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viernes, 9 de abril de 2010

REPORTAJE A HUGO MUJCA, POETA


"de tantos desgarros, voy a coserme otro cuerpo para dar de comer a mi sombra…"
HUGO MUJICA

¿Cómo abordar un artículo sobre Hugo Mujica? ¿Cómo cubrir todas las facetas de una personalidad tan interesante como peculiar? Sin dudas, debemos empezar por preguntar, pues son las preguntas las que el poeta-filósofo-pintor-cura-antropólogo, convoca permanentemente en su obra.
El sacerdote del dios con minúscula (precisamente por aquello de que es el dios de las preguntas) no puede ni quiere aportar respuestas ni soluciones. Lo suyo es la belleza mediante el uso de la poesía, y un llamado a la reflexión sobre los grandes temas que, a veces, el bombardeo mediático oculta tras su parafernalia de banalidades (aparece ya aquí el filósofo).
¿Por qué Hugo Mujica (nacido en Buenos Aires en 1942) se transforma en una de las figuras ineludibles del pensamiento argentino de fin de siglo? Evidentemente por su continua búsqueda, por no estancarse jamás, por investigar de manera incansable dentro de las diversas disciplinas científicas y artísticas, las respuestas de las que cada vez está más lejos y, además, por la experiencia ganada en una vida que incluyó desde vivir el ocio creativo hippie en su propio centro (el Nueva York de la década del sesenta), hasta siete años de silencio en un monasterio trapense.
Lamentablemente, su obra, que abarca más de quince publicaciones (poesía, ensayo, etc.), es difícil de conseguir en las librerías de la ciudad de Santa Fe. Se trata de un inconveniente rutinario para la poesía, pero ella muchas veces logra reírse de los tradicionales circuitos de distribución y se las ingenia para circular de forma no convencional, logrando llegar de mano en mano o de boca en boca, a los corazones que estén dispuestos a enriquecerse con su poder sereno pero firme.
De algo podemos estar seguros: Hugo Mujica (de no ser inmortal) seguirá ocupado en la búsqueda de la verdad y de la belleza (si es que son dos conceptos distintos) hasta el día de su muerte. Y nosotros, simples mortales, seguiremos disfrutando eternamente con la lectura de sus poemas.


LA ENTREVISTA

- ¿Cuántos Hugo Mujica coexisten: el poeta, el filósofo… ¿Cómo es?
- M: Para mí soy yo, para los demás según en la perspectiva en que me miren. Cualquier persona es padre de sus hijos, marido de su mujer, amigo de sus amigos y es una. O sea, uno hace la identidad.
- Se nota un poco en la poesía el Hugo Mujica que ata en un poema, o digamos en un texto estructurado como poema, además de la poesía, las imágenes que le sirven como excusa para la filosofía, y dios, que está citado muchas veces en su obra. ¿Esa unión demuestra todas las facetas de su personalidad?
- M: No, la unión no, porque yo creo que también cuando hago otra actividad mía... cuando predico, me dicen que parezco un poeta, cuando estoy en los medios me dicen que parezco un filósofo. Yo creo que en todos lados soy todos y que en cada lugar se expresa más un ámbito. Pero que incluye a todo lo demás No son compartimentos separados.
- Cuando Mujica está solo, esto es que no está ante los medios ni ante un montón de gente ni ante un montón de admiradores, por decirlo de alguna manera, ¿hay uno que predomine o sigue siendo todos juntos a la vez?
- M: Espero que sea ninguno. Uno es un poco lo que suscita el afuera. Mi percepción de mí soy yo. No soy nada de eso que perciben los demás. Yo no me percibo filósofo, me percibo yo con mi historia como un chico que juega, punto.

- Ud, en la conferencia que dio dijo que era filósofo, Antropólogo, y que le faltaba ser sociólogo para completar todas las carreras inútiles...
- M: Estudié bellas artes también y sociología, antropología filosófica y teología. Pero lo que dije en cuanto a inútiles es por lo no redituables...
- ... Sí por supuesto, pero entre ellas no nombró la poesía, ser poeta...
- M: Eso no es una profesión. Yo me refería a las carreras que estudié, y la poesía no, por suerte no hay carrera de poesía. Aunque hay carrera de arte naif, por ejemplo.
- Y ésa es cara...

