BIENVENIDOS AL BLOG DE LA REVISTA AQUENDE (Chacarita, Colegiales y Villa Ortúzar)

PINTA TU ALDEA Y SERAS UNIVERSAL....
Blog dedicado a los barrios de Chacarita, Colegiales y Villa Ortúzar. Este blog es una extensión de la revista gráfica Aquende, que se edita hace 29 años ininterrumpidamente.
Para colaborar con notas en ambos medios o figurar en el listado de anunciantes mandar un mail a revista_aquende@yahoo.com.ar








lunes, 7 de diciembre de 2009

POR UN MUNDO MEJOR

BUENAS ACCIONES

por Hernán Traverso

Alguna vez en la vida, alguien habrá escuchado la frase: Quiero que el mundo sea un lugar mejor para vivir. Esa afirmación, cargada de deseo positivo, no siempre es seguida por una acción responsable. Es decir, expresamos: quiero vivir en un mundo mejor, pero nos olvidamos de pensar: ¿qué hago yo para que eso suceda?

Los pensamientos deben movilizar acciones concretas, de lo contrario, pasan a ser frases célebres, muy lindas para un celular, un libro, o simplemente, para colgar con un imán en la puerta de la heladera. “Vive tu día como si fuera el último.” La pregunta es: ¿vivimos nuestro día como si fuera el último?

¿Queremos vivir en un mundo mejor? Debemos comprometernos con ese deseo. Debemos reformular la frase y preguntarnos: ¿qué hago yo para que el mundo sea un lugar mejor para vivir? ¿Qué hice yo hoy para que el mundo fuese mejor que ayer? De este modo, el deseo deja de ser una idea, un anhelo, una utopía, y se convierte en una acción efectiva.

Tal vez, no seamos conscientes, pero, con poco, se puede hacer mucho. Realizar una buena obra, por pequeña que sea, de forma desinteresada, puede generar grandes cambios y mejorar la calidad de vida de las personas. Tomarnos un momento para ayudar al otro, cuando lo necesita, sin perseguir un interés personal, nos ayuda a evolucionar como seres humanos.

Diciembre es siempre un mes especial. El Adviento anuncia la llegada de nuestro Señor. Asimismo, el espíritu navideño despierta sentimientos nobles. Es la época del año donde todos queremos ser mejores personas. Es tiempo de perdón, de reconciliación, de amor, de amistad…

Ese modo de actuar, pensando en el otro solidariamente, es el que debemos contagiar. Que la solidaridad y el amor se vuelvan pandemia. Cada vez que hacemos algo por el prójimo, estamos demostrando que se puede vivir en un mundo mejor; sólo es cuestión de empezar, de continuar y de lograr que los demás se contagien.

