BIENVENIDOS AL BLOG DE LA REVISTA AQUENDE (Chacarita, Colegiales y Villa Ortúzar)
PINTA TU ALDEA Y SERAS UNIVERSAL....
Blog dedicado a los barrios de Chacarita, Colegiales y Villa Ortúzar. Este blog es una extensión de la revista gráfica Aquende, que se edita hace 29 años ininterrumpidamente.
Para colaborar con notas en ambos medios o figurar en el listado de anunciantes mandar un mail a revista_aquende@yahoo.com.ar
sábado, 23 de junio de 2012
Estimados y amigos del barrio de Chacarita, cómo están, tanto tiempo...
Les escribo para informarles los siguiente:
En el día de la fecha, asistí a la reunión en el Centro Comunal Nro. 15, a las 16.30.
con motivo de la propuesta de ver las posibilidades de realizar los festejos de los
367º aniversario del barrio de Chacarita (28 de junio), de paso les adjunto el volante
promoción del evento que realiza la "Junta Histórica de Chacarita-Colegiales", el 29 de
junio en el Museo Anconetani.
Volviendo a la reunión de hoy, la invitación tuvo carácter institucional, estuvieron
presentes los comuneros: Mabel Barragán, Luis Cuneo, Jorge Lucchesi, Carlos
Grisafi y Camila Rodríguez, quienes leen en copia (Comuneros: por favor les reenvía
el presente a Mabel Barragán y a Carlos Grisafi, dado que no tengo sus correos, gracias).
Nos propusieron la realización de una jornada para el día sábado 7 de junio en horas
de la tarde (finalizar a las 18.00 hs). La actividad será semejante a la realizada
en alguna oportunidad en la época de Juan Cruz Noce. En la calle Olleros, en
la cuadra del Carlos Gardel. Donde cada institución del barrio, que desee exponer
sus elementos de promoción, información, etc, lo pueda hacer, el Centro Cultural
Carlos Gardel, ofreció sus instalaciones, para la realización de actividades, ya tienen
una obra de teatro a las 16 hs.
Como, a estas altura estarán pensando el poco tiempo que tenemos, los invito a
que las instituciones que quieran participar envíen la siguente información:
- Si pueden o desean participar, en los stands (así sabemos cuántos puestos necesitaremos)
- Si no pueden participar. (así no insistimos).
- Si además, desean presentar alguna actividad socio-cultural.
- De ser así, características, tiempo de duración, requerimientos, etc.
Además, si conocen otra institución y/o grupo, por favor que se pongan en contacto.
La próxima reunión será el jueves próximo, posiblemente después de las 18 o 19 hs.,
no la hacemos el viernes próximo, porque recuerden que está el evento de la "Junta de
Chacarita-Colegiales" en el Museo Anconetani.
En la reunión de hoy enumeré una serie de patrimonio artístico e institucional que tiene
el barrio, como el flamenco de Marilia, el video de los 80 aniversario del barrio Los Andes,
el grupo de rock que hay en dicho barrio, el material de Hernan Vizzari, el circo, la Cruz Roja,
Kerigma, y también los fuegos artificiales que Júpiter me donó para los 365º aniv. (esperemos
que funcionen, son del barrio de Chacarita y debemos usarlos), el video histórico que realicé
desde 1645 a 1900, "Pinceladas de Chacarita", etc. etc.
Estén atentos a la hora y lugar de la próxima reunión. Si bien yo no voy a coordinar
en esta oportunidad, como nos conocemos y las instituciones que no puedan asistir pero
que desean participar, me ofrezco para retrasmitir con entusiasmo sus propuestas.
Quedo al aguardo de su respuesta.
Cordialmente.
Margarita Velazquez
Asociacion Civil Principios/ Asociación de Fomento Federico Lacroze
viernes, 22 de junio de 2012
28 de Junio: 367 Aniversario de Chacarita
Las tierras de este barrio
pertenecieron antiguamente a los jesuitas, que tenían grandes chacras allí. Su
nombre proviene del diminutivo de la palabra "chacra" o
"chácara". En 1608, en tiempos de Hernandarias, esa orden religiosa
recibió, por compra o donación, una decena de "suertes principales",
es decir, lotes de terrenos nacidos en el primer reparto del suelo porteño, y a
las que, al cabo de los años, se anexaron otras 10. Cada una de ellas tenía una
legua de fondo y formaron parte de una inmensa posesión, que llegaba hasta la
actual localidad de Ramos Mejía. Al ser expulsados en el año 1767, todos sus
bienes fueron declarados propiedad de la Corona (por orden del Rey Carlos III).
Entonces, sus propiedades quedaron bajo administración de la "Junta de Temporalidades",
una representación estatal que loteó la zona. Los tiempos viejos de la historia
tienen un lugar en el barrio. Los primeros alumnos del Nacional, por ejemplo,
se acostumbraron a pasar sus vacaciones en la zona que antes albergó las principales
construcciones de los jesuitas (una parte del terreno actual del Cementerio).
Estas andanzas de los estudiantes, inmortalizadas por Miguel Cané en
"Juvenilia", pronto convertirían al lugar en "la Chacarita de
los Colegiales", nombre de donde saldrían las designaciones de dos barrios
porteños.
Allí, en 1790, en medio de
coloridas ceremonias, el virrey Del Campo entregó el mando a don Nicolás de
Arredondo, y en 1806, Santiago de Liniers concentró en la Chacarita las tropas
que marcharían a expulsar al invasor inglés.
En la década de 1820, el ministro
de gobierno Bernardino Rivadavia hizo un experimento de colonización en la zona
de la Chacarita. Trajo inmigrantes alemanes, creó una colonia y la llamó
"Chorroarín". El experimento fue un fracaso y sólo el nombre del
villorrio se ha perpetuado hasta hoy en una de las avenidas que circunscribe la
Facultad.
Durante la época de Rosas, la
Chacarita albergó a numerosas guarniciones militares y a centenares de indios
tomados prisioneros durante la Campana del Desierto de 1833. Al respecto, un
testigo comentará: "Bajo las galerías de los arcos se ven algunos soldados
de Rosas, y en los sótanos bullen algunas familias de indios, todos medios
desnudos, que piden limosnas en el mismo lugar donde sus padres vivieron...".
Posteriormente, la Chacarita
volvió a ser un lugar de huertos y sembradíos. Decenas de agricultores se
afincaron allí para producir hortalizas, cereales, y "paja de
Guinea", usada por los morenos escoberos.
Entonces, la zona era uno de los
lugares más agradables de los alrededores de Buenos Aires y también, la de las
tierras más altas de toda la geografía porteña.
Pero la muerte llegó a la
Chacarita en 1871. Cuando la locomotora "La Porteña" depositó en el
otrora pequeño Cementerio del Oeste su fúnebre carga de víctimas de la epidemia
de fiebre amarilla, que hizo estragos en la población de Buenos Aires.
En 1880, la cuestión de la
Capital vinculó a la Chacarita con la historia una vez más. El pueblo de
Belgrano era, entonces, capital de la Nación, mientras que en el centro se
ubicaba el gobierno de la provincia, a cuyo frente estaba Carlos Tejedor. El
presidente Avellaneda acuarteló sus tropas en la Chacarita, lugar donde tenía
su residencia, y allí, al mando de Carlos Pellegrini, las tropas nacionales se
enfrentaron con el ejército de la Provincia. La "Ley Capital", en ese
mismo año, dio fin a toda disputa. Por sus disposiciones, los terrenos de
Belgrano y Flores, más una buena parte de las antiguas posesiones jesuíticas,
se incorporaron al ejido urbano.Entre tantas casas quintas queda aún la de la
familia Comastri (más conocida como "El Mirador Comastri"),
actualmente es la Escuela Nacional de Educación Técnica N° 34. Se encuentra
delimitada por las calles Loyola, Fitz Roy, Aguirre y Bonpland. La construcción
es de 1870, y fue famosa porque en ella durmieron Roca y Pellegrini. Eran
visitantes del señor Comastri, el Gral. Mitre y el doctor Alem y sirvió de
escondite a Hipólito Yrigoyen durante el movimiento cívico de 1893. Por ese
entonces, la zona era llana, para ser exactos, se la conocía como el valle del
arroyo Maldonado, que actualmente corre entubado bajo la Avenida Juan B. Justo.