- Hablando de caro. Todos los libros o las ediciones importantes de libros generan un excedente de dinero, ¿qué hace Hugo Mujica con ese excedente de dinero, si lo administra personalmente, lo dona, qué hace?
- M: Lo disfruto.
- Me parece bárbaro. Hoy teníamos una discusión sobre eso, antes del reportaje, por el tema de los votos...
- M: Los sacerdotes no tienen voto de pobreza ni han tenido nunca. Los que viven en comunidad sí, porque tienen el voto de la propiedad común. Pero los curas que no dependemos de nadie, cada uno administra sus bienes.
- ¿A qué orden, rama o esas cosas pertenece?
- M: A ninguna… Secular.

- ¿No le hacen ese tipo de preguntas no?, más bien van a buscar lo extraño del personaje Hugo Mujica en los reportajes. Yo noto que siempre tocan el tema del silencio, del Mujica pintor de sus comienzos y todo lo demás.
- M: Creo que está bien, o normal, buscan la diferencia con lo otro. Si vas a preguntar qué clase de cura es, se lo podés preguntar a cualquier cura. Si vas a preguntar una determinada experiencia, me la preguntás a mí.
- Sí, pero parece un vicio mediático ése, porque en todos los reportajes le preguntan lo mismo...
- M: Esto también es mediático, aunque del tercer mundo (señalando nuestro pequeño grabador), pero sigue siendo mediático
- No, le cito algunos casos específicos: el de la entrevista en Kápsula (programa de Todo Noticias), el reportaje que le hizo en "Testimonio de fin del milenio", para editorial Vinciguerra Ana Emilia Lahitte, o aquella participación en "Imagen de radio" de Juan Alberto Badía...Van pegando siempre sobre las mismas preguntas, es como que no se salen de ahí.
- M: Los medios hacen eso siempre. Los medios se copian unos a otros. La idea es que lo que les interesa es lo que está mirando en ese momento, o escuchando la gente a esa hora. A mí me han llamado y me han dicho determinados medios gráficos ¿podés hacer un artículo diciendo lo que dijiste en tal programa? Se copian pero así funcionan los medios.
- En esta sociedad massmediática, ¿qué oportunidad de difusión que no sea ésa, excepto esta clase de festivales que no son masivos, existe para Hugo Mujica, poeta?
- M: Lo poético nunca aparece en lo masivo ni en los medios de comunicación. Aparece en mí porque aparece mi persona. Yo aparezco como personaje y paso, por así decirlo, el chivo de mi poesía. Pero nadie me va a invitar por la poesía, porque no hay espacio para eso. Yo tengo el privilegio de aprovechar lo otro para manifestar también eso.
- ¿Cuál es la diferencia entonces? Si usted se define como personaje, está construyendo una situación desde un lugar determinado. Esa es un poco la definición de personaje: la persona que se trasciende a sí misma
- M: Yo no me siento personaje en mí, pero soy consciente de que represento un personaje para los medios. Cuando yo estoy en los medios, la mirada de ellos hacia mí yo sé que es la de una determinada historia vivida. Me hacen 4 o 5 preguntas siempre hechas, que llaman la atención, etc. Y en ese lugar yo hago lo mío. Por ejemplo, leo un poema en un programa de ATC que jamás se hizo, o me dan media hora en un programa también de cable para leer poesía. Pero eso viene avalado por lo otro. Nadie, a ningún poeta, lo va a invitar por la poesía. Tenés que montarte en otra historia.