CUENTO DE NAVIDAD

NAVIDAD EN EL CAMPO


Los coros gallegos se oían en el campo con nitidez de concierto. El follaje, los animales y hasta los niños del casero, como si estuvieran hechizados, escuchaban esas voces que parecían unirse con un solo objetivo: buscar a Dios.
Subió el volumen. Necesitaba que la música llenara el campo, a la casa, a ella. Quería acallar tantas preguntas sin respuesta que la ahogaban. Pero no lo logró.
¿Para qué tantas hectáreas sembradas, el tambo, los animales? Estaba sola. Como una machorra.
La última navidad, aunque ya enferma, su madre vivía. Y esa relación de enfrentamiento cotidiano, la afirmaba. Ahora lo comprendía. Durante años había tratado de evitarle este sufrimiento. Esta sensación de pequeñez que la embargaba. Recordó las discusiones, incesantes, cada vez que su madre le decía: “Carmencita, es triste la soledad. Si te casaras…”
Ella, furiosa, contestaba: “No necesito a ningún hombre, no quiero patrones”.
Encendió los spot colocados en las paredes exteriores de la casa, se quitó los zapatos y corrió sintiendo el pasto en las plantas de sus pies. Se alejó cuanto pudo y, desde la sombra, desvalida por primera vez en años, se tendió en el pasto.
La imagen de su abuelo se corporizó. Tal y como fue. Un gaucho gallego. Duro, enjuto, vestido con bombachas, alpargatas, pañuelo al cuello y boina.
-“Abuelo: ¿qué me hiciste?”
- Mi niña. Levántate. Siente la tierra. ¡Danza!
Carmen se reincorporó y se puso a bailar, como tantas veces siendo niña, cuando se abuelo –en el atardecer- se sentaba a tomar mate, y dando palmas la alentaba.
-¡Danza, toliña, danza! Bailó hasta quedar exhausta. Sólo así pudo entregarse al llanto. Y los recuerdos aparecieron.
Miró el pino de más de diez metros de altura, hoy a oscuras, repleto de luces como estuviera en todas la navidades de su infancia. Allí, cuando cumplió cinco años, él había colocado el pony al que su madre le había anudado un gran moño rojo en el cuello.
El abuelo había dicho: ¡Paparruchas! ¡A montarlo! Y ella sin tardanza se había subido. Recordó la sonrisa amplia y orgullosa del viejo, la misma que años más tarde le vio cuando ella se encaprichó con montar al retobao. Un alazán rebelde hasta con los peones más diestros.
El viejo con paso firme y decidido caminó adelante, en tanto ella, con la obcecación de las niñas mimadas, lo siguió. El abuelo se paró al lado del caballo y con un solo movimiento desenroscó la faja de su cintura y lo enlazó por el cuello. Sostenido por las fuertes manos del abuelo, el alazán se quedó quieto, los segundos justos que ella necesitó para saltar. Aferrada a las crines lo miró, y él le devolvió una sonrisa de satisfacción.
Había nacido en Finisterre, pueblo de pescadores, y cuando llegó a la Argentina, pasó del barco al campo, de la pesca a la siembra.
Había venido “con una mano atrás y otra adelante” como solía recordar. Por tenacidad, por fuerza interior, por inteligencia natural, había hecho una fortuna. Incansable, no dejaba ningún detalle librado al azar.
Aprendió a hacer tacto a las vacas, les aplicaba inyecciones, curaba él mismo a los caballos, averiguó todo lo concerniente a la tierra, cómo y qué sembrar.
Un personaje que ella admirara e imitara sin dudar. Todo un mandato: ¡continuar con su obra!
Quizá su madre fuera la única en adivinar el daño que ese amor habría de provocarle.
-“Usted la está haciendo un macho”- le decía. Y él respondía: “Esta chica es de las mías, va a conseguir todo lo que se proponga”. Y con esta frase, la madre de Carmen callaba. El viejo nunca le perdonó que se enamorara de un peón “golondrina” que la dejó embarazada y desapareció sin más.
Carmen levantó los ojos y, como si lo viera frente a ella, dijo en voz alta: ¿Qué conseguí, abuelo?
Se puso de pie. Sucia de barro, con la ropa llena de pasto y la cara transfigurada por las lágrimas, se encamino hacia la casa.
Tal vez, él no haya sido más que un viejo egoísta, un gallego mandón, como decía su madre. Y ella, una fracasada. Una mujer de 40 años, sola en esa casa enorme y sin haber encontrado jamás un hombre a su medida.
Había que ser muy macho para competir con la imagen de varón que ella había internalizado. No existía tal hombre. Había despreciado a cuanto pretendiente se le acercara. Y quizá, por ser rígida y empecinada como su abuelo, había perdido la oportunidad de gozar las delicias de un compañero. La maravilla de ser madre. El placer de sentirse amada.
Montando potros, controlando a lo peones, comprando animales en la feria se mantenía siempre ocupada acallando su identidad femenina. Era una mujer, como todas, deseosa de albergarse en un pecho de varón.
Al llegar a la casa, apagó el equipo de audio y estaba cerrando los ventanales cuando escuchó la voz del casero que detrás suyo, decía: “Patrona, mi mujer y yo pensamos, que si usted no se ofende, como hoy es navidad… bueno, que como usted no invitó a nadie ni ha preparado nada, si usted quiere, ¿no? Que se podría venir a la casa chica y pasar la navidad con nosotros y los chicos”.
La emoción volvió a embargarla. Ella, la “arroutada”, la impulsiva, la que no le hacía asco a nada, estaba ahí, de espaldas, sin saber qué contestar.
Pedro, parco, esperaba en silencio la respuesta.
Carmen haciendo un esfuerzo, se sobrepuso y al darse vuelta para responder, Pedro agregó:
- Además, después de las 12, en Atucha hacen un baile en la calle. Va a venir gente de todos lados. Carmen pensó: ¿Bailar? Sí, claro, bailar.
María, la hija de Pedro, se acercó a su padre y le dijo: -“Dice la mamá si hablaste con la señorita Carmen”
Carmen, giró hacia la niña. – Decile a tu mamá que estoy encantada, voy a cambiarme y enseguida estoy con ustedes.
-Pero... ¡si está linda!, contestó María.
- Gracias- respondió Carmen acariciándole la cara- pero estoy cansada de andar en pantalones. Voy a ponerme un vestido.

