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jueves, 8 de abril de 2010

El Pibe Chacarita

Las cosas no duran como antes
(Historia cotidiana en un solo acto)

Lo que hace falta es empacar mucha moneda,/ vender el alma, rifar el corazón,/ tirar la poca decencia que te queda.../ Plata, plata ,plata... plata otra vez...
¡Qué va cha ché! (1926) Tango de Enrique Santos Discépolo

La acción transcurre en la fila de la caja de un supermercado chino de Colegiales. Son sus protagonistas: una señora con un changuito (Sra. CH.), la señora mayor (Sra. M.) que atesora su monedero en la axila, la señora (Sra. R.) que durmió con los ruleros puestos, una vendedora de cosméticos (V.C.) , la cajera (C.Ch.) que sólo reitera pocas palabras en español y quién narra esta historia (El.p.Ch.).
Es unos de los tantos días de febrero, terror de los funcionarios del Gobierno Porteño, que nos brinda una molesta llovizna con un viento arremolinado. De la pantalla de un televisor en lo alto del comercio se escucha: “Hay alerta meteorológico para toda la Ciudad de Buenos Aires en especial para los vecinos cercanos al Arroyo Maldonado”
Nadie le presta atención, todos están preocupados por el precio de la carne. ¡Acción!

Sra. R: ¡Qué barbaridad! Es la primera vez que salgo con este paraguas a la calle y mire cómo lo dio vuelta el viento de la esquina. ¡Y no era un huracán, un tornado, un tsunami , sólo soplaba una leve brisa! ¡Caramba, ahora no lo puedo volver a armar!. Es cómodo porque lo puedo llevar en la cartera, y en caso de estas lluvias inesperadas me cubre el peinado, pero con la primera corriente de aire se desarma. Señor: ¿Me ayuda a cerrarlo?... Mi esposo siempre dice: “Las cosas no duran como antes”...
El. p.Ch.: Voy a intentarlo, quizá haga falta alguna herramienta. (Esbozo una excusa para evitar mostrar mi ineptitud manual). Las varillas parecen de “manteca” y están unidas por un “cuchuflito”, en su bastón de plástico. Para volverlo a su posición inicial estoy enderezando un tensor flexible. (Hago con mi rostro una mueca de fuerza que le produce cierta compasión a su dueña) Para colmo ya no existen más quienes los reparaban, los paragüeros, que salían a la calle después de las tormentas...
Sra.R.: No se preocupe señor. A veces cuesta más caro arreglarlos que comprar uno nuevo. Ahora se nota que la vida útil de los productos y servicios es cada día mas corta...
Sra.Ch.: En mi tiempo las cosas se producían para que durarán toda una vida, existía el concepto de irrompible, a pesar de no contar con el nivel de la tecnología actual. Un ejemplo de ello era la heladera Siam 90 con su manija vertical y su gabinete tipo “blindado” que nunca era atacado por el óxido. Ese mismo concepto de resistencia al trato y al paso del tiempo se daba con los juguetes “Duravit”, testigos del uso común por distintas generaciones.
Sra. M.: Hablando de cuestiones de corta duración ¿qué opinan de la inestabilidad en las distintas formas del matrimonio? Por la tele me enteré que un futbolista y una modelo se separan luego de siete meses de convivencia. En mi juventud en ese lapso aún estaba vigente el deslumbramiento por la luna de miel. A pesar de los problemas las uniones conyugales eran perdurables, alentados por las sentencias: “Contigo, pan y cebolla”, “Hasta que la muerte nos separe”...
V.C: Esa precariedad ocurre con los empleos, en el pasado mi padre tuvo trabajo por vida en una empresa. Se ingresaba siendo un adolescente como cadete con: sexto grado aprobado, dactilografía y taquigrafía en las Academias Pitman y podía jubilarse con un cargo de responsabilidad. Como dice el esposo de la señora, ahora todo es fugaz. Por la escasa oferta de trabajo en relación de dependencia, nos fuimos transformando en pequeños cuentapropistas, sin el respaldo social de aquellas compañías de entonces. A propósito tengo para ofrecerles: al señor una loción para después de afeitarse y a las señoras una crema con vitaminas para las manos...
Sra. M.: Coincido con el hecho de que las cosas tienen poca vida. En especial con los sueldos y las jubilaciones, en mis tiempos aún no se había inventado la inflación. Los artículos tenían un valor constante y además existía el fiado. Ahora para llegar a fin de mes con nuestros ingresos, uno debe actuar como un experto en finanzas y economía...
Sra.R.: Estoy tentada de preguntarle a la cajera cuánto valen los paraguas que están en la góndola. Perdón que me adelante. Querida... ¿Cuál es el precio de los paraguas?
C.Ch.: ¿Grande o chico? ¿ Contado o tarjeta ? ¿Para regalo o en bolsita? ¿Retira en mostrador o envío a domicilio?...
Sra.R.: ¡Qué horror! Me mareaste. Prefiero empaparme con la lluvia antes que seguir escuchándote. Ya me invade la paranoia como para pedir un turno a mi psicoanalista. ¡Señor! ¿Me devuelve ese maldito paraguas? Hechos por los chinos, para ciudades sin vientos, con: manteca,”cuchuflitos”, tensores flexibles, plástico y otras yerbas. ¡Qué mañanita y yo con estos ruleros que me presionan el cerebro!...
V.C: Señora no desespere. Tengo para ofrecerle el novedoso sistema antiflacidez con bioxilift y ácido hialurónico para que su piel en contacto con esta crema sea notablemente firme, redefinida y suave. Un producto alemán que le devolverá el rostro de su juventud...
Sra.Ch: Nosotras para tener la piel tersa no necesitábamos productos foráneos, lo teníamos en el gallinero del fondo. La clara de huevo que extendíamos con las yemas de nuestros dedos sobre el rostro, producía el mismo efecto con palabras más sencillas. Pero, mi piel tampoco es como la de antes...
E.p.Ch.: Señora, tengo una buena y otra mala noticia para usted. ¡Observe que maravilla! He conseguido plegar su paraguas tal como viene de fábrica. Ahora tengo un pequeño problemita, además de haberme pinchado un dedo, no logro abrirlo y me sobra esta varilla...
Sra.R.: ¡Querida! ¿Tenés algo para que me baje la presión arterial ?...
C.Ch: Sí. ¿Grande o chico? ¿Contado o tarjeta? ¿Para regalo o bolsita? ¿Retira en mostrador o envío a domicilio?...
Sra.R.: ¡Llamen al SAME antes que perezca!
Sras:M., CCh., VC., ( A coro): Algunas cosas siguen durando, como la histeria de esta dama con ruleros y un paraguas chino desarmado por una ventolina...
(Telón o persiana de comercio asiático, cae lento)

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