La llegada de la gran tienda cultural virtual | Análisis
Nada debe cambiar el espíritu del librero
DAMIÀ GALLARDO
Amazon es un referente indiscutible en la venta de todo tipo de productos a través de internet, y ya lo era mucho antes de que se anunciara que abriría una tienda on line en España. Toda la información que obtenemos y discutimos en Laie sobre el futuro de las librerías proviene, incluyendo internet, de fuentes como las ferias especializadas o congresos y coloquios con profesionales del sector del libro, y esto nos ha permitido situarnos en una perspectiva que creemos razonable. No se nos ocurriría nunca comparar Catalunya con Estados Unidos: un país con un mercado único de más de 300 millones de consumidores, con una extensión tal que muy a menudo la librería más cercana puede estar a cientos de kilómetros de una casa, donde la compra por catálogo (y Amazon es justamente eso, pero mejorado con herramientas digitales) tiene una aceptación y una tradición incomparablemente más altas que aquí, y con otras muchas otras diferencias importantes que nos indican que, para obtener la perspectiva justa, es necesario mirar más cerca, a Francia por ejemplo.
En el país vecino existe un sistema similar al nuestro, con precio único, pero allí las librerías se consideran patrimonio cultural y se han sabido movilizar para promocionarse conjuntamente. Con esta corrección, palabras como amenaza o miedo deberían desaparecer de las informaciones sobre la llegada de Amazon.
EVOLUCIÓN /Aquí hace tiempo que las librerías evolucionan y se adaptan a las exigencias de hoy día, especialmente en lo que respecta a internet. Así, Laie fue la primera librería catalana en ofrecer la vista previa de libros mediante Google Books, estuvo en la línea de salida en la venta de e-books, y constantemente introduce mejoras en el servicio en la red.
Sí, Amazon es una referencia indiscutible, pero la referencia principal como libreros es la experiencia adquirida con el trato con los clientes, entre los que hay escritores, editores, periodistas culturales, críticos literarios y otros profesionales del mundo del libro. Una librería especializada es, por lo tanto, como una red social: los libros que hay en las mesas de novedades y las estanterías son el resultado de este trato, que genera incontables interacciones a lo largo de una jornada, entre consultas, comentarios y conversaciones.
ESPACIO ORDENADO / Contra el bombardeo informativo que nos asedia cada día desde las pantallas de los ordenadores, los teléfonos móviles y la televisión, la librería aparece como un espacio ordenado y tranquilo que invita a la reflexión y al silencio. Nuestra aspiración no es copiar a Amazon, sino trasladar la experiencia de pasear por la librería a internet. Por esa razón, muchos libreros, como los de Laie, que sienten pasión por los libros, se ocupan ellos mismos de la actividad en las redes sociales (blogs, Twitter y Facebook) en lugar de encargarlo a empresas externas. Evidentemente, Amazon puede inspirar algunas mejoras, pero no nos puede cambiar el espíritu.
Y la diferencia principal, irrenunciable, es el equipo de libreros y libreras con años de experiencia en el oficio, que distingue a muchas librerías independientes. De hallar una buena novela a completar una bibliografía orientada a la universidad o la enseñanza secundaria, ningún algoritmo puede sustituir esta capacidad de escuchar y entender a los lectores que se acercan a las librerías, virtuales o no.
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