Cuento extraído del libro Dólmenes de Omi Fernández

JUAN EL PREGUNTON



Esta vez encontré a Juan el Preguntón haciendo compras para las fiestas y entre botellas, pan dulce y turrones, no pudo faltar la pregunta de siempre.- Me preguntó si se podía hacer una mediación en un CGP para remover al administrador del consorcio. Sólo los conflictos relacionados con la convivencia entre copropietarios e inquilinos, se pueden hacer de esta forma, sea por ruidos molestos, reparaciones, inadecuado uso de espacios comunes, filtraciones, entre otros. Pero para la aplicación del reglamento de copropiedad, remoción de administradores, conformación de consorcios, cobro de expensas se debe recurrir a la mediación pública o privada que establece el fuero civil.- Menos mal que le pregunté doctora, sino otra vez metía la pata.- En fin Juan, siempre es preferible consultar, aunque a veces me cueste decirle “que su pregunta no me molesta”. Mientras nos reíamos y veíamos las vidrieras. Juan el Preguntón observó que en algunas de ellas, no se exhibían los precios porque había un cartel que decía vidriera en preparación y me dijo si eso estaba bien.- No Juan, no está bien el cartel “Vidriera en Preparación” no exime al comerciante de la obligatoriedad de exhibir precios. El tema de exhibición de precios está regido por la Resolución 7/SCyDC/02, que regula la obligatoriedad de poner los precios en vidriera, en moneda de curso legal (pesos).- Rige también para Playas de Estacionamiento y Garages ya que deben exhibir carteles indicadores de precios visibles desde la calle. Como ya estábamos cansados de tanto caminar, decidimos entrar a una confitería. Cuando hicimos el pedido el mozo nos reconoció y mientras nos deseaba feliz año, aprovechó la oportunidad para hacerme una pregunta y antes de pedirme permiso, ahí mismo, me dijo que realizó un contrato a través de SMS y no le dieron ninguna información.- Es muy importante antes de realizar una contratación de este tipo averiguar las modalidades de la prestación del mismo.- El consumidor no puede desconocer esta información y si la empresa se negara a ofrecerla como Ud. me cuenta, ya mismo denuncie el hecho, por infracción al artículo 4° de la ley 24.240 .- Buenísimo me dijo el mozo y mientras nos invitaba a tomar un cafecito con unos tostados en agradecimiento por la respuesta. Juan para no perder la costumbre comenzó a contar que lo había llamado su tía y mientras el mozo traía las cosas y Juan me daba el celular, la tía hablaba tan fuerte que todos escuchaban y esperaban ansiosos mi respuesta.- Y gritando ella repetía mil veces, que le habían dado un ticket en blanco y se había dado cuenta recién ahora, después de seis meses.- El ticket o factura representa un documento de suma importancia para ejercer nuestros derechos, porque permite establecer fehacientemente que se compró un producto, sin ellos no se puede hacer denuncia alguna. Por eso siempre hay que controlar que los mismos contengan la descripción del producto, los datos del comerciante o empresa, plazos y condiciones de entrega, mención de la garantía, el precio y las condiciones de pago. De pronto se escuchó un gran silencio y no supimos que le pasó a la tía. Mientras brindábamos todos los presentes por un buen año 2.010, salimos del lugar y con un fuerte abrazo nos despedimos hasta el año que viene.-
Le contesto a María de Chacarita: Si falleció su papá y luego su mamá deberá hacer la sucesión de ambos, para poder vender la casa de sus padres.-
Le contesto a Hernán de Colegiales: Como la venta fue a domicilio Ud. dispone de 10 días corridos para rescindir dicha operación comercial.
Dra. Susana Parrondo. Cel 154-054-2231.-
e-mail
sparrondo@hotmail.com


