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jueves, 14 de julio de 2011

Estimado vecino... ¿Vive Ud. en tierras de Roncoroni?

(Parte I)

Se puede decir que esta historia comienza en una fecha precisa: 17 de marzo de 1873, porque ese día Juan Robassio le compró al municipio de Belgrano –entonces Provincia de Buenos Aires- el terreno que arrendaba “en el parage denominado Chacarita” para vendérselo en forma inmediata “con las poblaciones, arboledas, alfalfares y cercas que contiene” a Ángel Roncoroni. La chacra cubría una superficie de 35 cuadras ó 594.032 metros cuadrados por las que pagó $ 1.249.639 –entonces moneda corriente- ambas escrituras las entregó el Presidente de la Corporación Municipal de aquel Partido.

En ese momento la propiedad lindaba por el Norte con la Chacarita de los Colegiales, por el Sur con el Camino de Buenos Aires a San Martín, por el Este con don Santiago Ortúzar y por el Oeste con terrenos conocidos “por de Farías”.

El nuevo dueño había nacido en 1836 en Olgiate Comasco, Provincia de Como en el Reino de Italia, y era hijo de Gaspar y Mary Pini. Poco se sabe de él, aunque es seguro que aparece en Buenos Aires a principios de 1860 formando parte de una sociedad junto con sus hermanos José y Juan, José Pini y Luis Luraschi como dueños de un negocio de “Pinturería y Almacén de Espejos” ubicado en Florida y Cangallo (hoy Presidente Perón)

Se casó en 1871 con su prima María Pini en el pueblo natal de ambos, tuvieron un hijo al que llamaron Pío Mario Gaspar que nació en Argentina y bautizaron en la parroquia de Belgrano.

Don Ángel falleció en Italia el 29 de marzo de 1880 y su viuda nombró a Ludovico Bonacina como apoderado de ella y representante legal del hijo para que se encargue de la sucesión y reclame el terreno “en el parage denominado Chacarita” todavía provincia de Buenos Aires.

Ella retornó a Italia y dos años después se casó con Víctor Bulgheroni y tuvo un hijo al que llamaron Ángel Luis Víctor que falleció a los pocos meses, semanas después también murió Maria que nombró a su esposo tutor del hijo que había tenido en su anterior matrimonio.

El viudo y su hijastro se presentaron ante la justicia argentina para reclamar la herencia que todavía se estaba tramitando de Ángel Roncoroni. El 2 de mayo de 1888 fue declarado Pío Mario Gaspar Roncoroni único y universal heredero de sus padres mientras que Víctor Bulgheroni de su esposa y del hijo fallecido.

Una vez establecidos los herederos le solicitaron a Juan Pini informe el valor estimado de los bienes “en especial un terreno de chacra en el parage denominado chacarita” y a la Oficina de Hipotecas si la propiedad tenía algún tipo de deudas, inhibición o embargos.

Lo único pendiente con respecto a las tierras era un juicio que habían iniciado Santiago Ortúzar y Lucas Iparaguirre –en vida de don Ángel- para que fuera declarada nula una compra que hizo al municipio de Belgrano porque una ley provincial había prohibido la venta de esas tierras.

El 28 de octubre de 1889 el Ingeniero Arsenio Bergallo comenzó la medición de los terrenos por comisión del Juez Dr. Emilio Giménez que llevaba la sucesión, para el trabajo llevó consigo las mensuras que antes habían hecho en el lugar Pedro Benoit en 1871, dos años después José María de las Carreras y Cristian Heusser, Antonio Lagos en 1874, Juan Coquet en 1875 y Jorge Meineke en 1876.

Don Ángel Roncoroni tenía una propiedad -una parte era familiar y otra societaria- que tenían dirección Norte-Sur y estaban unidas por sus costados Este-Oeste. El todo tenía entonces por límites “Al Norte el Camino de San Martín a Buenos Aires -hoy calle de Córdoba-, al Oeste don Santiago Ortúzar –hoy Juan Crisol-, al Sur la Chacarita de los Colegiales y el municipio de Belgrano, y al Este calle pública - hoy conocida por Colegiales-”.

La medición comenzó “... a los 21 metros 65 centímetros, una paralela al paredón del Cementerio Viejo ó Chacarita primera... busqué luego el alambrado diez y ocho entre Comastri y Brown - hoy Mackern Mac Lean y Cía-, y Juan Clark Cía, y en su dirección y hacia el Oeste [...] las fracciones II, IV y V del plano de división en la liquidación de la sociedad ‘Brown, Roncoroni y Gowland’”.

A partir de allí “empieza el adoquinado” y hacia el frente encontró “el ángulo saliente del paredón del Cementerio segundo [el actual] ensanche recibido para Enterratorio General” después de seguir por la parte adoquinada “de la calle Colegiales” encontró el lado sur de la ochava del Cementerio donde clavó “una estaca de fierro en la junta de los adoquines”.

