “Si su hija sufre y llora, es por este pibe señora”...

Por Guevara pasa un carro, con ocho ruedas y una tropilla de caballos con cadenero, del aserradero Pedro Landò y Cía. Transporta troncos de madera llegados desde el Litoral a la Estación Federico Lacroze del Ferrocarril Urquiza. Su conductor, Esteban Peola, sostiene con energía las riendas para guiar a la tropa equina que en su andar producen chispas con el roce de sus herraduras sobre el empedrado. Inspirado en el tango “Mano Blanca” de moda en los años cuarenta, en las voces de Alberto Castillo o de Angel Vargas, el jinete porta en el carro la figura de sus dos iniciales. .

Se presume que hasta el año 1975 los colectivos serán autorizados a decorarlos con las distintas expresiones del fileteado porteño, del mismo modo los coches particulares y los taxis. En el futuro sólo podrá observarse el despliegue de la técnica en las calesitas de la Ciudad y locales con objetos de arte. Ahora estoy desconcertado, siento que el Señor Beanato me está llamando para decirme lo de costumbre: “¿Me hacès un favor, Pibe?. Andà a lo de Raúl Patria y compràme un atado de cigarrillos Fontanares Negros de veinte centavos”. Cercano al final “de mi sueño literario” le ocurre algo fatídico a mi memoria: no logra registrar las manchas de pintura en el guardapolvo ocre de Alberto Beanato. Lo proyecta inmaculado...

E FILETADO PORTEÑO

El fileteado porteño es un arte decorativo y popular nacido a

principios del siglo XX en la ciudad de Buenos Aires.

Tuvo su origen en las fábricas de carros donde los pioneros del oficio,

trabajando en la ornamentación de esos vehículos, prácticamente crearon

este género, que desafortunadamente no fue suficientemente documentado

en su génesis ni tampoco en su posterior desarrollo.

Por ello, la historia del fileteado que poseemos está construida sobre

la recopilación de testimonios de los maestros de este oficio a

mediados de éste siglo.

Al igual que en el tango, no hay un primer artista ni una fecha exacta

que permitan determinar con exactitud el inicio de esta práctica, mas

los testimonios coinciden en que fueron tres inmigrantes italianos los

que desarrollaron casi contemporáneamente el filetado trabajando dentro

de las diferentes carrocerías existentes al inicio del novecientos:

Cecilio Pascarella, Vicente Brunetti y Salvador Venturo, quienes

posteriormente tuvieron como primeros continuadores a sus propios

hijos.

Así, la decoración fileteada de los carros en Buenos Aires comenzó con

pintar los laterales de los carros con un color vivo, rompiendo con el

gris municipal que los caracterizaba. Otro avance fue dividir estos dos

colores con una delgada línea en un tono más intenso o contrastante, el

filete.

A partir de allí, van surgiendo los diferentes motivos que más tarde

conformarán un vasto repertorio que caracterizará, al igual que la

composición y su técnica de pintura, a un género inconfundible.

Flores, volutas, hojas de acanto, cintas argentinas, bolitas, líneas

rectas y curvas de diferentes grosores se van combinando con escenas

campestres y personajes populares, como la Virgen María y Carlos

Gardel.

Los colores utilizados son muy vivos y a través del contraste y las

transparencias se da a la entera obra intencionalidad de volúmen, con

una materia elemental: el esmalte sintético, que resiste al tiempo y a

la intemperie permitiendo que esta forma de arte que circulase

constantemente por las calles de la ciudad.

Los textos también forman parte de la composición del fileteado, con

todo un arsenal de frases acuñadas por la sabiduría popular , que

constituyen su "voz", y que alguna vez Jorge Luis Borges supo definir

acertadamente como "costados sentenciosos".

Consecuencia de ello es que el fileteado se realice no solamente con

fines estéticos, sino también como manifestación de los valores

socioculturales del hombre de Buenos Aires.

En la década del '40 el fileteado adapta sus formas a los nuevos

vehículos fruto del progreso que van sustituyendo paulatinamente al

carro: [ Fileteado sobre colectivo 1957 ] los camiones y los colectivos

(autobuses), que son herederos directos de esta decoración colorida que

les otorga indiscutible identidad "porteña", pero que pasa inadvertida

para la gran mayoría de los habitantes.

