Lluvia de
solidaridad
Y de excusas…
Por Daniela Méndez Casariego
Será difícil olvidar el
temporal que sufrimos recientemente los habitantes de Capital Federal, La Plata
y otras zonas de la provincia de Buenos Aires. En primer lugar, por el dolor
ante tantas víctimas fatales: 5 en Capital y 51 en La Plata, según datos oficiales. También, por la desesperación de
muchos al haber perdido todo y por la bronca que genera la desidia de los
políticos, quienes lejos de asumir responsabilidades, se pasan la pelota de uno
a otro.
Sin embargo y por
increíble que parezca, de esta tragedia puede extraerse algo positivo: la
solidaridad del pueblo argentino.
Luego del agua, lo que
llovió fueron las donaciones de todas partes del país. Colchones, frazadas,
comida, agua, artículos de limpieza, pañales...
Desde los vecinos más
humildes a las más importantes empresas; todos se unieron para ayudar y los
medios de comunicación, en sus diversas
formas, fueron una gran herramienta para organizar y fiscalizar el reparto de
la mercadería.
En La Plata, por ejemplo,
más de 7000 voluntarios aún siguen asistiendo a más de 20 mil familias.
La comunidad artística
también colaboró brindando un mega recital en el Planetario. Por el escenario
pasaron artistas de la talla de Divididos, Fito Páez, Catuprcu Machu, La
Bersuit, Tan Biónica.
Desde el Vaticano, el
papa donó 50 mil dólares y las iglesias barriales organizaron la recolección de
las donaciones.
Como se aprecia, la
capacidad solidaria de nuestro pueblo es inagotable. No obstante, es necesario
ahondar en las causas y responsabilidades de semejante tragedia.
Según expertos en
climatología, el calentamiento global tiene mucho que ver y a menos que
cambiemos algunos hábitos perjudiciales
para el medio ambiente, los fenómenos se mantendrán y serán incluso más frecuentes.
Además, la falta de un
sistema de alerta adecuado no permitió la pronta evacuación de la población en
zona de riesgo. ¿Cuántas vidas podrían haberse salvado de contar con radares
modernos?
De acuerdo a la opinión
de diversos arquitectos, la edificación ilimitada no permite el escurrimiento
del agua, acelerando el proceso de inundación. A esto debe sumarse la basura
que a diario tapa los desagües.
Y por supuesto, está la
desidia de nuestros gobernantes, quienes conocen muy bien el problema pero
siguen sin considerarlo una prioridad.
Mauricio Macri, jefe de
gobierno porteño, acusa al gobierno nacional de hacer politiquería y de ser responsable de que las
obras necesarias para evitar inundaciones no se realicen.
Como solución inmediata,
prevé dar subsidios a las más de 350 mil personas afectadas.
Desde el gobierno
nacional desmienten los dichos de Macri y niegan que el predio de Tecnópolis
haya provocado la inundación del barrio de Saavedra, como muchos creen. Según
la presidente, es el inmenso shopping (Dot) y la gran cantidad de edificios lo
que convierte al barrio en “una palangana”.
Por su parte, Daniel
Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires, mantiene una actitud más
conciliadora y agradece el apoyo al gobierno nacional y a todo el arco político
en general.
El gobernador promete
financiar las pérdidas, mantener la seguridad de las zonas inundadas y recolectar de manera inmediata los residuos
provocados por los destrozos.
Los problemas más
urgentes de la población seguramente se solucionen pero las vidas perdidas no
se recuperarán. Es hora de que las autoridades, todas, dejen de acusarse entre
sí y unan fuerzas para que tragedias como esta no vuelvan a repetirse.
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