No había construcciones en derredor, todo era campo, por el oeste se
vislumbraban los montes frutales de la Chacarita de los Colegiales. Los lujos
que dieron fama al lugar fueron la iluminacion a gas, el primer pararrayos del
barrio y un sótano cargado con toneles que almacenaban los vinos que ellos
mismos producían.
Cabe enumerar dentro de su
historia la fábrica de acordeones artesanales del italiano Juan Anconetani, de
la calle Guevara 478, que desde el año 1917 son famosos no sólo por la calidad
de su artesanía sino porque sus hijos fueron muy buenos violinistas. También son históricos los sombreros,
fabricados por el genovés Pascual Massera, muy usados por los porteños de
entonces.
28 de Junio: 367 Aniversario del barrio de Chacarita
Las tierras de este barrio
pertenecieron antiguamente a los jesuitas, que tenían grandes chacras allí. Su
nombre proviene del diminutivo de la palabra "chacra" o
"chácara". En 1608, en tiempos de Hernandarias, esa orden religiosa
recibió, por compra o donación, una decena de "suertes principales",
es decir, lotes de terrenos nacidos en el primer reparto del suelo porteño, y a
las que, al cabo de los años, se anexaron otras 10. Cada una de ellas tenía una
legua de fondo y formaron parte de una inmensa posesión, que llegaba hasta la
actual localidad de Ramos Mejía. Al ser expulsados en el año 1767, todos sus
bienes fueron declarados propiedad de la Corona (por orden del Rey Carlos III).
Entonces, sus propiedades quedaron bajo administración de la "Junta de Temporalidades",
una representación estatal que loteó la zona. Los tiempos viejos de la historia
tienen un lugar en el barrio. Los primeros alumnos del Nacional, por ejemplo,
se acostumbraron a pasar sus vacaciones en la zona que antes albergó las principales
construcciones de los jesuitas (una parte del terreno actual del Cementerio).
Estas andanzas de los estudiantes, inmortalizadas por Miguel Cané en
"Juvenilia", pronto convertirían al lugar en "la Chacarita de
los Colegiales", nombre de donde saldrían las designaciones de dos barrios
porteños.
Allí, en 1790, en medio de
coloridas ceremonias, el virrey Del Campo entregó el mando a don Nicolás de
Arredondo, y en 1806, Santiago de Liniers concentró en la Chacarita las tropas
que marcharían a expulsar al invasor inglés.
En la década de 1820, el ministro
de gobierno Bernardino Rivadavia hizo un experimento de colonización en la zona
de la Chacarita. Trajo inmigrantes alemanes, creó una colonia y la llamó
"Chorroarín". El experimento fue un fracaso y sólo el nombre del
villorrio se ha perpetuado hasta hoy en una de las avenidas que circunscribe la
Facultad.
Durante la época de Rosas, la
Chacarita albergó a numerosas guarniciones militares y a centenares de indios
tomados prisioneros durante la Campana del Desierto de 1833. Al respecto, un
testigo comentará: "Bajo las galerías de los arcos se ven algunos soldados
de Rosas, y en los sótanos bullen algunas familias de indios, todos medios
desnudos, que piden limosnas en el mismo lugar donde sus padres vivieron...".
Posteriormente, la Chacarita
volvió a ser un lugar de huertos y sembradíos. Decenas de agricultores se
afincaron allí para producir hortalizas, cereales, y "paja de
Guinea", usada por los morenos escoberos.
Entonces, la zona era uno de los
lugares más agradables de los alrededores de Buenos Aires y también, la de las
tierras más altas de toda la geografía porteña.
Pero la muerte llegó a la
Chacarita en 1871. Cuando la locomotora "La Porteña" depositó en el
otrora pequeño Cementerio del Oeste su fúnebre carga de víctimas de la epidemia
de fiebre amarilla, que hizo estragos en la población de Buenos Aires.
En 1880, la cuestión de la
Capital vinculó a la Chacarita con la historia una vez más. El pueblo de
Belgrano era, entonces, capital de la Nación, mientras que en el centro se
ubicaba el gobierno de la provincia, a cuyo frente estaba Carlos Tejedor. El
presidente Avellaneda acuarteló sus tropas en la Chacarita, lugar donde tenía
su residencia, y allí, al mando de Carlos Pellegrini, las tropas nacionales se
enfrentaron con el ejército de la Provincia. La "Ley Capital", en ese
mismo año, dio fin a toda disputa. Por sus disposiciones, los terrenos de
Belgrano y Flores, más una buena parte de las antiguas posesiones jesuíticas,
se incorporaron al ejido urbano.Entre tantas casas quintas queda aún la de la
familia Comastri (más conocida como "El Mirador Comastri"),
actualmente es la Escuela Nacional de Educación Técnica N° 34. Se encuentra
delimitada por las calles Loyola, Fitz Roy, Aguirre y Bonpland. La construcción
es de 1870, y fue famosa porque en ella durmieron Roca y Pellegrini. Eran
visitantes del señor Comastri, el Gral. Mitre y el doctor Alem y sirvió de
escondite a Hipólito Yrigoyen durante el movimiento cívico de 1893. Por ese
entonces, la zona era llana, para ser exactos, se la conocía como el valle del
arroyo Maldonado, que actualmente corre entubado bajo la Avenida Juan B. Justo.
No había construcciones en derredor, todo era campo, por el oeste se
vislumbraban los montes frutales de la Chacarita de los Colegiales. Los lujos
que dieron fama al lugar fueron la iluminacion a gas, el primer pararrayos del
barrio y un sótano cargado con toneles que almacenaban los vinos que ellos
mismos producían.
Cabe enumerar dentro de su
historia la fábrica de acordeones artesanales del italiano Juan Anconetani, de
la calle Guevara 478, que desde el año 1917 son famosos no sólo por la calidad
de su artesanía sino porque sus hijos fueron muy buenos violinistas. También son históricos los sombreros,
fabricados por el genovés Pascual Massera, muy usados por los porteños de
entonces.
De un tanguero a un “Flaco” polenta! “Spinetta”
Buscaste en el verbo…
de la palabra su “bravura”,
para pregonar a los vientos
tu verdad, la bronca y la cultura!
En el pentagrama nacional,
con la fuerza del amor,
aternizaste la mirada fiel,
de aquellos “ojos de papel”
Frente al moisés, conmovido…
con la ternura del angel,
sublimizaste los sueños
de aquel “niño dormido”
Tu anárquico discurso,
desandó la historia…
exaltando con “Artaud”,
tu lírica memoria.
Hoy descansas en paz…
en ese mundo “no elegido”
junto a los corazones
de admiradores, cumpas y amigos.
Rubens R. Basanta
En el mes del dá del Periodista
El periodismo en el Río de La Plata
fue anterior a la fundación de la patria.
Lo introdujo un militar enviado desde España
pero fue censurado por divulgar malas palabras
Más tarde llegaría la publicación de La Gaceta
que dejaría atrás la vulgaridad de Cabello y Mesa.