La crítica de arte no se ocupa del tema, y la primera exposición de

fileteado porteño tiene lugar recién en 1970, gracias a la paciente

recopilación de trabajos hechos por Nicolás Rubió y Esther Barugel.

Poco después, comienza la desaparición del fileteado en los vehículos

debido a las sucesivas crisis económicas, y a una ley nacional que

prohibió filetear los colectivos en 1975

Pasada ya la época de esplendor de los grandes maestros fileteadores y

de sus inolvidables vehículos profusamente decorados, el fileteado

porteño continúa vivo en manos de un puñado de herederos curiosos de

rescatarlo de la indiferencia y el olvido, quienes lo ejercitan como

arte y oficio que no pierde la delicia lúdica que encierra el

ornamento.

Hoy, no tan vistosamente como antes, acaso sobre superficies nuevas y

con técnicas diferentes, y en contextos tales como el tango, el diseño,

la publicidad, el tatuaje y el bodyart la imagen del fileteado se

impone clasica y a la vez renovada.

El fileteador utilizaba para dibujar su obra un "espúlvero", un papel sobre el que se dibujaba la obra; luego se perforaba con un alfiler siguiendo el trazo del diseño, se colocaba sobre la superficie a pintar y, por último, se espolvoreaba tiza o carbón en polvo sobre él, al estilo de los maestros renacentistas, de manera que indicara por donde debía realizarse el trazo con el pincel. Hecho esto, se utilizaba el reverso del espúlvero para repetir los mismos pasos en otra sección de la superficie a pintar, para obtener la misma imagen pero del revés. De esta manera se lograban las imágenes simétricas, tan características del fileteado.

Para pintar los filetes rectos se usa un pincel de pelos largos (6 cm) y mango corto (o sin mango) llamado "bandita". Para las letras y ornatos se utilizan los llamados pinceles de letras con pelos de 3,5 cm de largo. En sus inicios se utilizaba aceite de lino, cola y colores naturales. Luego esmalte sintético. El uso del barniz transparente fue una idea de Cecilio Pascarella: al mezclarlo con apenas unas gotas de negro y bermellón, se lo aplica sobre el dibujo ya pintado siguiendo las pinceladas de la pintura base, lográndose así un efecto de relieve. El efecto de volumen también se obtiene resaltando las luces y sombras con brillos y esfumados.

Alfredo Genovese

Es profesor de pintura egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. Comienza a filetear en 1984 con León Untroib y luego junto a Ricardo Gómez. De estos dos maestros, como así también de su formación académica y del análisis de diferentes estilos decorativos de todo el mundo, adquiere la habilidad para ejercer este oficio, que practica sobre diversos soportes.

Sus obras abarcan desde los vehículos tradicionales hasta las aplicaciones sobre indumentaria, el bodypainting y el tattoo. Asimismo, es autor de numerosos diseños fileteados para reconocidas marcas.

A lo largo de su formación recopiló material teórico y didáctico que en la actualidad le permiten dictar conferencias y cursos que hacen posible la difusión y el conocimiento del fileteado porteño en Argentina y en el exterior.

Desde 1998 dicta cursos en el Centro Cultural Ricardo Rojas de la Universidad de Buenos Aires, creó el sitio www.fileteado.com.ar y publicó: Tratado de Fileteado Porteño (2003) y Fileteado Porteño (2005).

Alfredo Genovese, recordamos a nuestros lectores, fue el artista que fileteó la portada de nuestro edición especial del aniversario año 15.

Fuentes: http://www.fileteado.com.ar/

lunes, 11 de julio de 2011

Macri perdió en la Comuna 15

Las comuna 15, conformada por los barrios de Chacarita, Villa Ortúzar, Villa Crespo, Parque Chas y Agronomía tendrá a tres integrantes del Pro, tres del Frente para la Victoria y uno del Proyecto Sur. De tal manera nuestra comuna tendrá mayoría no macrista en la comuna 15