- Saliendo del tema de los medios para no caer en hablar de lo que hablan los medios. ¿Qué fue del Hugo Mujica pintor?, porqué yo noto que en su poesía hay menos imagen que filosofía, o menos imagen que razonamiento o menos imagen que mística. Es, por lo menos para mí, como que la imagen está en un segundo plano. ¿Qué fue del Hugo Mujica rescatador de la imagen a través de la pintura?
- M: Bueno yo nunca pinté imágenes concretas... digo... era abstracto. Lamento tirarte el argumento al piso. No trabajaba con imagen. Pero yo creo que mi poesía tiene mucha imagen. Generalmente aparece el concepto como derivado de una imagen. Raramente hay una conceptualización. Generalmente hay una visión. Mi idea es que yo presento y el otro piensa desde ahí.
- Sí pero es una imagen mucho más tranquila en comparación con todo lo que es el desarrollo posterior de la filosofía de esa imagen y hasta dónde llega la filosofía de esa imagen. Es como una fotografía. Es una imagen planteada como una propuesta y a partir de ahí un análisis filosófico, existencial. Cuando hay otros poetas -como Boccanera- cuya poesía es una catarata de imágenes, donde las imágenes aparecen como si fuera un video clip, es la comparación de una fotografía y un video clip.
- M: Pero yo creo que mi conceptualización, como vos decís como comentario, es muy calma también. Por ahí es radical, pero es calma también. Mi filosofar es 4 o 5 transparencias.

- ¿No le asustó el silencio después de tanto tiempo de silencio? Digo, porque alguna vez le asustó la ceguera. La falta de palabra, ¿le asustó?.
- M: No, me asustaría la falta de comunicación, pero como la comunicación no se agota en la palabra, no, no me asusta…
- ¿Fue una necesidad o fue una búsqueda?
- M: No. Estaba en la vida, qué sé yo. Yo no me plantee voy a hacer tal cosa. Apareció en la vida y dije sí.

- En el reportaje que le hizo Ana Emilia Lahitte dijo que el Dios con mayúsculas ya dio todas las respuestas y que había que preguntarle ahora al dios con minúscula. ¿El dios con minúscula le dio las respuestas que buscaba Hugo Mujica?
- M: Yo no digo eso. Yo juego con que el Dios con mayúscula es un dios conocido y de poder, y el dios con minúscula significa un dios más de camino. No. Yo no busco respuestas, yo creo que dios es la pregunta por la vida, no la respuesta.
- ¿Cómo llega a la existencia medianamente racional de dios, cuál fue el camino?
- M: Yo no tuve camino racional de dios. La cuenta no da. La razón te lo niega.
- ¿Cómo definiría la fe, en ese caso. Se puede definir la fe, aunque sea con poesía? ¿Qué sería la fe poéticamente o literariamente hablando?
- M: Aunque la cuenta no da, uno apuesta por el resultado. Por algo que no sabe, pero que siente que es... Es una apuesta.

- En varias de sus poesías yo he leído la presencia bastante significativa de la niñez. Hay alguien llorando como quien abraza a un niño, hay un niño muerto en una playa con un perro que le da vueltas, ¿cuál es el significado o a qué nos remite esa niñez que figura tanto en su poesía?
- M: Creo que es un tropo común. La niñez es la época en la que éramos creadores, todavía no repetíamos. Creo que significa precisamente la creatividad, después aparece la repetición. Tanto en literatura como en la vida, en el paraíso perdido, en la sociedad del trueque, como quieras llamarlo, pero en todo pensamiento, apuesta creativa, etc., siempre está la idea de una época donde las cosas todavía no tenían nombre, estaban naciendo.

- ¿Cómo define ud. la libertad? ¿Qué significado tiene para ud.? Digo, por todas las experiencias que ha vivido, creo que es una persona demasiado libre.
- M: Dos cosas, sí, creo que soy libre. Que la libertad tiene un gran lugar en mi vida pero no pienso que es lo más importante, para nada. Sí lo es para nuestra cultura, pero pienso que hay cosas anteriores a libertad, como es la responsabilidad. La libertad me parece que es algo como de lo que uno tiene que liberarse.
- Como decir, no hacerse esclavo de la búsqueda de la libertad
- M: Sí, porque siempre a la libertad la entendemos para uno.

- ¿Cómo definiría nuestra cultura?
- M: No lo puedo definir, salvo que tuviéramos dos horas. Camus dice que vamos a ser recordados como gente que fornicaba y leía el diario, nada más.
- Y que fornicaba mal...
- M: Y… Después de las noticias.