Su principal función era difundir las ideas
que liberarían al pueblo de la ibérica realeza
El siete de junio se festeja el día del periodista
en memoria de aquella audacia independentista.
La redacción que dio forma a la intrépida osadía
fue la de Moreno, Belgrano, Castelli y compañía
Vieytes fue el primer criollo en fundar un periódico
pero abandonó la empresa por defender al territorio.
Es que los ingleses querían ampliar su patrimonio
pero no contaron con el coraje de los patrióticos
Luego la rivalidad pasó a ser principalmente futbolera
y la televisión le debe su mayor montón a esa pelea,
que acaparaba el canal Torneos y Competencias
pero terminó por trasladarse a la televisión abierta
Mientras TyC cree haber perdido la contienda
el Estado vaticina una nueva y sustancial riqueza
al tiempo que promete incrementar las faenas
por eso Apo y Víctor Hugo apoyan al nuevo sistema
El negocio del deporte lo emprendió Natalio Botana
cuando los trabajadores lograron reducir su jornada.
Entonces las horas de ocio dieron una gran ganancia
al diario Crítica y su flamante sección de cancha
En el actual diario, en cambio, ya no escribe ni Lanata
porque no le cerraba una mera cuestión de caja
por eso fue a probar suerte sobre las tablas
pero para el público no hay nadie como Gasalla
fue anterior a la fundación de la patria.
Lo introdujo un militar enviado desde España
pero fue censurado por divulgar malas palabras
Más tarde llegaría la publicación de La Gaceta
que dejaría atrás la vulgaridad de Cabello y Mesa.
Su principal función era difundir las ideas
que liberarían al pueblo de la ibérica realeza
El siete de junio se festeja el día del periodista
en memoria de aquella audacia independentista.
La redacción que dio forma a la intrépida osadía
fue la de Moreno, Belgrano, Castelli y compañía
Vieytes fue el primer criollo en fundar un periódico
pero abandonó la empresa por defender al territorio.
Es que los ingleses querían ampliar su patrimonio
pero no contaron con el coraje de los patrióticos
Luego la rivalidad pasó a ser principalmente futbolera
y la televisión le debe su mayor montón a esa pelea,
que acaparaba el canal Torneos y Competencias
pero terminó por trasladarse a la televisión abierta
Mientras TyC cree haber perdido la contienda
el Estado vaticina una nueva y sustancial riqueza
al tiempo que promete incrementar las faenas
por eso Apo y Víctor Hugo apoyan al nuevo sistema
El negocio del deporte lo emprendió Natalio Botana
cuando los trabajadores lograron reducir su jornada.
Entonces las horas de ocio dieron una gran ganancia
al diario Crítica y su flamante sección de cancha
En el actual diario, en cambio, ya no escribe ni Lanata
porque no le cerraba una mera cuestión de caja
por eso fue a probar suerte sobre las tablas
pero para el público no hay nadie como Gasalla
En abril el periodista volvió a estrenar plató
Después de ocho años de no aparecer en
televisión
Su nuevo programa pone en duda la actuación
Idónea y transparente del gobierno de la
nación
No hay que olvidar a la junta que del país se
apoderó
y durante siete años a su población amenazó.
De la mano de los militares, el plan Cóndor instauró
la censura de prensa y a muchos aniquiló
Los inteligentes e idealistas eran su predilección
porque amenazaban con armar la temida revolución.
Muchos periodistas se fueron tras apoyar la rebelión,
uno de los más recordados se llamaba Rodolfo Walsh
Hace aproximadamente ciento cincuenta años
que los diarios comenzaron a hacer daño.
Arrancaron denostando a la clase política dirigente
a través de caricaturas que criticaban hasta sus dientes
Todavía es difícil ser un dibujante opositor
sobre todo por el carácter de quien preside esta nación
que se enojó con Sábat por su irónica expresión
y terminó encrespando a todo el gremio informador
Que nunca han criticado tanto a un gobierno
es lo que se escucha sin cesar en el 7 y en Encuentro
se preguntan a qué se deben tantos improperios
y es que el Grupo Clarín no quiere perder el imperio
A los comunicadores nos dieron una gran oportunidad
con la sanción de la esperada ley audiovisual
porque pondrá fin a tanta acumulación de capital
de quienes manejan los medios de esta sociedad
Si hay algo que el periodismo debe reconocer
es que se está atendiendo su relegado menester.
Gracias a los funcionarios y asesores por atender
lo que este bendito gremio siempre juró merecer
y durante siete años a su población amenazó.
De la mano de los militares, el plan Cóndor instauró
la censura de prensa y a muchos aniquiló
Los inteligentes e idealistas eran su predilección
porque amenazaban con armar la temida revolución.
Muchos periodistas se fueron tras apoyar la rebelión,
uno de los más recordados se llamaba Rodolfo Walsh
Hace aproximadamente ciento cincuenta años
que los diarios comenzaron a hacer daño.
Arrancaron denostando a la clase política dirigente
a través de caricaturas que criticaban hasta sus dientes
Todavía es difícil ser un dibujante opositor
sobre todo por el carácter de quien preside esta nación
que se enojó con Sábat por su irónica expresión
y terminó encrespando a todo el gremio informador
Que nunca han criticado tanto a un gobierno
es lo que se escucha sin cesar en el 7 y en Encuentro
se preguntan a qué se deben tantos improperios
y es que el Grupo Clarín no quiere perder el imperio
A los comunicadores nos dieron una gran oportunidad
con la sanción de la esperada ley audiovisual
porque pondrá fin a tanta acumulación de capital
de quienes manejan los medios de esta sociedad
Si hay algo que el periodismo debe reconocer
es que se está atendiendo su relegado menester.
Gracias a los funcionarios y asesores por atender
lo que este bendito gremio siempre juró merecer
Ana Lacónica
Vecina de Chacarita
Eduardo Galeano en Aquende
Vivimos para trabajar, ¿qué error
hemos cometido?
La economía está al servicio de
la industria militar que es el nombre artístico de la industria criminal.
¿El prójimo es el enemigo?
Sí, somos una civilización de
soledades que se encuentran y desencuentran continuamente sin reconocerse. Ese
es nuestro drama, un mundo organizado para el desvínculo, donde el otro es
siempre una amenaza y nunca una promesa.
El miedo nos domina.
Es el pretexto para que esta
industria pueda prosperar, porque necesita guerras y enemigos, y si no existen
hay que inventarlos. Fíjese en el caso de Nelson Mandela.
El mundo celebra el día que
nació.
Pues ha figurado en la lista de
enemigos peligrosos para la seguridad de EE.UU. hasta el 2008. Durante 60 años
el africano más prestigioso fue un terrorista para el país dominante. ¿Cómo
vamos a creer en todo lo que nos cuentan sobre las amenazas terroristas?
¿Somos un gran rebaño de
borregos?
Por todos lados aparecen símbolos
asombrosos de resistencia y de vida. Lo mejor que tiene la vida es la capacidad
de sorpresa.
Sin embargo, vamos tras la
seguridad.
Vivimos en un mundo inseguro, no
sólo porque podemos ser robados, asaltados… Los coches matan más que las
drogas, y el aire que respiramos y los pesticidas nos exterminan. Sólo si nos articulamos
para defendernos de un sistema que es enemigo de la naturaleza y de la gente
podremos hallar espacios de seguridad.
¿Qué nos hace libres?
Los desafíos que uno enfrenta
cada día son los que te abren una rendija para elegir entre la dignidad y la
obediencia. Libre es el que es capaz todavía de elegir la defensa de su
dignidad en un mundo donde, quieras o no, en algún momento tendrás que tomar
partido entre los indignos y los indignados.