HUMOR


FOTOS DEL 25 ANIVERSARIO
















El Pibe Chacarita

TIEMPO DE REFLEXIÓN
Un día más,/ un año más,/ que estoy perdido en la neblina...
“Mimí Pinzón” (1947) Tango de José Rótulo y Aquiles Roggero.

Las perlas del collar no son tan importantes como el hilo que las une. (Gustave Flaubert)

Todas las familias dichosas se parecen. Y, las desgraciadas, lo son cada una a su manera. (León Tolstoi)

No camines detrás de mí, no puedo guiarte. No andes delante de mí, puedo no seguirte. Simplemente camina a mi lado y sé mi amigo.(Albert Camus)

El hombre no tiene remedio. Queda claro que, pienso en miles de remedios. El sufrimiento es un inventor de remedios. (Jean Giono)

Lo virtual está cometiendo el crimen perfecto, porque asesina la realidad y borra las huellas de su crimen. (Jean Baudrillard)

La esperanza es el único bien de los mortales afligidos.(Alessandro Striggio)

El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad. (Gabriel García Márquez)

El ser humano no solamente actúa, habla, piensa y sueña a lo largo de su vida, sino que calla: durante toda nuestra vida callamos sobre quiénes somos, sobre ese ser que sólo nosotros conocemos y que no podemos revelar a nadie. (Sándor Márai)

Existen las malas interpretaciones. Hay que evitarlas. Son el lugar donde se rinde tributo al aburrimiento. (Boris Pasternak)

Lo más atroz de las cosas de la gente mala, es el silencio de la gente buena. (Mahatma Gandhi)

El terrorismo es un fenómeno de la época de los medios de comunicación de masas. Si no hubiera medios masivos, no se producirían estos actos destinados a ser noticias. (Umberto Eco)

No sé si debería prestarle atención a un hombre que ha hecho su vida fácil. Me interesa que haya hecho su vida interesante. (Edith Wharton)

Hay hombres que no hablan, solo trabajan en silencio. Son los únicos que en toda la historia moderna han sido de alguna utilidad a la patria. (Naguib Mahfuz)

El mundo es para el que nace para conquistarlo, no para el que sueña que puede conquistarlo aún si tuviera razón. (Fernando Pessoa)

Nadie se desembaraza de un hábito o un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño. (Mark Twain)

Cultura es lo que queda cuando se olvida todo lo que se aprendió. (Selma Lagerlöf)

La noche sugiere, no enseña. La noche nos encuentra y nos sorprende por su extrañeza; ella libera en nosotros las fuerzas que, durante el día, son dominadas por la razón. (Gyula Halasz)