- Y la relación con sus hermanos, con los sacerdotes convencionales, ¿es fluida o le cuesta comunicarse con ellos?
- M: No tengo mucha comunicación. En mi parroquia somos 5. Los curas no nos comunicamos tanto, como los médicos, digo. Cada uno está en su parroquia, o son amigos tuyos o no se dan los lugares donde te encontrás. Siento un gran, gran respeto eso sí y jamás he tenido ningún problema.
- ¿Nunca se ha sentido discriminado?
- M: No. A veces me alarma, pero no.
- Dentro de la perspectiva que todo ser humano tiene, ¿cómo ve...?
- M: ¡Sería lindo que todos tuviéramos una perspectiva!
- ... ¿Cómo ve este siglo, decía, y qué opina de las profecías de San Malaquías, por ejemplo.
- M: No me conmueven, no me engancho con esas cosas. Lo que creo es que siempre que se buscan certezas hay miedo, pero no que no hay certezas. No me engancho, viste, como los ovnis, debe haber gente en otro lugar, pero a mí no me pasa nada. Y con todas esas apariciones y pronósticos, no me pasa nada.

- ¿Cada siglo tiene lo bueno y lo malo, o es que cada siglo es peor que otro?
- M: Sí, sí, totalmente. Creo que sí hay peores que otros. La historia no es ni lineal ni igual, por eso hay una época que se denomina clásica donde se logró cierta armonía, y otra en la que hay 5000 culturas que desaparecieron sin dejar trazo.
- ¿Y al siglo 21, cómo lo ve?
- M: Creo que lo único importante es que se ha acabado con un pasado muy importante, que fue la idea de lo uno que dominó todo. Eso se acabó ya no hay uno de nada, ni siquiera de Dios. Lo que viene para adelante, me parece, es que se está cayendo la historia y que está resurgiendo la vida. Ya no hay ese proyecto de creernos dueños del sentido. Poníamos a 20000 kilómetros el sentido y había que empujar el tiempo para ahí. Creo que eso terminó bastante traumáticamente y la gente empezará a vivir y no a creer que está haciendo una gran historia.
- Ernesto Sábato dice que estamos viviendo un tiempo de crisis de ideologías, no de ideales. Los ideales todavía persisten. Hoy por hoy cuando la mayoría de la gente le reza al dios dinero, ¿ve usted posible la recuperación de la unidad entre los hombres para superar precisamente esta crisis de individualidad?
- M: ¿A qué te referís, a la ideología o a la individualidad?
- Creo que tienen que ver
- M: No sé. Eso es lo que nos falta. El problema que tenemos ahora es que no encontramos en nombre de qué fundamentar las cosas. Muerto dios, desmitificada la razón, sepultada la naturaleza, no tenemos en nombre de quién fundamentar las cosas. Por eso no podemos tener una ética. Porque no tenemos en nombre de qué fundamentar y ponernos de acuerdo en que sí, que eso que nombramos avala lo que hacemos. Esa es nuestra gran crisis. Nuestra gran virtud fue la crítica, pero la crítica no fue constructiva somos genios en haber arrasado con todo lo que tenía que ser arrasado, y que probablemente se trataba de cosas que debían ser arrasadas porque los valores no contenían nada, pero no podemos generar nada nuevo.
- Y en los momentos en que de pronto los valores tenían un contenido, ¿no se generaron los distintos enfrentamientos entre los que creían una cosa y entre los que creían la otra? ¿y eso no fue porque, cuando lo tuvimos, lo tratamos de destruir porque quizá no lo abarcábamos?
- M: Es que lo trascendental no se comprende. Lo trascendental es inmanente. Es trascendental en sí, pero inmanente para nosotros. O sea, es Dios, pero hecho humano para nosotros. El problema es ése.
- Pero ¿porqué se vaciaron esos valores?
- M: Es que yo creo que los valores no son eternos. Que lo que hay que ir es generando nuevos y resignificando los viejos, y conservándolos. Algunos ya se agotaron. No es que eran buenos o malos. Dejaron de dispensar vida. Todo el mundo habló del matrimonio, pero el matrimonio no existía. Los valores estaban, pero huecos.
- Cuando yo era un poco más pibe e ingresaba a la facultad, me hablaban del futuro, ¿el futuro no es uno de esos valores que se vació? o sea, ¿qué es el futuro hoy?
- M: El futuro ya no es lo que era, ahora es miedo. O sea, las únicas dos posibilidades ante el futuro son la esperanza y el miedo. Y ahora es miedo.
- Y el vacío, ¿no es una tercera posibilidad?
- M: No sé, es una palabra muy grandilocuente. Qué sé yo lo que decís con eso.
- Quiero decir que si fuera miedo tendría un contenido que nos asusta, si fuera esperanza uno que nos convoque, en cambio si es vacío, mañana va a ser igual a hoy y a ayer, entonces no me preocupo por nada.
- M: No, no. Yo creo que no, porque pensamos que mañana va a ser peor. Eso es miedo.
- ¿Eso pasa en todo el mundo?
- M: No, no pasa tanto en el mundo. Es muy impresionante cuando vas a Europa ver que todavía existe el crecer. Cuando llego, digo, ¡ah, es verdad que se crece! Y yo me tengo que hacer toda la cabeza de nuevo de que se crece, se progresa, que están las posibilidades que en algún tiempo hubo acá. Eso en otros lugares sigue. Con mil problemas, pero sigue esa idea de que adelante hay un despliegue de algo.