Desde niños nos adoctrinan hasta
el punto de que nos parece normal lo anormal.
Que el presidente Obama recibiera
el premio Nobel de la Paz con un discurso de homenaje a la guerra “justa y
necesaria contra el mal” ilustra lo que usted dice.
¿Qué semilla se puede plantar
para que la gente sospeche?
Hay que ver al revés las
historias que los diarios nos cuentan para poder entenderlas al derecho: Iraq
invade EE.UU. porque sus arsenales de armas de destrucción masiva son un
peligro para la humanidad. Lo que es verdad, pero este fue el pretexto de los
americanos para invadir Iraq y matar a una cantidad ingente de civiles.
¿Cómo averiguar si uno está vivo
o es un muerto viviente?
Habrá que preguntarse hasta qué
punto soy capaz de amar y de elegir entre la dignidad y la indignidad, de decir
no, de desobedecer. Capaz de caminar con tus propias piernas, pensar con tu
propia cabeza y sentir con el propio corazón en lugar de resignarte a pensar lo
que te dicen.
…
La mayoría trabaja a
contracorazón y termina viviendo una vida que no es la suya por las necesidades
materiales, y eso es lo que hace que algunos no se den cuenta de que murieron
hace muchos años, la última vez que fueron capaces de decir no.
¿Es una utopía un mundo en el que
la gente haga lo que le gusta?
Como dice el patriarca del cine
argentino, Fernando Birri, la utopía sirve para caminar. A mí me gusta mucho
ver el universo por el ojo de la cerradura.
¿Desde lo pequeño?
Sí, para no confundir la grandeza
con lo grandote, una de las confusiones del mundo actual. La grandeza no está
en los hechos espectaculares, está en la vida cotidiana.
Hay que endulzarla.
En el manicomio general, los
franceses dictaron una ley que era un acto de cordura: ya que tenemos máquinas
capaces, tengamos 35 horas de trabajo semanal, pero duró 10 años. ¿Por qué el
progreso tecnológico tiene que producir angustia y desempleo?
El 99% de las especies del
planeta no viven para trabajar, y no les va tan mal.
Nosotros nos hemos especializado
en ser instrumentos de nuestros instrumentos, y somos los únicos capaces de
destinar nuestros mejores recursos al exterminio loco. Cada minuto el mundo
destina tres millones de dólares a gastos militares y mueren 15 niños de
enfermedades curables. ¿Qué clase de especie es esta que dice ser la racional?
¿Qué faceta humana nos destruye?
El conformismo, la aceptación de
la realidad como un destino y no como un desafío que nos invita al cambio, a
resistir, a rebelarnos, a imaginar en lugar de vivir el futuro como una
penitencia inevitable.
Y eso hay que hacerlo en
compañía.
Sí, en solidaridad, que es un
sentimiento horizontal. La caridad es vertical y no me gusta. Hay un viejo
proverbio africano que dice que el que da está siempre por encima de la mano
que recibe. De hecho, nuestros antepasados sobrevivieron porque supieron
repartir la comida y defenderse juntos.
Pese a ello, somos tan
destructivos…
Me imagino un juicio universal a
la condición humana de las plantas y los animales, apuntándonos con sus patitas
y con sus ramitas y preguntándonos: ¿qué han hecho del mundo?, ¿por qué nos
mataron? Qué terrible confusión creernos dueños de la naturaleza.
“El Tornú”
Las carencias sanitarias eran
alarmantes a comienzos del siglo XX. Las estadísticas informaban que el 48 % de
los fallecidos en la ciudad de Buenos Aires entre 1901 y 1904 había sido por
tuberculosis, fiebre tifoidea, viruela, escarlatina, difteria, sarampión,
infección puerperal y meningitis.
Similares eran los índices de
alcoholismo y de propagación de enfermedades venéreas. No era mejor la
situación de mujeres y niños en talleres y fábricas que cumplían a destajo
tareas que requerían un esfuerzo no propio para su contextura en locales
cerrados o mal iluminados con largas jornadas sin descanso ni feriados.
La consulta médica llegaba
con la real imposibilidad física de realizar el trabajo, al que le seguía el
drama del sustento familiar por falta de paga.
En 1877 el Dr. Guillermo
Rawson había creado el primer curso de higiene en la Facultad de Medicina de la
Universidad de Buenos Aires, su labor la continúo el Dr. José Penna como
epidemiólogo y luego en profilaxis y medicina preventiva.
Pero pasaron varios años
hasta que el Dr. Samuel Gache diera la primera conferencia pública alertando
sobre la gravedad de la tuberculosis y propiciando una “Liga” contra esta
enfermedad. No tuvo eco en ese momento, pero tiempo después junto con el Dr. Emilio
R. Coni fundaron la “Liga Argentina contra el desarrollo de la Tuberculosis” el
11 de mayo de 1901 en sede propia por cesión de un terreno municipal en la
esquina de Santa Fe y Uriarte.
Iniciativas de “La Liga”
fueron la instalación de saliveras y fijación de carteles sobre la obligación
de su uso en lugares públicos -La Ordenanza Municipal “Prohibido escupir en el suelo” fue aprobada en
1902 por iniciativa del médico higienista Marcos Augusto Luis Daniel Bunge
(1877-1943)-; como
así también otras medidas higiénicas en buques, cuarteles, hoteles, trenes,
tranvías y templos.
Solicitaron el cumplimiento
de la Ordenanza Municipal del 14 de junio de 1883 que ordenaba la denuncia de
las enfermedades infectocontagiosas (la tuberculosis pulmonar se agregó diez
años más tarde). La obligatoriedad de desinfección de objetos y ropas usadas en
venta pública (1886), y de casas, ropas y muebles de fallecidos por esta causa
(1892).
En 1902 fue aprobada la
ordenanza que prohibía la admisión de tuberculosos en hospitales del municipio
y sólo permitía un número reducido donde se dictaban los cursos de la Escuela
de Medicina a modo de práctica.
También crearon el
Dispensario de Lactantes. La “Gota de Leche” (que no era gota pero si leche)
era entregada en los hospitales “San Roque” (Clínicas) y “Norte” (Fernández),
la misma provenía de tambos propios de la localidad de San Vicente y era
sometida a proceso de pasteurización.
Por entonces ya había sido
cerrado en medio de un escándalo –por lo costoso de su mantenimiento- el primer
antecedente que se conoce de un hospital para tuberculosos que había sido
construido en el Valle de Capilla del Monte (Córdoba).
Otros intentos no pudieron
concretarse hasta que finalmente el Director de la Asistencia Pública Dr. Penna
le confío al Dr. Coni la fundación y organización del sanatorio municipal a
construirse “en una pequeña altura de los alrededores en Villa Ortúzar”.
Tuvieron
especial cuidado en elegir el terreno. Los 72.000 metros cuadrados en forma de polígono irregular tenían jardines
internos y eucaliptos para mantener la pureza del aire.
Dato
aparte, la existencia de tantos eucaliptos en la zona –incluido el Parque Los
Andes- era justamente por lo insalubre del lugar al que debían sumarse los
hornos crematorios del cementerio y luego la quema de basuras.
En principio recibió el
nombre de “Hospital Manuel Augusto Montes de Oca”. El 20 de septiembre de 1904
por gestión de la liga antituberculosa pasó a llamarse “Enrique Tornú”.
Fue inaugurado oficialmente
con la apertura de uno de los pabellones el 8 de octubre de 1904 por el
Intendente Alberto Casares, y en marzo de 1905 fue habilitado al público bajo
la Intendencia de Carlos Rosetti.