En este mundo no hay nada tan seguro como la muerte y los impuestos. (Benjamín Franklin)

Todos somos colegas en el molesto oficio de seguir viviendo. (Barbara Pim)

A fuerza de vivir, se cura uno de todas las enfermedades.(Italo Svevo)

De tanto ver triunfar las nulidades, de tanto ver crecer la injusticia, de tanto ver agigantarse los poderes en manos de los malos, el hombre llega a desanimarse de la virtud, a reírse de la honra, a tener vergüenza de ser honesto. (Rui Barbosa)

Siempre necesitaremos coraje para vivir, generosidad para convivir y prudencia para sobrevivir.(Fernando Savater)

Los infelices son egoístas, injustos, crueles e incapaces de comprender al otro. Los infelices no unen a las personas, las separan.(Anton Chejov)

A cierta edad, un poco por amor propio, otro poco por picardía, las cosas que más deseamos son las que fingimos no desear. (Marcel Proust)

Si los hombres pudiesen vivir juntos apacible y tranquilamente sin estar unidos bajo ciertas leyes, no habría necesidad de magistrados y política. (John Locke)

Antiguamente, la diferencia entre el rico y el pobre dependía de cuánto dinero tenían en el bolsillo; en cambio hoy los distingue el tipo de idea que tiene en la cabeza. (J.K.Galbraith)

En muchas cosas la costumbre es algo terrible, hace que a lo injusto lo consideremos justo y al error verdad. (George Ch. Lichtenberg)

Este es un mundo tan raro, que incluso si uno actúa correctamente, las cosas pueden salir bien. (Oscar Wilde)

domingo, 6 de diciembre de 2009

LA CELEBRACION DE LOS 25 AÑOS DE AQUENDE


¡Feliz Aniversario!

Por: Mariana Yomal

Publicada por primera vez en 1984, la revista Aquende cumplió 25 años de publicación ininterrumpida: el domingo 29 de noviembre a las 18 horas se realizó un emotivo acto en el que colaboradores, instituciones, anunciantes y lectores tuvieron la oportunidad de festejarlo juntos.