-¿Le parece que en Europa han recuperado un poco la inocencia? Por ejemplo, yo estuve en Granada en carnaval, las personas mayores andaban por la calle disfrazados hasta la madrugada, qué sé yo, se manifiestan con más ingenuidad.
- M: Creo que más que recuperarla nunca la perdieron. Europa es muy festiva con respecto a nosotros. Nosotros recibimos lo más oscuro de Europa. Lo más negro de España… Nosotros somos muy poco festivos, muy racionales. Todo lo nuevo es Mc' Donald Además estamos muy embarcados en lo yanqui. Ahora empezamos con Halloween, lo que pasa es que estamos recibiendo ese mensaje. Pero España está de fiesta tres veces por día.
- A pesar de que ellos también tienen Mc' Donald
- M: Sí, pero muchísimo menos que nosotros. Muy impresionante la falta de americanización comparado de nosotros. Allá, Mc Donald no tiene mística. Van por que es barato, por eso se llena. Por un peso veinte morfás. No hay pibes parados en la puerta como en mi barrio, que yo no sé lo que están haciendo ahí.
- ¿Y hay una diferencia como la que estamos planteando entre España y Argentina, respecto de Buenos Aires para con el interior, por ejemplo? Esto es, ¿el interior conserva algún otro valor que aleja la moda Mc' Donald de la gente, o no?
- M: Y, eso lo tenés que decir vos que sos del interior. Yo no conozco tanto el interior. Sí sostengo que hay dos países: La Argentina es el interior y su brote sicótico que es Buenos Aires. Yo antes de ir al interior prefiero ir a Europa, y es parte de ser de Buenos Aires eso.

- Cuando ud. dijo que permanece un tiempo en Buenos Aires trabajando…
- M: …Yo no dije trabajando… Y no siento culpa por eso.
- No, me remito a lo que dijo hace algún tiempo en la charla que dio acá en Rosario, en el Círculo: un tiempo en Nueva York, de ahí se va a España, etc. Es como que tiene compartimentos estancos. ¿Qué es lo que va a buscar allá?
- M: Primeramente, huir del verano. Odio el verano. No funciono. E irme de Buenos Aires permite estar 3 meses libre del teléfono. Esa es otra vida, absolutamente. Y tomar perspectiva, que para mí… Yo estoy muy metido con los medios, y necesito irme y volver a la proporción de, bueno, hasta qué punto es tan significante lo que hace Duhalde, mientras que si estás acá termina siendo como que eso es el absoluto. Ahora no es tan denso, pero cuando estaba Menem, que el bombardeo era total, no hacías otra cosa que terminar siempre viendo ese bicho.

- Lo que se dice de que cada religión tiene una parte de la verdad, y tomando a Jesús que dice yo soy la verdad, el camino, ¿ud. piensa que…?
- M: …Yo lo que pienso es que vos sos bastante fundamentalista por lo que veo.
- Yo creo que la verdad se puede mirar de diferentes lados y cada religión no podría llegar a la plenitud de la verdad por un camino nada más
- M: No, porque nadie tiene la plenitud, ni existe la plenitud de la verdad. Hay un ir adentrándose en una verdad inagotable, pero claro que hay tantas perspectivas como hombres, no porque sean cristianos creen en el mismo dios, cada hombre tiene su propio dios.