El interior fue diseñado con el máximo confort de la época. Las
galerías de cura al sol estaban orientadas hacia el noroeste y sudeste
terminando en un hall con cielorraso de yeso cerrado con vidrios fijos
multicolores iluminando la puerta que daba a los jardines a los que se llegaba
por una escalera de mármol.
Las dos salas de cada pabellón, construidos sobre sótanos un metro
arriba del suelo, aseguraban la aireación y prevención de la humedad. Disponían
cada una de 24 camas unidas por corredores cortados en cruz limitando cuatro
piezas independientes entre sí: lavatorios, baños, enfermería y cuarto calorífero
a gas para mantener la temperatura conveniente y constante que también servía
de sala de examen.
En el primer piso de la parte central se estableció la dirección y
servicios anexos; en la planta baja se encontraban la administración, sala de
consulta externa, dispensario, laboratorio, comedor y habitaciones del
personal. En el subsuelo funcionaba la farmacia, cocina, despensa, ropería y
cuartos del personal de servicio.
Las salas tenían piso de mosaico veneciano y enormes ventanas con
banderolas. Los techos eran de forma oval con aberturas en la parte superior y
las paredes estaban pintadas al aceite hasta los dos metros, había también
tomas de aire graduadas.
El 28 de abril de 1905 la
municipalidad cambió el nombre de “Hospital” por “Sanatorio Enrique Tornú”.
Su primer director
ad-honorem fue el Dr. Coni. El primer personal asignado al Sanatorio Enrique Tornú y Estación Sanitaria de Villa
Ortúzar (asistencia a domicilio) fue el siguiente: 1director, 2 médicos
internos, 1 administrador, 1 oficial de 3º para mesa de entradas, 1
farmacéutico, 1 auxiliar, 1 auxiliar de farmacia, 3 practicantes mayores, 1
capellán y director de la escuela para enfermeros, 2 cabos de sala, 8
enfermeros, 1 peón de botica, 1 portero, 1 sereno, 1 caballerizo, 1 cocinero 1º,
1 peón de cocina, 1 jardinero, 6 peones, 1 cochero, 1 sastre, 1 mecánico de
desinfección, 1 cocinero de 2º, 1 carpintero y 1 barbero.
Al año siguiente se agregaron: 2
médicos de sala (médico interno a domicilio), 1 mecánico, 2 cocheros, 1
costurera y 1 cocinero de 2º.
Pero
el mayor desafío fue ordenar la vida interna. Al ingresar los enfermos eran
examinados para abrir la historia clínica y notificados sobre las disposiciones
del reglamento.
La
limpieza era estricta por ser el punto fundamental en la cura y profilaxis:
cabello y barba cortos y falta grave escupir en el piso y fumar.
El
control del peso se realizaba cada sábado y el de temperatura se hacía por la
mañana y por la tarde; las salivaciones y orina se analizaban dos veces por
mes.
La
revisión dental era semanal, gozaban de baños tibios periódicos -duchas y
fricciones sólo por orden médica-. Se les entregaba gratuitamente: toalla,
jabón, peine, cepillo de dientes, frasco de agua dentífrica, un jarro de hierro
esmaltado y objetos de uso personal: servilleta de mesa con aro, cuchillo,
tenedor, cucharas para sopa y café, vaso de hierro esmaltado y ropa de cama
(tres frazadas y una manta).
Los días de visita eran los jueves y
domingos de 12 a 17 hs.
La
rutina era rígida pero los enfermos disponían de comodidades que quizás no
tenían en sus propias casas: iluminación a gas con picos incandescentes, luego
fue reemplazada por eléctricas por fuerza motriz cuando se habilitó la estación
de desinfección y el lavadero.
El
agua potable provenía de la segunda napa traída a la superficie por medio de un
molino de viento y después por una bomba a vapor con las mejores condiciones de
potabilidad. El agua caliente se distribuía por canalización que llegaba desde
la cocina y se extendía a un servicio completo de hidroterapia. Las basuras
eran quemadas en un horno y las materias fecales y aguas residuales eran
tratadas en una cámara séptica.
La
Liga Argentina contra la Tuberculosis llegó a administrar cuatro dispensarios:
Tornú y Rawson (inaugurados en 1902). Fernández (1905) y “Dr. Samuel Gache” que
cerró por falta de recursos.
El censo de 1906 informaba con orgullo:
“Todas estas medidas han dado, no solamente los resultados que se esperaban,
sino que han permitido declarar al doctor Emilio R. Coni, delegado argentino al
Congreso contra la Tuberculosis, reunido últimamente en París, que casi todos
los desideratums sancionados por los higienistas de más renombre de la Europa,
eran ya realidades en nuestro país.”
Quiero agradecer al médico y
enfermero del SAME, médicos y enfermeras que me atendieron por guardia médica
el 3 de junio en horas de la tarde, siento no saber sus nombres –yo tampoco
sabía que estaba ahí- por eso puedo decir sin exagerar que me salvaron la vida.
De
nuevo, Gracias.
Lic. Stella Maris De Lellis
CONTACTO CON EL HOSPITAL TORNÚ
Hospital Dr. Enrique Tornú Combatientes de Malvinas 3002 (1427), Capital Federal, República Argentina Teléfono UCP: 54 (11) 4523 3511 Persona de contacto: Sra. Estela Jaime Correo E: ucp.tornu.fundacionfemeba@gmail.comUn cuento de Rolo Simo "Socios"
—
¡Gracias! ¡Gracias! Sírvase. ¡Gracias!, ¿Como no?, sírvase, ¡Gracias!, y así
hasta agotar el cupo de diarios de distribución gratuita. Después, Carlos descansa
sentado en un umbral cercano a una de
sus habituales paradas. Ese día había elegido la esquina de Federico Lacroze y
Corrientes.
“Mañana
a empezar de nuevo”. Recoger los diarios
en Congreso de
Tucumán, repartirlos y esperar que alguno te
tire unas monedas…”.
—Carlos…
— una voz lo sacó de sus pensamientos.
—Que
hacés Mateo, ¿en qué andás?
—Viviendo;
¿Vos siempre parás acá?—
—Puede.
¿Qué necesitás?—
—
¿Sabés que encontré esta billetera en Carlos Pellegrini? tiene unos papeles y
en la tarjeta de
identificación dice que el dueño vive en la Calle Céspedes que queda por acá
cerca. Si querés se la alcanzás.
—
¿Y qué más tiene adentro?—
—Un
carnet de una obra social. Una tarjeta de débito y unos papeles
con anotaciones.
—
¿Y guita nada? —preguntó Carlos esperanzado.
—Ni
un mango, parece que alguien la encontró antes que yo y la volvió a tirar.
—
¿Dónde estaba?
—En
un tacho de basura. Viste que yo los reviso buscando envases de aluminio
para venderlos.
—Bueno,
mañana reparto los diarios y después le llevo la billetera a este tipo.
“Lo voy a llamar
antes de ir”- pensó Carlos por la noche-. “No vaya a ser que me llegue hasta su
casa y el chabón no esté”.
—
¿Sr. Benítez?
—Si,
¿Quién habla?
—Mi
nombre es Carlos, señor. ¿Usted perdió una billetera con un carnet de Cobermed, una tarjeta de crédito del banco de
Galicia y unos papeles con anotaciones en birome?
—Si,
no se si la perdí o me la robaron en el subte.
—La
billetera la encontré yo—mintió Carlos.
—
¿Y donde la encontró?
—En
un tacho de basura de la Estación Carlos
Pellegrini.
—
¿No tenía nada más adentro?
