"Habrá seres humanos con minirrobots en el cerebro”. Este pensador y creador de sistemas informáticos cree que pronto las máquinas nos superarán. Desde su cuartel general de Kurzweil Technologies, en Boston (EE UU), donde trabaja en numerosos proyectos, este explorador del futuro contempla el siglo XXI convencido de que los avances tecnológicos tienen su metáfora perfecta en el viejo cuento del tablero de ajedrez y los granos de trigo. Se trata de colocar un grano en la primera casilla, de doblar la cantidad en la siguiente y así, doblando cada vez la cantidad, llenar todos los cuadrados. Pasada la mitad del tablero, la progresión exponencial desborda todas las expectativas. Esto es lo que cuenta Kurzweil sobre el futuro con un discurso apasionado y visionario. –Según sus previsiones, dentro de tres décadas habrá ordenadores baratos que igualarán la potencia del cerebro humano. ¿Qué aportación clave espera de este hecho? –La creación de una inteligencia superior. Un ordenador es más rápido que el cerebro humano en algunas cosas, pero lo difícil es que tenga la riqueza, sutileza y profundidad de nuestro pensamiento. Para lograrlo será clave el software de la inteligencia, basado en la ingeniería inversa, que copia el funcionamiento del cerebro huma-no. Nuestros circuitos cerebrales son tridimensionales y se basan en unas complejísimas conexiones. Escaneando el cerebro podremos crear una réplica, y usando circuitos artificiales tridimensionales de nanotubos (tubos microscópicos) podremos imitar su funcionamiento y crear una inteligencia artificial avanzada. El profesor norteamericano Andreas Nowatzyk ya trabaja en un proyecto para copiar el cerebro de un ratón. Es un primer paso para lo que vendrá luego. –¿Qué vendrá luego? –Gracias a la nanotecnología, podremos colocar minúsculos robots en el cerebro para mejorar su capacidad. Construiremos entidades no biológicas con copias del cerebro humano y tendremos personas con miles de robots microscópicos en el cerebro, lo que aumentará su habilidad para pensar y para vivir en una realidad virtual. –¿Cuál será, pues, la diferencia entre lo humano y lo no humano? –Éste es el tema. En muchos casos no la habrá. –Sus previsiones han creado una fuerte polémica... –A diferencia de otros, yo no veo limites al desarrollo tecnológico. La tecnología supone una ruptura con la lenta evolución biológica y la entrada en un proceso más rápido. Muchos científicos tienen una perspectiva lineal y ven el futuro como un calco retocado del pasado. Eso es un error. Estamos en una fase de crecimiento exponencial en la que confluyen la informática, la biotecnología, la física cuántica, la nanotecnología... Este siglo será equivalente a 20.000 años de desarrollo lineal. –Algunos expertos creen que aun-que los ordenadores sean cada vez más potentes, no pueden dar lugar a una verdadera inteligencia. –En 1990 Kasparov dijo que un ordenador nunca le ganaría al ajedrez y siete años después Deep Blue le derrotó. Debemos usar los fabulosos recursos que nos brinda la informática para mejorar los procesos del cerebro humano. Olvidamos que nuestra inteligencia es fruto de un complejo sistema de información y análisis que se puede reproducir. Quienes dicen que las máquinas no son inteligentes olvidan que yo entiendo inglés pese a que ninguna de mis neuronas, por separado, lo entiende. –¿Cómo será esa inteligencia artificial avanzada de la que habla? –Será una inteligencia que, imitando el modelo humano, podrá responder con emociones, comunicar mediante el arte o aportar ideas filosóficas. Una vez que tengamos el modelo que funcione, la capacidad de las máquinas para aprender será inmensa. –Algunas investigaciones clave, como la clonación o la manipulación genética, crean inquietud. ¿Debe haber prohibiciones? –Prohibiciones de investigación, no. Abandonar áreas polémicas supone regalarlas a un mundo marginal en el que su desarrollo continuará igualmente, pero sin el debate ético. Y eso facilitaría que usuarios menos fiables y controlables, como gobiernos totalitarios o terroristas, adquiriesen un poder peligroso. Los científicos debemos continuar trabajando en todos los campos, mientras filósofos y expertos sociales debaten el adecuado uso y control de las tecnologías. –¿Es ético invertir tanto dinero en investigación punta mientras hay millones de personas en zonas pobres sin acceso a las tecnologías básicas para la supervivencia? –Ése es un viejo dilema. Lo ideal sería hacer las dos cosas. Personalmente creo que el desarrollo de la tecnología, impulsada por la investigación punta, está haciendo más asequibles muchos productos básicos para millones de personas. Pensemos, por ejemplo, en toda la información valiosa y gratuita que está disponible en Internet. –Hay indicios de que la brecha tecnológica entre ricos y pobres se está haciendo cada vez mayor. –Sí y es un mal síntoma. Pero el desarrollo tecnológico puede significar sufrimiento o liberación, y creo que en conjunto veremos más liberación que sufrimiento. –Su próximo libro se titula La Singularidad está cerca. ¿Cuál es su mensaje central? –La Singularidad es un concepto que acuñó en los años 50 John Von Newmann, uno de los padres de la cibernética, para referirse al impacto que tendría el desarrollo tecnológico sobre el futuro. También es un término que en matemáticas significa infinito. En el libro hablo del cambio crucial y profundo que representará la unión de la inteligencia artificial y la humana. Será una ruptura en la historia. –¿Tiene fecha la Singularidad? –En cinco décadas nacerá una inteligencia artificial tan humana que cambiará la civilización, pues alterará el concepto que tenemos de nosotros, nuestra relación con las máquinas y el papel de éstas. –El paso siguiente es pensar que la inteligencia humana será superada por la artificial. Y eso evoca muchas visiones apocalípticas... –Una vez que los ordenadores alcancen el nivel humano de inteligencia es natural que lo superen, ya que le aventajan en capacidad para recordar y procesar información. Esto entraña peligros, pero son solucionables. Desde hace miles de años convivimos con los peligros de la tecnología. Por otro lado, la Singularidad nos abrirá puertas que nos enriquecerán. –¿Por ejemplo? –Seremos más inteligentes, pensaremos con más rapidez y profundidad. Iremos más allá de nuestro cuerpo. Podremos vivir en entornos de realidad virtual que integrarán todos los sentidos y pensar en algo parecido a la inmortalidad. –¿Esta visión tiene un componente religioso? –No necesariamente, pero estamos hablando de algo tan trascendental que para explicarlo hay que utilizar un lenguaje casi religioso. –¿La tecnología será nuestra aliada o es un terreno imprevisible? –Hay algo de imprevisible. El problema es que la tecnología peligrosa es la misma que la que nos ayuda. La historia es nuestra y tenemos que escribirla con la tecnología como aliada. No podemos ni debemos renunciar a ella. Àlex Barnet Esta entrevista fue publicada en agosto de 2002, en el número 255 de MUY Interesante. |
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jueves, 9 de agosto de 2012
La singularidad esta cerca
LA SINGULARIDAD ESTA CERCA....
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