Iglesias, Templos y
Sinagogas forman parte de la escenografía de la ciudad aunque ellas congreguen
sólo a personas que profesan una fe, pero no son islas perdidas en los barrios
sino que incluso a veces son parte de la identidad de los mismos.
En el corazón de Chacarita
se encuentran dos iglesias equidistantes entre sí separadas por el parque Los
Andes y la avenida Corrientes: “Todos los Santos y Ánimas” y “Resurrección del
Señor” que celebran sus fiestas patronales con fechas especialmente
significativas para el calendario católico pero también con el barrio al que
popularmente se lo vincula al cementerio.
En 1886 don Agustín
Comastri le vendió a Luis Cayol una fracción del enorme terreno que poseía,
como estos parajes pertenecían al “Partido de Belgrano, Provincia de Buenos
Aires” la escritura quedó inscripta en el Registro de Propiedad de la Plata.
Frecuente por aquellos años
el nuevo dueño loteó el lugar e inició la venta, los primeros compradores fueron
Agustín Roverano, Juan Mena y Ulrico
Flagenbuch que se convirtieron en propietarios pero no se afincaron en el
lugar.
La mayor adquisición la
hicieron en sociedad Ramón Buhigas, Agustín Bardi y Juan Molina; en 1888
dividieron el lugar correspondiéndole la mitad al primero y la otra a los dos
socios, también lotearon y vendieron.
Los títulos de propiedad
atestiguan los incipientes comienzos del barrio, se asentaba el número de lote,
la letra de la manzana y los linderos, aparecen así las primeras “calle sin
nombre” o “vía proyectada”, si no había dueños se asentaba el número de las
otras fracciones, caso contrario se asentaba el nombre de los mismos. Las
mudanzas no eran frecuentes así que por mucho tiempo se pudieron extender las
escrituras de esta forma.
Como un rompecabezas
incompleto hoy sólo sabemos que la manzana “B” estaba ubicada sobre la calle
Dorrego “formando esquina a otra sin nombre” y lindaba con terrenos de un
antiguo residente del lugar: Pedro Henestrosa. La “C” estaba rodeada por el
Boulevard Colegiales (Lacroze), una calle proyectada, Henestrosa y la calle
Washington (Guevara) limitando con la manzana anterior. La “H” se convirtió
después en Lemos entre Dorrego y Leiva.
Casi finalizaba el siglo
cuando se encendió como espiritual luz de guía “San Bernardo” (1896) construida
por iniciativa de Salvador Benedit y llevada a cabo gracias a los obreros de la
Fábrica Nacional de Calzado.
La nueva parroquia abarcaba
una extensa zona que hoy comprende varios barrios que se fueron poblando en
forma similar. Por entonces los dueños de los primeros lotes ya habían vendido
y comenzaban a establecerse “los primeros vecinos” que si podían compraban, las
monedas juntadas en una lata o en el folklórico colchón se convertían en
inversión a medida que nuevas fracciones se ofrecían a la venta.
También en el filo “entre
siglos” Nicanor Méndez se asoció con la firma “Ernesto Tornquist y Cía” para
comprar terrenos en la zona. En 1906 la Sociedad le vendió 11 partes indivisas
a Méndez reservándose 7 de las que formaban el total.
En forma lenta comenzó a
poblarse la manzana “A” rodeada por la calle Dorrego y “el Gran Boulevard
Corrientes” que lo separaba del “Cementerio Viejo de la Chacarita, próximamente
jardines” por donde pasaba el Tramway Rural.
La torre de “San Bernardo”
seguía sobresaliendo en medio de las casas bajas pero comenzó a quedar alejada
de los nuevos núcleos de población que iban en aumento al tiempo que abrían
comercios, talleres y fábricas. Con el tiempo se construyeron San Roque (1908),
Nuestra Señora de los Buenos Aires (1912) y Nuestra Señora de los Dolores
(1923)
El 12 de octubre de 1928
fue autorizada la creación de otras esparcidas por la ciudad, las más cercanas
son Nuestra Señora de la Consolación “La Consolata”, Asunción de la Santísima
Virgen y “Todos los Santos y Ánimas” de
la cual dependen las capillas del cementerio.
Cuando comenzó su actividad en una casa de la calle Otero –la iglesia se
fundó varios años después- recién se habían inaugurado “Las Colectivas” que
traería a más de cien familias a vivir en una sola manzana. Su primer párroco
el Presbítero Enrique Lavagnino estuvo más de una década al frente de la
Iglesia y parece ser que fue el pionero en usar megáfono en las procesiones por
las calles del barrio.