—Nada
más .Solamente lo que le dije.
—
¿Y a usted dónde lo puedo ubicar?
—Yo
reparto diarios gratis generalmente en Corrientes y Federico Lacroze, a veces
en otros lados, de nueve y media a diez de la mañana aproximadamente, si quiere
lo espero mañana en Lacroze...
—
A esa hora me resulta imposible yo estoy en mi trabajo. ¿Y luego puede ser?...
—Si
usted quiere yo se la puede alcanzar
hoy. No tengo ningún inconveniente en acercarme hasta su domicilio, ya que en
estos momentos estoy sin trabajo…— se encargó de aclarar Carlos
—Me
haría un gran favor. ¿A que hora le queda cómodo?
—
¿Le parece bien a las cuatro?
—Me
parece perfecto. Hasta las seis me encuentra en la dirección donde figura este
número de teléfono.
— ¿En
la calle Céspedes 3521, es cerca de Chacarita verdad?
—Así
es, queda a nueve cuadras de la estación del subte. ¿Entonces nos vemos acá a las cuatro? Hasta luego….
—Hasta
luego Señor— se despidió Carlos.
Antonio
Benítez luego de cortar se quedó pensando si su decisión fue correcta o no. “¿Y
si el tipo es un malandra y fue el que afanó la billetera y viene a chorearme
acá en la empresa?”. Decidió consultarlo con su jefe de turno.
—
¡No te hagas la novela!—le contestó este, — más aún, cuando venga recibilo en recepción y decile a Rolando-refiriédonde al encargado de
seguridad- que discretamente se quede detrás de la puerta.
—Gracias hermano y
perdoná el quilombo en que te metí.
—Ningún quilombo,
no te hagas drama.
A
las cuatro y diez de la tarde suena el timbre y una persona modesta pero
pulcramente vestida pregunta al agente de seguridad de la firma por el señor
Antonio Benítez.
—
¿Quién lo quiere ver?, — indaga éste con autoridad.
—Dígale
de parte de Carlos, el Sr. Benítez me espera.
—Un
segundo por favor…
—Adelante
Carlos— saliendo de una puerta lateral saluda, Antonio con la mano extendida
—tome asiento por favor. Gracias Rolando, — despidió al mismo tiempo
discretamente al custodio.
—Bueno
Sr. Benítez, acá está su billetera con todo el contenido con que la encontré.Seguramente algunos de los
papeles le deben ser útiles.
—Sí;
si bien a la tarjeta de crédito ya le dí de baja, la credencial de la medicina
prepaga me resulta necesaria por cualquier emergencia y las anotaciones hechas a
mano me son de mucha utilidad. ¿Así, Carlos que la encontró en la estación
Carlos Pelegrini?
—Así
es, como le dije en estos momentos me encuentro desocupado y cuando termino de
repartir los diarios gratuitos, voy buscando en los tachos de basura envases de
gaseosas de aluminio para luego venderlos y hacerme de unos pesos.
—Es
raro porque yo me bajé en Callao…
—Si,
evidentemente se la robaron, le
sacaron la plata y la dejaron en el
tacho de basura, o bien se le cayó del bolsillo, yo no quiero acusar a nadie en vano.
—No,
yo soy muy cuidadoso y es muy raro que se me haya caído...
—Bueno
nunca sabremos la verdad, a mi me robaron en una oportunidad y puedo asegurarle
que en ningún momento me sentí empujado ni presionado por la gente…
—Es
que son muy hábiles—acordó Antonio, levantándose de la silla, dando a entender
que la entrevista concluía. —No lo tome a mal Carlos pero entiendo que su
molestia de llegarse hasta aquí, amerita que yo lo recompense de alguna manera;
como no sé sus gustos, le ruego acepte estos pesos, que no son muchos pero así
usted se compra lo que más le haga falta.
—Muchas
gracias, Sr. Benítez se los recibo porque como le dije estoy sin trabajo…
—El
agradecido soy yo Carlos, Buenas tardes.
—
Hola Carlos… ¿Cómo te fue el otro
día?—Pregunta Mateo.
—Bien,
el tipo me tiró cuarenta pesos.
—Bueno
me alegro; si querés llévale esta cartera que encontré; a su dueña. Creo que
vive por Saavedra, por lo que leí en la agenda—sugirió sacando de un bolso una
hermosa cartera de mujer.
—
¿No tenía nada más?
—Nada
más que la agenda, una polvera y lápices de labios…
—De
guita, ¿Nada?
—Nada…
“Que
mala leche”, pensó Carlos—Bueno cuando se me acaben los diarios voy para allá.
Freire 4751. Carlos toca el timbre y pregunta
por la Sra. Florencia Amato
—Soy
yo, ¿qué necesita?
—Sra.
Vengo a devolverle esta cartera que encontré en el subte
—
¡Qué suerte!, hace dos días que la perdí
al cerrarse las puertas del vagón. Volví de la próxima estación y ya no
estaba. ¡Y es un regalo de mi hija!, ¡que contenta estoy!, gracias señor.
¿Cuánto le debo por su molestia?
—Nada…nad…Sra.
—titubeó Carlos.
—
¡No señor usted no se va sin llevase una gentileza, no sabe el favor que me
hizo, amo esta cartera!—dijo la señora
al mismo tiempo que entraba en su casa y salía rápidamente con un billete de cincuenta
pesos.
—Gracias
señora., pero no hacía falta— mintió Carlos.
Durante
el regreso se quedó pensando si Mateo había encontrado la cartera de
Florencia dentro de un tacho de basura o
bien tuvo la fortuna de estar en el andén
cuando se cerraron las puertas del vagón.
Al
poco tiempo se olvidó del tema.
—
¡¿Qué hacemos Carlos?!—Saludó Mateo,
sorprendiendo con un amistoso golpe en la espalda a su amigo.
—Siempre
en la misma, otra no queda —
—Sabés
que hoy encontré en un tacho un monedero de mujer, con un carnet de natación
del club Almagro y una medalla de la virgen desata nudos.
—
¡¿De oro?!—preguntó esperanzado Carlos.
—No,
¡qué mierda que va a ser de oro!.., son de esas que se venden en las santerías.
—Pero
esas no valen un carajo—
—Tal
vez a la mina le importe el carné o las dos cosas, yo te dejo el monedero, vos
si querés se lo llevás.
—Veo…—
contestó Carlos sin mucho entusiasmo.
Al
terminar de repartir los diarios, abrió el monedero y comprobó que en el carnet
de natación figuraban los horarios de uso de la pileta. Ángela dueña del
monedero en cuestión, estaría entrando en esos momentos a tomar sus clases de
dos horas de natación. “Ma sí, me tomo el subte hasta Medrano y se lo alcanzo,
por ahí ligo unos mangos” determinó Carlos mientras saludaba al encargado de la
boletería de la estación del subte, el que hizo la vista gorda, cuando Carlos entró al
andén por el lado de la salida.
Mientras viajaba pensaba Carlos, en
la mala suerte de su amigo Mateo, el que siempre encontraba billeteras,
monederos, carteras; todos elementos, sin ningún dinero en su interior. “Se le
deben adelantar “concluyó su pensamiento.
Al llegar al club, el portero le
preguntó de manera cordial:
—
¿Necesita algo señor…?
—Estoy
buscando a la Señorita Ángela Caputo.
—Su
nombre señor…
—Carlos
Medina, de todas maneras ella no me conoce, venia a entregarle algo que perdió.
—Un
segundo que le pregunto al profesor.
Al
cabo de unos minutos de espera Carlos ve aparecer a un joven rubia secándose la
cabellera con un toallón.
