BIENVENIDOS AL BLOG DE LA REVISTA AQUENDE (Chacarita, Colegiales y Villa Ortúzar)

PINTA TU ALDEA Y SERAS UNIVERSAL....
Blog dedicado a los barrios de Chacarita, Colegiales y Villa Ortúzar. Este blog es una extensión de la revista gráfica Aquende, que se edita hace 29 años ininterrumpidamente.
Para colaborar con notas en ambos medios o figurar en el listado de anunciantes mandar un mail a revista_aquende@yahoo.com.ar








martes, 11 de junio de 2013

El Pibe Chacarita/Junio 2013



La suerte de la fea la linda desea

         Un cuento de Isidoro Blaisten


               Tanto me da que sea pato, / como que tenga dinero, / un hombre es lo que quiero, / y eso será mi ilusión... / Mamá yo quiero un novio/ que sea milonguero guapo y compadrón...
                    “Mama... Yo quiero un novio” (1927) Tango de Roberto Fontaina y Ramón Collazo


Era más fea que lobizòn con redecilla, pero tenía suerte.  Compraba una rifa de Navidad y se sacaba todos los huérfanos de Dickens, compraba un número de la tómbola de Bruselas y se sacaba los repollitos, compraba un billete de la lotería de La Rioja y se sacaba todos los caudillos.
Caminaba por la calle, procurando que el mundo no la vea, y a su paso encontraba de todo: lebreles de plata, caduceos de oro, diademas de berilo, tiaras de ópalo, sayales de púrpura.
Tanto había acumulado, que nadaba en la abundancia: crawl, pecho, espalda, mariposa, over, cualquier estilo.
En cambio, la pobre linda que tenía piel de alabastro, cutis de colegiala, labios de coral,  boca de grana, cuello de cisne, ojos de azabache, caderas hospitalarias, senos turgentes y cintura da avispa, no pegaba ni una.
Vestida de percal, para ganar el pan amargo y duro, iba todas las mañanas camino del taller.
Y aconteció que, una mañana de primavera en que había aire de violines elitrosos, la vio el príncipe azul.  No bien la vio, detuvo el corcel, ató las bridas al pie de la media estatua de Don Quijote sita en Lima y Avenida de Mayo y caminó presuroso detrás de la linda.
-Linda, dinos el motivo de tu encanto y atractivo- dijo el príncipe azul en cuanto estuvo al lado de a linda.
Mi secreto es evidente- dijo la linda-, No tengo niente.  Voy cual todas las mañanas para ganar el pan amargo y duro, camino del taller.
-   ¡Cómo así! – exclamó el príncipe Federico ( el príncipe azul se llamaba Federico) – La crisis no debe recaer sobre las espaldas de la clase obrera.  La variable de ajuste no puede ser el salario de los trabajadores..
-   Así es la vida, Federico – dijo la linda-, Ya sabes por ti mismo muchas cosas y otras irás sabiendo lentamente.
A todo esto, lentamente, en sentido contrario, avanzaba la fea.  A cada paso levantaba del suelo relicarios de ébano, incensarios de madreperla, jofainas de lapislázuli, pebetero de malaquita, mariposas de obsidiana.
No bien el príncipe azul vio lo que andaba levantando la fea, giró sobre sí mismo, abandonó a la linda, se puso a la par de la fea y dijo:
- Paloma, cásate conmigo, si vieras el nido que tengo escondido cerquita de aquí.
-Al registro civil- chilló la fea, levantando un aguamanil de peltre con su correspondiente jarra del siglo XVII y un solideo de pana labrada del siglo XVI-. Al registro civil.
El príncipe demudó.
- Antes- dijo- celebremos la fecha con una aire de júbilo que cumpla la parábola.  Vayamos al Grill “Oriente” a tomar una sidrita.
Fueron. Desde la otra esquina la linda los vio cruzar.  Se sintió más triste que un domingo a las seis de la tarde.  Se sintió una basura-
-¡Manliba mi suerte perra! – sollozó.  Y siguió cual todas las mañanas camino del taller.
Después de la sidrita, el príncipe azul desató el corcel y subió a la fea con todo su cargamento, y partieron al galope rumbo al registro civil.
La noche de bodas, la fea comenzó a desnudarse. Fue no más terminar de verla desnuda y el príncipe cayó fulminado, muerto de desolación.
A la semana  la fea escribió un libro,  A la semana lo publicó: se llamaba”Mi vida junto al príncipe” y fue bestseller mundial.  Cobró regalías, neto, un millón doscientos cincuenta y siete mil dólares con cero sesenta.”

(Yo me casé con la chica más linda del barrio. En las reuniones o en su andar por las calles, captaba todas las miradas.  Tenía un parecido, sin esforzarse, a Gina Lollobrígida.  Me resultaba difícil soportar el asedio que provocaba su belleza.  Para colmo, yo no me parecía a ninguna figura pública. Alguna vez escuché decir: “¿Qué le vio a este salame?”  Volvería a elegir la belleza: humana y física.  Fdo. “El Pibe Chacarita”, un ilustre desconocido o “el salame”)                           

No hay comentarios:

Publicar un comentario