Mientras tanto “La
Resurrección” como la llaman familiarmente los vecinos fue creada el 25 de
julio de 1934 y estaba ubicada en Dorrego “a media cuadra de Triunvirato”
cuando fue bendecida e inaugurada el 24 de abril de 1937.
La crónica señala que a las
16 horas una nutrida concurrencia asistió
a la ceremonia religiosa presidida por el entonces Arzobispo de Buenos
Aires Cardenal Santiago Luis Copello.
Después de ser recibido por
los padrinos del templo el Dr. Omar Álvarez Balbín y su esposa Gilda Comastri
el prelado dijo unas palabras en reconocimiento “al R.P. Adolfo Tornquist,
salesiano, quien dedicaba el nuevo templo a la feligresía en memoria de sus
padres”. Ernesto Tornquist y Rosa Algelt habían sido en cierta forma dueños,
recordemos que era una sociedad, de la otrora manzana “A”.
Una de las crónicas brindó
detalles de la ceremonia religiosa: “Frente al altar mayor, profusamente
adornado con flores blancas y rojas rezó
una breve oración. Seguidamente recorrió el perímetro interior del recinto y
luego el exterior asperjando el paramento de los muros con agua bendita,
mientras recitaba las oraciones de rúbrica. Al regresar se escucharon las
Letanías de los Santos.”
Después que el padre
Lavagnino dijera unas palabras el Cardenal Copello impartió la bendición
pidiendo a los participantes rezar por el engrandecimiento espiritual de la
nueva congregación.
Ese día tuvo lugar el
primer bautismo: Osvaldo Felipe Onzari, hijo de Rogelio y Natalia Cebrero;
también ese año se celebró el primer
matrimonio entre Roberto Bonfigli y Scioperina Besso que eran vecinos de “Las
Colectivas”.
Al día siguiente en una
misa solemne fue elevado a la categoría de párroco Monseñor Manuel Moledo que
ejerció una intensa actividad pastoral que se extendió más allá de los límites
barriales, inició el “Grupo Scout” (1939) y le dio impulso a varias
asociaciones laicas.
Le siguió Luis Hilario
(1957-1963) al cumplirse el 25° aniversario de la parroquia el 31 de marzo de
1962 el Arzobispo de Buenos Aires Cardenal Antonio Caggiano bendijo el nuevo
altar mayor con la imagen de Jesús Resucitado.
Mientras fue párroco Carlos
Ramón Reggiani (1963-1969) abrió sus puertas el Colegio –corría el año 1966-
hoy “Instituto Resurrección del Señor” que año tras año recibe y revive el desborde de renovadas energías.
Continuó su obra Boris
Gabriel Turel (1969-1977) casi como pionero creó el boletín mensual “El Puente”
para estrechar el vínculo informativo con su comunidad.
Con Carlos Cumarianos
(1978-1998) comenzó “Cáritas”, abrió sus puertas el “Hogar Maternal” y “La Casita”;
y comenzó a emitir “La Radio” (91.3 FM)
Más recientes José María
Baliña (1998-2009) y Antonio Roberto Borré que hoy se encuentra al frente para
festejar los 75 años de la
parroquia.
También otros
sacerdotes y seminaristas formaron y
forman parte de la comunidad, algunos en la actualidad son párrocos en otras
iglesias.
Durante sus largos años de
vida hubo muchos cambios en su interior, la actual imagen del Jesús Resucitado
sobre fondo blanco supo tener pinturas alegóricas y durante muchos años dos
enormes ángeles sostenían las lámparas que iluminaban el altar mayor.
La Cruz de la entrada
lateral estaba en otras épocas ubicada en la nave izquierda junto con la Virgen
y San Juan; y más recientes son las pinturas de la “Instauración de la
Eucaristía” y “Pentecostés” que en 1986 pintó Luis Espinosa -su papá Eduardo
“el Gordo” Espinosa tuvo una fecunda actividad pastoral en los grupos
laicos- falleció hace muy poco
tiempo.
Por su extensa e intensa
actividad pastoral al frente de “La Resurrección” Manuel Moledo y Carlos Cumarianos se
encuentran enterrados en la Iglesia.
El filtro del tiempo le dio
a la comunidad una nueva fisonomía, por ser un barrio de gran movimiento allí
concurren viejos y nuevos vecinos que tejen un lazo sutil con los que “están de
paso” y elevan una oración… son el
espíritu del lugar que temporalmente las alberga y que este año cumple sus
primeros 75.
Lic. Stella Maris De
Lellis.
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