—
¿Sr…?—
—Señorita
Caputo; mi nombre es Carlos Medina y
venia a devolverle un monedero que encontré en un cesto de basura de la
Estación Malabia.
—
¿Y cómo lo encontró usted en se lugar?
—Es
que como estoy desocupado, todas las tardes recorro lo cestos de basura
buscando algo que se pueda vender, como
latas de aluminio y tapas de gaseosas para ayudar al Hospital Garrahan—agregó
Carlos unas líneas a su libreto habitual.
—Le
agradezco mucho, — dijo la rubia abriendo el monedero, — la medalla de la
Virgen Desata nudos hace mucho que me acompaña y lamenté mucho perderla. ¿No
había nada más verdad?
—No
cuando yo lo encontré, señorita. Que tenga buenos días se despidió Carlos.
—No,
espere un segundo—lo frenó la rubia y sacó de un armario un
billete de veinte
pesos.
—No se ofenda y tómelo como una recompensa a
su molestia.
—Gracias Ángela y que tenga buen día.
—Gracias
a usted.
Carlos
mientras caminaba de regreso hacia la estación protestaba en voz baja en principio por la poca “rentabilidad de ese
trámite” y después, con buen criterio, por lo colmados que vendrían a esa hora –era
cerca del mediodía- los vagones del subte. No se equivocó. La primera formación
llegó
abarrotada de pasajeros, a tal punto que decidió no subir. “Es increíble la forma en que se viaja
pero bueno, al pobre tipo que tiene que cumplir con un horario no le queda
otra”…, sus pensamientos quedaron interrumpidos cuando vio a su amigo Mateo
tomar de la cintura, ayudando a subir a un joven, último pasajero que el
reducido espacio vacío del vagón permitía. Estuvo a punto de llamarlo. Se
contuvo cuando vio que la mano de Mateo, bajaba sutil, rápidamente y de manera
impercepcectible de la cintura hacia el bolsillo posterior del pantalón del muchacho.
Él vagón cerró sus puertas.
Carlos
dejó pasar dos subtes antes de regresar a Chacarita…
—
¿Cómo estás Carlos?
—En
la de siempre. ¿Y vos?
—También….Ayer
encontré un D.N.I y una billetera.
—Sin
guita...—dijo casi aseverando Carlos.
—Y
si, como siempre. Solamente había un carnet de Boca y una credencial de la
Comisión Directiva. Si querés llevarlos es cerca de acá en Olleros. —Sugirió
Mateo.
—Veo,
cuando se me acaben los diarios.
—Dale.
Nos vemos.
—Chau…
El
“trámite” de la calle Olleros le significó a Carlos una rentabilidad de cien
pesos y una platea alta para el partido Boca- San Lorenzo a disputarse el
domingo siguiente en la “Bombonera”.
La tácita “sociedad” sin estatutos, reglamentos, inscripciones ni
normativas entre Carlos y Mateo duró varios años.
Hace
mucho tiempo que a éste último no se lo
ve frecuentar por la zona de Chacarita…
Rodolfo “Rolo” Simó
El Pibe Chacarita: (junio) “Cuando lo privado se hace público”
La gente que es brutal cuando se
ensaña, / la gente que es feroz cuando hace mal, / buscó para hacer títeres en
su guignol/ la imagen de tu amor y mi esperanza
“Infamia” (1939) Tango de
Enrique Santos Discèpolo
En
ocasión de la implementación de la tarjeta SUBE como medio de pago para viajar
en el transporte público, entre varios cuestionamientos surgió la sospecha que
por ese sistema se podría reconocer los movimientos de cada uno de los
pasajeros. La desmentida oficial
precisaba que el objetivo era evaluar la subvención a otorgar acorde a normas
que identificaran la situación
socioeconómica de los usuarios y a los servicios prestados por las empresas de
transporte. Para incrementar las dudas
acerca de la reserva de las cuestiones personales, unos días después un
funcionario público manifestaba que la AFIP conoce los ingresos y los egresos
de cada habitante de nuestro país.
Estos
acontecimientos dieron lugar a discutir hasta que punto se debe preservar el
secreto de los datos privados de cada individuo. En ciertas
situaciones resulta ineludible evitar el sentimiento de avasallamiento a
lo personal o una intromisión a la intimidad.
Se manifiesta un estado mental de ser vulnerado en principio por una
cuestión impuesta y además de una indefensión ante el poder de control de los
agentes fiscalizadores. Los registros
ante las declaraciones solicitadas en cada negociación y los sistemas
computarizados han posibilitado que se identifiquen las transacciones
comerciales de cada ciudadano. Hasta por
el contenido de los mensajes de las redes sociales logran establecer los gustos
e intenciones del comportamiento de la población.
En
su nota “Un estallido de información” en el “The New York Times” (Pág. 1 y 5
del 18/01/12), Steve Lohr nos dice: “No se trata sólo de que hay más torrentes
de datos, sino de que son totalmente nuevos.
Por ejemplo, ahora hay
innumerables sensores digitales en el mundo entero instalados en equipos
industriales, autos, medidores eléctricos, y contenedores. Pueden medir y comunicar la ubicación, el
movimiento, la vibración, la temperatura, la humedad y hasta los cambios
químicos en el aire”. A su vez en el
mismo medio (Pág. 5 del 11/01/12) en el análisis “Una posición sobre la
privacidad” Somini Sengupta expresa:
“Todos los países europeos tienen una ley sobre privacidad al igual que
Canadá, Australia y numerosos países latinoamericanos, EE.UU. continúa
resistiéndose. Tienen leyes que protegen las historias clínicas médicas y la
información financiera, e incluso una que mantienen en privado que películas
alquila una persona. Pero no hay ninguna ley en detalle sobre el control y el
uso de los datos online. En la India, la
noción de privacidad resulta extraña. Un
tendero podría llegar a preguntar con toda informalidad a una mujer sin hijos
si tiene problemas ginecológicos; las notas escolares se colocan en paredes
públicas; muchas personas viven aún con otros familiares y literalmente
deambulan de un dormitorio a otro. La
mayoría de la gente podría quizá no tener mucho que ocultar. Para algunos, en cambio, no compartir
información personal puede llegar a ser vital” La otra amenaza de exponer
nuestros datos particulares en los sistemas
computarizados lo constituyen los hackers, los ladrones digitales, que
cuentan con las técnicas para apropiarse de los mismos y transformarlos en un
fraude.
En
la vida real, con el modelo que promueven algunos medios de comunicación,
ciertas personas no tienen reparos en comentar a viva voz episodios de su vida
privada o de familiares que atento a la gravedad de la cuestión merecerían
mantenerlos en reservas. Así exponen problemas íntimos, acusaciones, o
involucran a instituciones, funcionarios. etc.
En ocasiones estas manifestaciones, reales o imaginarias, son dramatizadas
con tonos querellantes. Hay situaciones
donde resulta imprescindible evidenciar la verdad, tal como el caso de los
hechos ocultos con contenido humanitario.
Estos sucesos o similares se presentan ante: violaciones, maltrato
familiar, acoso sexual, testimonios judiciales, infracciones legales, entre
otras causas.