- Recién dijo que el futuro ya no es lo que era. Yo, como creyente, le pregunto si virtud y pecado siguen siendo lo que eran o si eso también cambió.
- M: Yo creo que cambió una cosa muy importante, que antes era en abstracto y ahora en concreto. Antes, la moral era que por ejemplo si antes te juntabas te condenabas, te ibas al infierno, etc. Y ahora lo que se mira es la vida de cada persona, eso además lo aprendés en el confesionario, es muy lindo el control de la natalidad, pero gano ciento veinte pesos, y ahí se te aterriza. Lo que se hace ahora es ver la concreción, y me parece bien tener los ideales y tener claro lo que sería lindo, pero después eso hay que verlo en lo concreto de cada uno.

- Ud dice que no busca respuestas, sino que busca preguntas, ¿qué siente cuando todos le hacen preguntas y buscan de ud. las respuestas?
- M: Me siento entre divertido e incrédulo, y me sorprende. No sé, es muy difícil. Recuerdo cuando iba a escribir un libro sobre Heidegger, y yo me pregunté qué sé yo sobre Heidegger. Fui a mi biblioteca y miré todos los libros de Heidegger que había leído, subrayado, y dije: Bueno, saber debe ser esto. Y después cuando el libro está terminado yo también creo, y al otro le pasó lo mismo que a mí, entonces yo nunca sé si opinar así es lo que llamamos verdad. Porque desde adentro a veces podría contestar lo opuesto también. Pero desde afuera, pienso que por ahí todo es así, ¿no?, o todo es un gran equívoco y ese gran equívoco puede ser la verdad. No sé, pero me da la sensación de que no hay otra cosa que esto.

- Después de tanta búsqueda que ha vivido, ¿encontró?
- M: Sigo buscando
- ¿Sigue buscando?
- M: Sí, creo que la búsqueda es la cosa.
- ¿Qué camino le queda por recorrer?
- M: No. Yo espero que vengan a mí. Creo que mi fidelidad fue decir sí a las cosas que la vida me traía. No proyectar lo que yo quiero, y en algún lugar de mi cabeza sigo como espiando a ver qué día me trae algo nuevo que me regale otra vida.
- ¿Tiene algo de qué arrepentirse?
- M: No, en detalle mil cosas, pero de las grandes cosas no. Siento que me equivoqué muchas veces, pero lo que siento, como que me siento bien conmigo, es que fui fiel al decir que sí a las cosas en que sentí en que se jugaba mi fidelidad. Y en medio de todo eso, siento que elegí la verdad.
- No se traicionó.
- M: Sí. Eso siento… que al menos no me traicioné a mí mismo, por más que me haya equivocado mil veces
- El aceptar lo que la vida le trae y no proyectar lo que ud. quiere, ¿no cree que es una especie de renunciamiento, que puede traer aparejado una sensación de fracaso?
- M: No porque yo no soy moderno en ese sentido de creer que la vida va desde mí hacia fuera, sino que soy creador receptivo, la vida trae. Pienso que esa idea de que nosotros nos entendemos desde nosotros tiene 70 años y se está acabando. Antes, el hombre siempre se entendió desde afuera hacia él, él era parte de la naturaleza, su razón era la razón de todos. Él era hijo de Dios. Él encontró su identidad en la relación desde afuera hacia él. Nosotros inventamos ser desde nosotros hacia fuera. Entonces, yo creo que la novedad va a venir desde afuera, porque lo que se agotó es que nos creamos capaces de generar novedad y proyecto.
- ¿Justamente eso no será una vuelta a las antiguas culturas y valores de gente que vivía en aquel entorno (setenta años antes)?
- M: Pero no tenés que pensarlo para atrás, pensalo para adelante. Es un lograr esa forma de entender la vida. Porque las formas que ya se codificaron ya se agotaron, por alguna razón las cosas se agotan sino seguiríamos en lo mismo. Cuando hay una crisis es porque la gente necesita un nuevo contacto con la realidad, porque aquello que mediaba su contacto con las épocas y las culturas, ya no le permite seguir más, y así se acaban las cosas. No es que nosotros decidimos no vamos a seguir más esos valores. Los chicos no se casan porque vieron a los viejos y dijeron no sé, qué sé yo, parece que eso era pero a mí no me gusta, viste, se agotó adentro. Dentro del mismo matrimonio se agotó el matrimonio. Uno no es que decidió ahora voy a ser moderno. No. Lo otro no nos agarraba más, nos iba largando.