Llovía. Un turbulento viento sacudía las hojas de los árboles y las veredas estaban repletas de antipáticos charcos que hundían los zapatos y pantalones de todos los caminantes. Era domingo y la bendita humedad hacía estragos en todos los cabellos porteños. Sin embargo, ese 29 de noviembre se celebraban los 25 años de la revista Aquende: la cita era a las 18 horas en la Asociación de Fomento Federico Lacroze.
Al llegar observé que los vecinos, colaboradores y anunciantes que ya habían llegado se encontraban en las mismas húmedas condiciones que yo. Entre los presentes estaban Delia Goya (la primera anunciante que tuvo Aquende) y Nazareno Anconetani: apenas el gran músico ingresó por la puerta, se vio homenajeado con la atenta mirada de todos, que poco a poco se acercaron a saludarlo afectuosamente. También estaban los conductores del programa radial “Caminando en la noche”, Antonio José Sabella y María Isabel de Miguel. Por último, en un rincón, se encontraba un hombre alto y con grandes anteojos que parecía estar meditando sobre esta tarde tan revuelta de sensaciones: ¡era el Pibe Chacarita! Ése fue el único momento en el que se lo vio solo: siempre se lo encontraba muy a gusto rodeado de un grupo de gente que oía sus historias.
El clima no pareció unirse a la celebración y los invitados llegaban cada vez más mojados: sacudían con energía sus paraguas y se sacaban los pilotos, intentando así desprenderse de la humedad. Sin embargo, al observar el salón en el que habían ingresado sonreían con alivio, ya que la organización del evento fue impecable: cada uno tenía asignado un asiento y se podía tomar café con una pequeña porción de tarta dulce antes de comenzar. Poco a poco, todos nos fuimos acomodando en nuestros lugares y el festejo empezó con una presentación de diapositivas que mostró una audaz selección de diferentes tapas y artículos de la Aquende (¡desde 1984 hasta la actualidad!). También se vieron auténticas imágenes de Colegiales, Chacarita y Villa Ortúzar. Luego de un conmovedor aplauso, Antonio Sabella -quien estaba en la piel del presentador- dijo unas breves palabras acerca del compromiso que implica crear un medio de comunicación independiente y sostenerlo de esa manera a lo largo de 25 años. Luego, Jorge Alicata (director y editor de la revista) agradeció a todos los presentes y remarcó la importancia del periodismo independiente, característica central por la que Aquende se ha destacado desde su primera edición. “Pinta tu aldea y serás universal” -refirió Alicata, y los aplausos se escucharon aún más que toda la lluvia junta.
Mientras muchos de los presentes observábamos al Pibe Chacarita -esperando que tal vez dijera algunas palabras- él se mantenía calmo en su silla y presenciaba con suma concentración el evento. Repentinamente se acercó al micrófono y en un parpadeo nos estaba deleitando con una historia, en esta oportunidad, la de los romances de barrio. Recordó cómo eran antes los periplos amorosos y destacó la belleza de las mujeres de Chacarita: damas inalcanzables que luego se fugaban con un verdulero o señoritas de tez muy blanca que cautivaban a todos los hombres. Sin duda, sus historias causaron en los rostros de los invitados más de un rubor y alguna que otra mirada celosa. Recibiendo ovaciones de todo tipo, el Pibe Chacarita volvió, con prisa y sin calma, a su asiento.
Quizá para poder oír todas aquellas distinciones que Aquende recibió a lo largo de estos 25 años, fue que el clima comenzó a aquietarse. De esta manera, la Dra. Susana Parrondo tuvo la oportunidad de hablar por celular con Juan el preguntón, y felicitar a Jorge Alicata haciéndole entrega de un regalo. Luego, Claudia Moretti dio inicio a una emotiva entrega de diplomas: entre los homenajeados estaban los colaboradores de la revista (Omi Fernández, Susana Parrondo, el pibe Chacarita, entre otros) como así también Leo Mussi, Paula Hiriart, Nazareno Anconetani, Daniel Adriano, Cookie Raymundo, Beatriz Lapaglia, Hilda Fernández, Delia Goya y Rosalía Braga (entre muchísimos más). También obtuvieron diplomas la Sociedad de Fomento Villa Ortúzar, la Fundación Palabra de Vida, y la Asociación de Fomento Federico Lacroze. Además, Jorge Alicata recibió una placa cuyo brillo relucía hasta la última hilera del público.
El evento culminó con música en vivo: el coro Kilya -integrado por hombres y mujeres de todas las edades vestidos de negro y azul- afinó sus cuerdas vocales e hizo un repertorio rico y variado. Con gran potencia y emoción cantaron “Pájaros en el aire”, de Carabajal y el tango “Los mareados”. A pedido de Jorge Alicata, entonaron “Bohemian Rhapsody” de Queen: el público, encantado con las voces, solicitó al coro que entonara una canción más, y de esa manera Kilya se despidió con “Colombina”, de Jaime Roos.
Luego de un emotivo aplauso, uno a uno los invitados nos levantamos: no sólo nos encontramos con que ya no teníamos los pies cansados ni las manos mojadas, sino que además nos sorprendió una disposición de varias mesas con sándwiches, bebidas y platos dulces. Ciertamente, la celebración del aniversario fue un auténtico refugio para todos los presentes. Además, fue la oportunidad ideal para brindarle todas nuestras palabras de aliento, felicidad y esperanza a Aquende. Hoy el periodismo independiente ha cumplido 25 años, pero no se inquieten queridos lectores: a pesar de las tormentas, el viento y los pies mojados, aún le quedan muchos más por delante. ¡Felicidades, Aquende!