El
cuento “Al abrigo” de Juan José Saer (1937 – 2005), según Ricardo Piglia uno de
los mejores escritores argentinos, me remite a la conducta hermética de algunas
personas del pasado, se los narro en forma sintética: “Un comerciante de
muebles que acababa de comprar un sillón de segunda mano descubrió una vez que
en un hueco del respaldo una de sus antiguas propietarias había ocultado su
diario íntimo” “El diario revelaba, día
a día, los problemas sentimentales de su autora y el mueblero, que era un
hombre inteligente y discreto, comprendió enseguida que la mujer había vivido
disimulando su verdadera personalidad y que por un azar inconcebible, él la
conocía mucho mejor que las personas que habían vivido junto a ella y que
aparecían en el diario” “El mueblero en
su casa, por ejemplo, en el altillo, en una caja de lata disimulada entre
revistas viejas y trastos inútiles, guardaba un rollo de billetes, que iba
engrosando de tanto en tanto, y cuya existencia hasta su mujer y sus hijos
desconocían; el mueblero no podía decir de un modo preciso con que objeto
guardaba esos billetes que se carcomían en el desván” “El mueblero fue asaltado por otro recuerdo:
buscando un sacapuntas en la pieza de su hijo mayor, había encontrado por
casualidad una serie de fotos pornográficas que su hijo escondía en el cajón de
la cómoda. El mueblero las había vuelto
a dejar rápidamente en su lugar, menos por pudor que por el temor de que su
hijo pensase que él tenia la costumbre de hurgar en sus cosas” “Durante la cena, el mueblero se puso a
observar a su esposa: por primera vez después de treinta años le venía a la
cabeza la idea de que también ella debía guardar algo oculto, algo tan propio y
tan profundamente hundido que, aunque ella misma lo quisiese, ni siquiera la
tortura podría hacérselo confesar. El
mueblero sintió una especie de vértigo.
No era el miedo banal a ser traicionado o estafado lo que le hacía dar
vueltas en la cabeza como un vino sube, sino la certidumbre de que justo cuando
estaba en el umbral de la vejez, iba tal vez a verse obligado a modificar las
nociones más elementales que constituían su vida. O lo que él había llamado su vida: porque su
vida, su verdadera vida, según su nueva intuición, transcurría en alguna parte,
en lo negro, al abrigo de los acontecimientos, y parecía más inalcanzable que
el arrabal del Universo”
Carlos Fuentes, escritor y ensayista
por Omi Fernández
Las páginas de una novela
quedaron suspendidas cuando a Carlos Fuentes lo sorprendió la muerte. Era sobre
la vida de Carlos Pizarro, creador del Movimiento 19 de abril (M 19). Este
personaje, líder de América Latina, fue asesinado a los 39 años, luego de dejar
la guerrilla e integrar la vida político-social de Colombia dentro del marco de
la legalidad, tan así que pudo aspirar al cargo de Presidente de la República.
Un dato curioso es el paralelismo
entre este líder y el Che Guevara. Ambos son asesinados a la misma edad: 39
años y ambos poseyeron una gran convicción de ideas aplicadas a la militancia
comprometida.
El escritor mexicano se había
apasionado a tal punto con mostrar la vida y las circunstancias que acompañaron
la muerte de ese ex-guerrillero colombiano, que estuvo trabajando en el texto
por diez años. Según sus propias declaraciones este lapso se extendió por las
situaciones de crisis en Colombia, y también porque él quería reflejar los hechos
con la mayor verosimilitud.
El compromiso de Fuentes con la
situación político-social de los paises de América Latina fue muy fuerte, sólo
baste nombrar que “La muerte de Artemio Cruz”, novela publicada en 1962, está referida a la historia del México
del siglo XX, específicamente al antes y después de la revolución mexicana. No
obstante, no es una excusa para que el autor opine sobre estos hechos, el
personaje: Artemio Cruz tiene carnadura, nos emociona con su remembranza de los
amores apasionados o por conveniencia que fue viviendo a lo largo de su vida,
por la revisión que realiza de los hechos que le tocaron en suerte, y es
también una gran reflexión sobre la vida y la muerte, sobre cómo vemos nuestros
actos juveniles y de la edad madura, al final de la vida.
Carlos Fuentes había nacido en
Panamá, su padre era diplomático y por lo tanto, tuvo acceso al mundo del
pensamiento y de la cultura, sin que sufriera en ningún momento situaciones de
estrechez económica.
Llegó a ser uno de los exponentes
más destacados de la literatura de México y recibió el Premio Miguel de
Cervantes.
Formó parte -junto con el
argentino Julio Cortázar, el peruano Mario Vargas Llosa, el colombiano Gabriel
García Márquez y el chileno José Donoso, entre otros muchos, del boom de la
literatura latinoamericana que refrescó la estilística y se expandió por todo
Europa, a un ritmo vertiginoso. En este estilo influyeron la geografía y las
historias de las luchas políticas por la emancipación de los imperios que los
sofocaban. Estas circunstancias hicieron brotar esa frondosa imaginación y
fantasía que se llamó realismo mágico.
Desde "La Muerte de Artemio
Cruz" Carlos Fuentes ha trabajado incesantemente en su literatura y
también en indagar y empaparse de los conflictos políticos y sociales que
atravesaron los países americanos de habla española.
Fue él quien dijo: "Los
mexicanos descienden de los aztecas, los peruanos descienden de los Incas y los
argentinos descienden de los barcos".
Vino por primera vez a nuestro
país en el año 1943, tenía quince años ,vivió aquí y ha vuelto muchas veces.
Fue un seguidor de Goyeneche y de Aníbal Troilo. En el reportaje que Patricio
Bernabé le hiciera para el diario La Nación, dijo: Siempre me gusta venir a
visitar a los amigos, a escuchar tango, que me parece una forma superior de
música, me conmueve mucho.
En la última Feria del libro de
Buenos Aires dio una charla magistral, lleno de vida, de pasión y de proyectos.
Su visión del aporte que hacen las nuevas tecnologías en el crecimiento del
promedio de lectores, llama la atención y no parece provenir de un escritor de
83 años de edad.
Su juventud mental quedó de
manifiesto en su disertación en la Feria del Libro de buenos Aires, hace menos
de un mes, sobre su visión de la nueva
novela que se está gestando, de su estilística y la diferencia con la novela
del siglo XIX, todo dicho con el fervor de un treintañero. Lamentablemente, no
recibió el Nobel de literatura que bien merecido lo tenía, como sí lo
recibieron su amigo Gabriel García Márquez en 1982 y su compatriota Octavio Paz
en 1990.
En el 2011 la editorial Alfaguara
publicó “La gran novela latinoamerica”, un ensayo que abarca desde la época de
la conquista de América hasta nuestros días. Es un libro personal, no una
historia de la novela de habla española, Fuentes elige los autores que le
interesan y omite los que no, utilizando estas obras para analizar el recorrido
de la novela en esta parte del mundo. Ya en 1969 había escrito un ensayo
titulado “La nueva novela hispanoamericana” con el mismo interés por
desentrañar esa maraña apasionante que
es la literatura de América Latina.
El Espejo Enterrado publicado en
1978 fue una serie televisiva que luego se transformó en un ensayo con el mismo
título donde Fuentes revela su pasión por la historia, especifícamente aquí
indaga y trata de entender la influencia de España en sus colonias americanas.
Fuentes fue un cinéfilo y
escribió varios guiones para cine, sobre algunas de sus obras y sobre de la
otros autores como es el caso de la adaptación de la novela “Pedro Páramo” de
Juan Rulfo.
En 1989 el director argentino
Luis Puenzo dirigió el film “Gringo
Viejo” con guión del mismo Puenzo y Aída Bortnik, adaptación del libro homónimo de Fuentes. Es
una producción estadounidense sobre la revolución mexicana con las actuaciones
de Jane Fonda, Gegory Peck y Patricio Contreras.
Falleció el 15 de mayo del 2012 y
sus restos cremados serán llevados al Cementerio de Montparnasse, donde
descansan sus dos hijos.
www.omifernandez.com.ar
Suscribirse a:
Entradas (Atom)