Hacia el Norte “el adoquinado provisorio que conducía al portón central de la Chacarita vieja” (Dorrego y Corrientes), luego a los pocos metros “pasé la doble vía en la curva del Tramway Rural”, después de sortear varias zanjas -antiguos cercos- encontró “un poste de teléfono que queda al Oeste”.

Allí estaba “la casa de don José Más” (Jorge Newbery y Guzmán) luego se dirigió hacia el camino de San Martín a Buenos Aires hasta encontrar “el alambrado de los herederos de Arnejo” y más adelante el “cerco vivo de una cina cina de don Vicente Blasco”.

Al mismo tiempo que medía iba estableciendo los puntos de referencia: “el quinto poste de alambrado sobre la calle de Córdoba y el sexto de la calle Colegiales” -y señalaba los alambrados que encontraba- “... provisorio para los animales”, “...de Juan Henestrosa” y otros vecinos mientras al mismo tiempo marcaba puntos específicos “... en partes solamente zanja y en otra, zanja y alambrado”.

Siguió encontrando cercos de cina cina hasta alcanzar el primer alambrado del “Tramway Rural vía a Belgrano” -y luego más zanjas, alambrados y cercos vivos- hasta llegar a “Villa Ortúzar” (sic)

En el camino iba colocando los mojones de fierro y “a 22.35 metros de la vía del tramway rural a San Martín” encontró un poste telefónico de esa compañía.

Aunque llevaba los antecedentes de las mediciones realizadas años antes, necesitó la ayuda de los vecinos Juan Queirolo y Alejandro Gabiase “que hace como veinte años residen en este punto y son empleados de la Chacarita desde mucho tiempo atrás cuando se estableció como enterratorio”.

Después de establecer las esquinas de los terrenos de Roncoroni y Ortúzar encontró un camino lleno de pozos y pantanos “pasan carretas y carros de ladrillos” -en ese lugar cruzó el adoquinado hacia el portón del enterratorio- “... en el centro del cual se halla instalado un tramway Decauville para el servicio del cementerio (...) a los 155,22 metros a la derecha terminan las oficinas de la Chacarita”.

Bergallo midió y determinó los límites del terreno de 912.027 metros cuadrados que en ese momento lindaba por el Norte con “el centro de la zanja existente sobre la calle de Córdoba”, al Este con “el alambrado actual de la calle Colegiales y prolongación de la línea del paredón de segundo cementerio”, al Sur una extensión del cementerio “hasta el pilar norte de su ochava oeste” y por el Oeste “el centro de la zanja que actualmente existe”.

También estableció las tierras de los vecinos que rodeaban el lugar del otro lado de la calle Córdoba y de la calle Colegiales, mientras al Oeste estaba Juan Crisol –terrenos que habían sido de Santiago Ortúzar- y por el sur “terrenos municipales adheridos a la extensión del cementerio de la Chacarita y terreno municipal hoy calle pública o campo abierto”.

Así dio por concluido el trabajo, aclarando que aunque la municipalidad había sido citada nadie se presentó a pesar del trabajo que debían hacer en ese lugar: acceso al cementerio, levantar los jardines que se habían proyectado para lo cual había que expropiar terrenos de la calle Corrientes y acordar con Lacroze.

“La estación hallase situada más o menos en el centro del terreno frente al portón del Cementerio. El propietario de este tramway, no ha sido citado a la mensura, por cuanto el terreno no es de su propiedad y tanto la estación como las vías han sido asentadas en terrenos de estos condóminos sin ser escrituradas pues eran terrenos primitivos de Robassio y Farías, nada se ha vendido”.

Pero había otra fracción con problemas: “... hacia el sudoeste del terreno de Don Juan Clark y se halla cruzado en terraplen por la vía del Ferrocarril del Pacífico con sus bordes alambrados, y los otros tres costados que lindan con calles públicas no tienen límite alguno marcado, en resumen es un terreno abierto”.

También señaló en forma separada el cuadrilátero que había pertenecido a la sociedad que había formado Roncoroni con Brown, Medrano y Gowland, y el que reclamaban Iparaguirre y Ortúzar.

El 25 de octubre de 1889 los vecinos que rodeaban las tierras de don Ángel aceptaron la medición “Por cuanto ha respetado los límites que con la propiedad medida tenemos y consideramos son los centros de las zanjas existentes y de las demás zanjas que han limitado el terreno medido”.

Así quedó establecida la superficie total y los límites del terreno de don Ángel Roncaron. Sin embargo, por entonces ya habían fallecido Mary Pini, José Pini y Juan Roncoroni por lo tanto de esta medición también dependía la división de las respectivas sucesiones.

Por lo tanto el tema estaba lejos de terminar...


Lic Stella Maris De Lellis, historiadora

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