- Aceptando que no hay tres personalidades en Hugo Mujica, pero que tiene varias ocupaciones u oficios, ¿hay algunas de esas ocupaciones que le plantean deberes más del tipo existencial, como cura por ejemplo, dedicarse a gente que necesita más a Hugo Mujica como cura que como escritor?
- M: Bueno, yo trabajo en las cárceles, pero yo pienso que eso lo hacen mejor otros curas que yo. Que yo lo que tengo que tener en claro cuál es me especificidad, que yo puedo hablar con intelectuales y el 99% de los curas no. Entonces yo me siento cubierto por los otros y los otros se sienten cubiertos porque yo soy el que va a dar la cara a lo de Grondona. Me refiero a que puedo ir y opinar cuando hay que opinar. Yo no tengo complejo de redentor. Hay otros que lo hacen mejor que yo y bárbaro…
- Yo hablaba de una obligación de tipo existencial, específicamente personal, y no de un complejo de trascendencia social. Como un deber que le sale del alma a uno.
- M: Mirá, la última vez que iba a Córdoba me encontré con Farinello en el aeropuerto y él me decía sí, vos tenés todo lo que yo no tengo, vos leés de verdad. Y vos tenés lo que no tengo yo, le digo, yo no podría a vivir a tu casa. Fui a la casa de él y la villa termina dentro de la pieza de él. La gente vive adentro. (Yo no podría vivir así.) Vos por suerte vivís así, y yo por suerte estudio, está todo bien…
- Por las respuestas que dio hasta acá, siempre opone algo así como una contra respuesta de diván
- M: Soy el último argentino virgen que jamás ha sido sicoanalizado.
- Sin embargo, tiene una amiga que lo sicoanaliza y Ud la condena.
- M: (entre risas) Jugamos. Jugamos. Antes de que el diván exista ya existía la dialéctica.
- Ah! Ud es un dialéctico.
- Si… Siempre que hablamos es dialéctica, por ahí en mí es más depurado. Así se habla.




UNOS POEMAS

UN PEDAZO DE HAMBRE, UN VASO DE AGUA

fiel a lo humano,

al tamaño de lo que los brazos
merecen,
a la fiesta
de lo que en las manos cabe,

a la callada esperanza
que es no apretar los labios.

fiel a un vaso de agua
y al pedazo de hambre
que otro cuerpo nos trae,

fiel sorbo a sorbo, hambre a hambre.

fiel al pudor de apenas una seña,
apenas el abismo
del otro
cuando el silencio
calla la piel que nos separa.

fiel al límite de morir de hombre,
de haber abrazado el vacío
que ese mismo abrazo llenaba.


HACIA UNA AUSENCIA

el primer soplo y su anhelo:

las palabras que lo respiran,
las hojas arrastradas.

caminamos paso a paso hacia
una ausencia,

pasos en vilo
frente a un tiempo que no
ha llegado,
hacia un vacío, una duda o una
certeza sin nombre.

de cara a la pared
cada hombre inicia lo imposible:

dibuja con tiza el muro, bajo la lluvia,
escribe su esperanza.



ESCULPIDO EN LOS ESCOMBROS

siempre queda algo
de todo lo que pasa,

una taza de loza
con su asa quebrada,

una sábana raída
donde se hospedaron los sueños
en los que se
soportó la vida.

el esqueleto de una casa muerta
o una tumba derrumbada,

la tragedia que solo,
sin nosotros,
escribirá el tiempo

la yedra, el musgo o
el lagarto
que surgirá del derrumbe,

el delirio de la vida
que nace de cada muerte.

toda ruina tiene algo de templo,

todo hombre
es el resto de un suicidio

la gota en el cáliz
que no bebimos hasta el vacío

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